Sobre mí

Venía yo a renovar este lugar, unos diecitantos años más vieja, igual que el blog en sí mismo. Y en esta página me encuentro con ese enternecedor, sanguíneo y hasta petulante texto que escribí allá cuando Los Días Inciertos eran un sitio para venderse. Después de corregirle un par de matices, he decidido no borrarlo. Así nos reímos todos, que decimos los profesores (que ahora, voy para profe).

Me sigo llamando igual, desde luego, y me reconozco en todas las palabras. Buen comienzo. Aún me quedaban algunos de buenos giros de timón que dar cuando escribí el primer texto de presentación. La vida todavía me tenía que tirar de las orejas para llegar hasta hoy donde, desde el balcón de mis 34, observo tantas distancias entre la mujer en que me he convertido y la chica que abrió este blog. 

Podría decirse que ahora, si tuviera que venderme profesionalmente como entonces, diría que he añadido la docencia de geografía e historia a mi currículum. Me callaría quizá, que no acabé el doctorado. Pero es que a estas alturas, en lo de callarme tampoco ejerzo. Puede que añadiera (pretenciosamente) algún país más, que he pisado. 

Pero resulta que ahora, todo por aquí es muy distinto. Los Días Inciertos continúan, pero ya no es un lugar para vender un trabajo, no es el blog de una periodista gritándole al mundo "eh, que estoy aquí". Ahora Los Días Inciertos, será un lugar para estar. Para estar yo. Y estoy en mis letras. Nadie como ellas te va a explicar quien soy yo. Date una vuelta, las tienes por todas partes y en todas sus formas. 

Y por favor no te pierdas el glorioso primer texto de "sobre mí" que hubo hace mucho tiempo en este blog. He de decir que al final, como no cambiaría nada de la chica que lo escribió, no le cambiaría al texto ni una coma. Te lo regalo ;)

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Me llamo Alba Sánchez. Veintisiete años. Periodista de profesión. Juntaletras por vocación. Utópica. Soñadora. Absurda. Crítica. Observadora. Luchadora. Superviviente. Errante en general.

Me licencié en periodismo en el año 2011, por la Universidad Complutense de Madrid, y llegué a imaginarme en apasionantes corresponsalías extranjeras en países exóticos, viajando y denunciando (que sin duda, es lo mío) las injusticias que observaría en primera persona a lo largo y ancho del planeta. Nada más lejos. Hace cuatro años que terminé la carrera y por el momento, todo eso suena muy lejano.

He viajado, eso es cierto. Aunque también es verdad que no tanto como me hubiera gustado, pero al menos creo que he conseguido ciertas perspectivas válidas sobre el mundo que habito, que espero poder seguir ampliando. He recorrido y pasado tiempo en partes interesantes del lado privilegiado de la balanza mundial: estudié francés en Perpignan durante mi etapa en el instituto; después inglés en Reino Unido (Liverpool) y Canadá (Toronto) durante mi carrera, y al licenciarme quise rematar el idioma viviendo un año en Irlanda (Dublín). Ligera de equipaje visité Italia, Holanda, Portugal, Francia, Estambul. Y me asomé a la miseria durante un viaje a Mauritania que cambió del todo mis perspectivas sociales, políticas e internacionales, aún inmaduras antes de pisar suelo africano, y que a día de hoy todavía cultivo incansablemente. Tengo muchos viajes pendientes,  pero de momento espero en Madrid la llegada de tiempos mejores en los que poder retomar las vibrantes etapas de trotamundismo. 

He estudiado. Contra viento y marea, he conseguido, además de la mencionada carrera de periodismo, un máster en comunicación social (en la especialidad de comunicación para el cambio social y el desarrollo) por el cual fui víctima del tasazo universitario. En mi caso salí adelante por el apoyo familiar sin el cual hubiera tenido que abandonar. Vi como compañeros españoles abandonaban, se iban de la universidad pública de su país por no poder pagarla. Desde antes ya era una convencidísima defensora de lo público, pero me reafirmé, y ahora creo que es la única salida para la igualdad de oportunidades en el sentido más amplio de la expresión: educación, sanidad, reparto de la riqueza, justicia social: todo de todos, y para todos. 

He completado mi formación con diversas formaciones complementarias: marketing institucional, comunicación corporativa para ONG, técnico superior en cooperación internacional, codesarrollo, protocolo y organización de actos, desarrollo y subdesarrollo en perspectiva histórica, o radio comunitaria como herramienta de intervención social son algunos de mis complementos formativos más importantes. De todo ello se puede extraer que mi especialidad es el periodismo social y el Tercer Sector de la Comunicación, con tintes internacionalistas.

Tengo experiencia en radio (Cadena SER, Radio Complutense), televisión local (PANEX Audiovisual-Vía Plata Televisión), prensa digital (Rioja2.com, Enpositivo.com, GEA Photowords), blogs (Miradas por el desarrollo), ONG (Fundación Cultura y Comunicación, Asion), empresa social (Respiro Madrid), medios comunitarios (Onda Merlín), comunicación corporativa (ParkingAssistant.net) y como emprendedora en mi pequeña empresa compartida, en la que escribo cuentos personalizados (El Gato Gafotas). También he publicado un libro de poesías titulado Distancias. Poemas de espacios y tiempos. A parte de todo esto, en esa obsesión tan humana por comer y sobrevivir, he trabajado de teleoperadora, cuidadora infantil, monitora de ocio y tiempo libre, o camarera. Como diría mi abuela, no se me caen los anillos. 

Actualmente comienzo a desarrollar un Doctorado en Sociología por la UNED, a lo largo del cual trabajaré en una tesis sobre la radio comunitaria como agente de desarrollo social, en colaboración con Onda Merlín, del madrileño barrio de Villaverde. Me motivan los medios comunitarios como herramientas básicas de acercamiento de algo tan básico como el derecho a informar, comunicar, a todos los niveles sociales. Creo que los medios de comunicación deberían ser del pueblo y no de grandes corporaciones, y no comparto en absoluto las dimensiones comerciales de un derecho fundamental como es la información y la comunicación.

Hay currículums mejores que el mío, me consta. Sin embargo me siento orgullosa de no haber parado ni un instante de formarme y de aprender en los últimos diez años, y de seguir haciéndolo. Actualmente no tengo un sueldo, pero sí trabajo (como mucha gente en esta España incierta). Desarrollo este blog, que para mí es de vital importancia porque me mantiene conectada a mi profesión y me permite hacer el periodismo combativo y sin tapujos que defiendo. 

Por último y porque sin esto, no se me puede entender: juntar letras es mi pasión, mi vocación última y el motor de todas las demás. Mi habilidad más desarrollada y mi terapia más efectiva. Escribo mucho: cuentos, relatos, poesías, intentos de novela, artículos de investigación, de opinión, diarios. Escribo de todo. Al fin y  al cabo, cada día me convenzo más de que ese es mi destino: componer sinfonías de vocablos mientras me llegue la vida. Si además alguien se anima a leerlas mejor que mejor, pero aunque no sea así, seguiré haciendo lo que me hace feliz día tras día: llenar de palabras, de reflexiones y de historias los días inciertos que me ha tocado vivir. 



 Alba Sánchez
Escritora, a pesar de todo ;)




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