Hoy hace
ochenta y dos años nuestro país amaneció republicano.
Hace ochenta
y dos años se votó por última vez un sistema de forma libre, democrática, se
votó un cambio radical de paradigma que fue sesgado y nunca más tenido en
cuenta por las élites que dieron al traste con él en un baño de sangre
miserable y que es sin duda la página más negra de nuestra historia: por las
muertes, y por la detención de todos los avances que la palabra República
llevaba impresos.