Hace casi tres años
empecé con esto del periodismo al por menor levantando Los Días
Inciertos con ilusión, con muchas ganas de poner los puntos sobre
las íes, de alzar la voz contra tanta injusticia y tanta desidia en
forma de crisis y recortes. Las cosas hoy están peor que cuando
empecé a quejarme en mi blog contra todo lo que creía
injusto. Hoy en España tenemos menos derechos sociales que nunca en
“democracia”, y los que te recortaré, morena. Los jóvenes
estamos ahogados hasta el punto de no poder ni plantearnos un futuro
sólido en el que asentar una familia, un trabajo estable, una vida
tranquila. Algunos ni siquiera pueden soñar dentro de las fronteras
de nuestro país, y cada vez son más los que hacen las maletas, como
otros las hicimos, como tantos que las harán. Hoy nada ha cambiado a
mejor, aunque no será porque no lo hayamos intentado.
También asistimos en
estos días tan inciertos a nuevas explosiones sociales, nunca antes
vistas en un país que solía conformarse con un plato de lentejas.
Hoy los españoles somos más combativos que nunca, y sabemos lo que
queremos. Aunque el enemigo es fuerte, por fin le hemos plantado
cara. Eso sí ha cambiado: nosotros hemos cambiado. Ellos siguen
siendo los mismos opresores que siempre fueron, los mismos que
siempre miraron por sus propios intereses abandonando al pueblo a su
suerte. Hoy su crueldad es más evidente que nunca, y nuestra
valentía también.
Sin ánimo de abandonar
el barco, hoy hecho el cierre a este blog al que siempre recordaré
con tanto cariño. Porque ahora mi camino va por otros derroteros, y
porque no podía pasarme la vida blandiendo sola una espada que
pesaba demasiado. Ahora la comparto con tres grandes profesionales de la
información solidaria en Miradas por el Desarrollo, y el
proyecto merece toda la dedicación, hay que aunar fuerzas, al fin y
al cabo, de eso se trata si queremos llegar a algún sitio
interesante.
No abandono pues, sino
que cambio de estrategia. Necesito un reciclaje, otro enfoque, ahora quiero
aportar más y despotricar menos. Se terminaron las quejas en caliente, aunque estoy
convencida de que siempre vienen bien. Ahora tengo otras herramientas
y otras perspectivas, gracias seguramente a eso que llaman madurez.
No tengo ganas de seguir atacando y vociferanso sin más cosa que todos sabemos, lo que
ahora me apetece es dar nuevas visiones, investigar más a fondo, dar
más datos e informaciones más elaboradas, y eso requiere nuevos enfoques. En definitiva, tengo ganas de hacer
otro tipo de artículos, y hacer más literatura. Como no se puede
estar en misa y repicando, con mucha pena dejo Los Días Inciertos
para concentrarme en otros proyectos que igualmente me ilusionan, y
donde os invito a seguir mi actividad. Así que nada de despedidas!! solo nos mudamos.
El periodismo cuando se
hace con pasión no es una profesión como otra cualquiera, es una
forma de ver la vida. Por eso no considero que por no tener un
trabajo remunerado en una redacción sea menos periodista porque esta profesión da sentido a mi forma de observar la vida: yo veo el
mundo a través de las letras, del espíritu crítico y de la
solidaridad, y así seguirá siendo allá donde deje mis tejidos
literarios a partir de ahora.
Los proyectos son muchos,
además de Miradas por el Desarrollo, podéis encontrar mi creciente
obra literaria en Puntos Suspensivos, mi nuevo blog, un
espacio que pretende ser más artístico, más literario, más
maduro, pero en el que aún se lee más entre líneas lo que a mí me
da la vida: la fe y la esperanza en que las cosas pueden cambiar a
mejor.
He escrito mi primer
libro: Distancias, un poemario que comienza a distribuirse a
través de internet y que abre el camino al proyecto apasionante de
ser escritora que nunca perdí de vista. En el horno, un libro de
cuentos y una novela que en algunos meses verán la luz. Además,
otro berenjenal precioso y motivador: El Gato Gafotas, donde
tengo el honor de haberme encontrado con el talento de María Serna
para hacer Cuentos Personalizados, mis textos con sus dibujos para
crear libros que esperamos hagan felices a muchas personas.
Si os ha gustado lo que
habéis leído es estos más de cien artículos que he reunido en Los
Días Inciertos, os invito a que sigáis mi actividad en estos
nuevos frentes. Sobre todo quedaros con la idea de que ahí sigo, al
pie del cañón, como tantos estamos, y no perdáis la esperanza de
que algún que otro artículo al más puro estilo de Los Días
Inciertos se deslice de vez en cuando en el nuevo blog ;)
En el baúl de los
recuerdos de este blog: la entrevista a Julio Anguita, la vieja amiga que
acudió a mí para contarme qué estaba pasando en la represión
policial a los estudiantes en Valencia, mis varias cartas a la
Familia Real con sus ingentes cantidades de sorna, el discurso del
Rey con que tanto nos reímos, el seguimiento de varias
manifestaciones, un poema para Federico, algún que otro homenaje a
seres queridos... En fin, un poco de todo. Sobre todo me quedo con
tantos artículos que he escrito intentando defender y dignificar la
profesión que elegí y que da sentido a mis inquietudes: el
periodismo comprometido y al servicio del pueblo. Así espero que
hayáis entendido mi forma de hacer periodismo, y así podéis estar
seguros de que seguiré haciéndolo.
Y para cerrar esta ventana -que no la puerta-, nada mejor que un fragmento de mi poema favorito de Mario Benedetti, con todo mi cariño, ahí lo dejo para la reflexión y para acudir a él en los momentos más cuesta arriba. Ahora es siempre el mejor momento para pasar una página, y comenzar una nueva aventura...
Y para cerrar esta ventana -que no la puerta-, nada mejor que un fragmento de mi poema favorito de Mario Benedetti, con todo mi cariño, ahí lo dejo para la reflexión y para acudir a él en los momentos más cuesta arriba. Ahora es siempre el mejor momento para pasar una página, y comenzar una nueva aventura...
Gracias por todo el tiempo dedicado a
leer, comentar, compartir y reflexionar sobre estos días inciertos
que nos ha tocado vivir.
Que tengáis una bonita suerte, y nos
vemos en la lucha :)
Alba