viernes, 29 de julio de 2011

Zapatero y su torcedura (de brazo)

El presidente Zapatero adelanta las elecciones. Pues muy bien oiga. Puede ser una noticia estupenda a la par que increíble si algún cambio se fuera a producir de verdad con todo esto. Si fuera a haber una ruptura real, ¿me explico? A continuación prometo que lo haré.

Tras leer esta noticia en el estado de Facebook de una buena amiga y colega de profesión (si, esas han sido mis primeras fuentes) pues me he puesto a rastrear como solemos hacer los que nos dedicamos a esto, picoteando un poquito de aquí y de allá, de diestras y siniestras, de todo un poco. No hace ni medio día que la noticia a saltado como un resorte a las primeras páginas de todos los periódicos, al centro de todas las tertulias, a la apertura de todos los informativos. Yo he leído las razones, pero de lo dicho por el presidente, como siempre y como todo lo que dicen la mayoría de los políticos, no me creo ni media. Claro que antes muertos que admitir que nos han dado de lo lindo en las últimas locales y que los presidentes socialistas autonómicos y municipales han pagado pero bien los platos rotos de un gobierno que a estas alturas es más una figurativo que otra cosa. Eso ni bajo las peores torturas. Es mejor decir que así el siguiente gobierno podrá hacerse cargo del ejercicio económico de 2012 al completo haciendo hincapié en que has dejado “las bases” del desarrollo sentadas para el siguiente. No se como decirlo ZP, pero es que me da la sensación de que no has dicho nada.

Todos se han alegrado mucho de la noticia, en general. Y cuando digo todos me refiero a todos los mercados y los políticos como extensión de los brazos de los primeros. En mi rastreo en búsqueda de información he visto que todos se manifiestan a favor, que lo definen como “inevitable” o que ni si quiera se dan por sorprendidos ante la noticia. Pero los titulares que desde mi punto de vista han sido de traca son los del corte de “El mundo financiero y empresarial celebra el adelanto electoral en España” (El Mundo), “La deuda y la bolsa siguen en negativo tras el adelanto electoral” (El Pais). Esto de personificar a los mercados ante una decisión que únicamente a los españoles como pueblo debiera interesar es que ya no se si es para reírse o para llorar. ¿También están los mercados, las empresas, el mundo financiero, convocados a las urnas para el veinte de noviembre? Realmente importa su opinión o simple y llanamente no hay detrás de esta noticia nada más que un movimiento político que responde a sus propios intereses. Por que supongo que si tan importante es que los mercados se resientan o se alegren con esta decisión del gobierno, también lo será saber si las familias embargadas, los parados, los trabajadores con contratos basura o los que nos jubilaremos a los 67 nos alegramos también, ¿o no? ¿Por qué nosotros no tenemos nuestros titulares? ¿Cuánto van a tardar en preguntar a los indignados? En fin, tómense su tiempo, lo importante ya está dicho, los mercados han hablado. Amén.

Pues nada, señor Rodríguez Zapatero, que le vaya bonito en León, o donde quiera que acabe. Que seguro que le va, claro, con sueldo vitalicio y demás, a cualquiera le va mal, ¿verdad? Por lo menos si seguimos ciñéndonos a términos mercantiles porque la verdad es que todavía quedamos por el mundo gente de esta extraña que necesitamos algo más que todo ese dinero para ser felices. Por supuesto eso no quita que el que ahora él, Camps, o Perico el de los palotes tenga ese privilegio en un país donde la precariedad se extiende hasta los últimos rincones de la vida de sus ciudadanos, sea una auténtica vergüenza. Por que después de todo parece que voy entendiendo la política y eso de que no todos somos iguales: hay quien prefiere tirar su dignidad a la basura en un mar de promesas incumplidas que se hacían llamar socialistas y vivir a cuerpo de rey para los restos; y hay quien en vez de socialista prefiere ser llamado trabajador, obrero, como toda la vida, y este tipo de persona es aquella que lucha por vivir dignamente con un trabajo que la mayoría de las veces no da para mucho, pero que conserva intacta la conciencia de clase y sabe que lo que estos socialistas han hecho no tiene nombre, y realmente si que hace falta un cambio pero, ante estás perspectivas ¿alguien tiene claro cuales son nuestras opciones?...


Lejárraga

lunes, 18 de julio de 2011

18 de julio: el siniestro aniversario

Hoy se cumplen años de nuevo de aquel trágico día. Era sábado. Podemos imaginar que un sol de justicia gobernaba el cielo español y nada hacía presagiar a las ciudadanos de a pie lo que estaba a punto de suceder. Cierto es que pudiera haber rumores, sospechas pero, ¿alguien podía creer que otros fueran capaces realmente de hacer lo que hicieron? Pues fueron capaces, y regalaron a la historia de España su capitulo más negro en la contemporaneidad: una guerra civil, una guerra entre hermanos, la barbarie más absoluta.

A la luz de los hechos, de los datos históricos, no ambos bandos deberían ser considerados iguales. Uno, simplemente provocó la guerra, y con sorna más tarde se hacían llamar “nacionales” cuando lo cierto es que se levantaron en armas contra su propia nación, contra un sistema elegido democráticamente en las urnas como fue la segunda República -el último de los sistemas que los españoles han podido realmente elegir con sus votos, recordemos-. Por esto y desde mi punto de vista, no podemos decir que ambos bandos hicieron lo mismo (o sea matar, hacer la guerra) o que la crueldad se repartió a partes iguales en las zonas dominadas por los dos. Decir esto sería faltar a absolutamente a la verdad (sintiéndolo mucho por quienes se autodenominan historiadores con curiosas praxis como es el caso de Pio Moa).

Y es que la guerra es la guerra, y hasta ahí todos de acuerdo. Pero ¿tiene el pueblo español que pagar los platos rotos de las élites que no querían lo que la República suponía y que ponía en juego sus intereses?, eran todos culpables de que un grupo reducido no quisiese un pueblo alfabetizado y culto, una tierra bien repartida, un Estado que velara por el derecho de autodeterminación de los pueblos que lo conforman, un ejército más operativo que elitista, un Estado separado de intereses religiosos de ningún tipo... pues en mi opinión no, no era el pueblo el culpable, eran ellos, los verdaderos interesados, las élites que recurrieron a Hitler, a Mussolinni, para masacrar a sus propios concuidadanos durante la guerra, y se las siguieron apañando para seguir haciéndolo después durante cuarenta años de dictadura. Ellos son los únicos y últimos culpables de lo que pasó entonces, de aquellas dos Españas que en ocasiones parecen seguir existiendo, de no haber sabido respetar la voluntad de un pueblo que quería y necesitaba progresar.

De uno de mis autores favoritos he adquirido la teoría de que España es un caso singular de un país donde siempre que el pueblo ha intentado levantar cabeza “los de siempre” lo han impedido (y estos están en todas las épocas históricas, solo cambian el nombre y puede que el estilo en el vestir). Siempre hemos sido más dados a estar oprimidos y callados que a enfrentarnos a nuestro opresor, aunque hay que añadir que cuando por fin lo hacemos tiemblan hasta los cimientos más profundos de nuestro sistema y los que nos rodean. Eso ha pasado no hace mucho, con la famosa spanish revolution, y algo no muy diferente paso el 14 de abril de 1931: España se levantó, con nobles propósitos que respondían a los intereses de la mayoría, con ansias de modernidad, de progreso, de forma pacífica y limpia. Y ellos, “los de siempre” lo destruyeron. Ellos y nadie más es culpable de aquella sangría, de aquella sinrazón.

Ahora bien, la siguiente pregunta que me hago es, ¿podemos hablar abiertamente de quienes son los que llamo "los de siempre", ¿todo aquello que tiene que ver con la guerra civil y con el posterior franquismo está realmente muerto y enterrado? ¿olvidado? Yo diría que no, que en cuanto a "los de siempre" el espíritu de aquellos años sigue vivo en muchos, y algunos de ellos, de los de entonces, siguen vivos (decrépitos como pasas aunque sorprendentemente vivos). Y por supuesto creo que muy poca gente del pueblo ha olvidado realmente todo el daño que se hizo, todo el dolor que se les obligó a recordar años después en un 23 de febrero, quién sabe realmente para qué.

Por ello hoy he querido dedicar estas líneas a recordar a los españoles de entonces, a los que votaron República en 1931 y a los que no lo hicieron pero no tomaron parte activa para llevar a España al delirio del golpe de Estado y la guerra (de estos también había muchos). A todas las personas que, entonces y hoy, simplemente no comprendieron o no comprenden que pueda iniciarse una matanza hermanos, vecinos, compatriotas, por los mismos intereses de los mismos de siempre, por los que quieren tener un pueblo “atado y bien atado”. Ojalá nosotros nunca lleguemos a comprender esos intereses y a justificar semejante crueldad, porque entonces nos habremos vuelto como ellos, y nosotros tenemos -entre otras cosas- un corazón dentro del pecho. 



Recordando una preciosa canción me parece oportuno recordar que los muertos también somos siempre los mismos, como diría Ismael Serrano "mueren en Bosnia los que morían en Vietnam"... por eso, un recuerdo para todas las víctimas de todas las guerras (civiles y no) que hubo, hay, y lamentablemente seguro que habrá (y ojalá me esté equivocando)


Lejárraga