martes, 20 de diciembre de 2011

El discurso del rey

Yo no trabajo en prensa de la casa real, ni trabajo como periodista, en general. Ya me gustaría. Sin embargo llevo un par de días especulando con unos y con otros, colegas y no, sobre el marrón que tienen encima ahora mismo los del gabinete de prensa de la casa del rey. Pobres. No me gustaría estar en su pellejo. Ahora tienen que diseñar un discurso donde su majestad (que medieval suena esto) quede bien y salga lo más gallardo posible de toda la mierda que le empantana últimamente. Si lo hacen bien, se merecerían un Pulitzer, a ver cómo se lo montan.

Este año, y sin que sirva de precedente, veré el discurso del rey en nochebuena. Hace muchos años que no lo veo, de hecho no tengo recuerdos claros de haberlo visto alguna vez entero porque en mi casa existe la censura selectiva de mi padre, que amenaza con destrozarnos el televisor a martillazos si ponemos, entre otras cosas, programas del corazón, o el propio discurso navideño del hombre este. Con lo cual, en mi casa no se ve. Supongo que tras duras negociaciones con el censor (con cuyo criterio, que conste, estoy muy de acuerdo), podré verlo este año, porque de verdad es que me apetece verle salir del embolao.

Ya se lo que estamos pensando todos: el caso Urdangarín no saldrá ni de rebote. Es una posibilidad. Yo personalmente quiero pensar que no tendrán tan poca vergüenza para obviar algo así pero bueno, nunca han hecho gala de una dignidad máxima cuando de dar la cara se trata. En cualquier caso, tengo mucha curiosidad.

Siento mucho tener que repetirme con el tema del rey, quizás alguno quiera algo de nuevo, pero la actualidad y mi conciencia me obligan a poner a este hombre en su lugar a la mínima ocasión que se me presenta, y últimamente son muchas. Para que no os mosqueéis, he pensado en daros un regalo navideño muy peculiar: el discurso que todos esperamos de su majestad el rey, escrito por mi misma, y para vuestra risa, disfrute, y reflexión, sin otra finalidad que la de dejaros soñar con que las cosas van a cambiar, más pronto que tarde, y con que llegará el día en que se llame a las cosas por su nombre, y amanezca en España un alba tricolor.

                                          Y es que ya está bien...


Españoles y españolas

En estas fechas tan señaladas me llena de orgullo y satisfacción felicitaros la navidad esperando -aunque me importe lo justo- que tengáis algo que echarle a la olla para hacer la cena en este día tan feliz que llamamos nochebuena, y que pese a ser una fiesta religiosa-católica y yo el Jefe de Estado de una Nación aconfesional, es el día que elijo para contaros mi vida por televisión. No tiene mucho sentido pero a mi me da igual, porque yo soy católico, y caso a mi prole por la iglesia con la bendición -económica- de todos ustedes, que son quienes lo pagan. Por este detalle, muchas gracias (con años de retraso).

Este año 2011 ha sido un año duro, sobre todo para todos los que no habéis votado a Mariano Rajoy. Yo no he votado a nadie porque no lo necesito, porque todos me bailan el agua exactamente igual de bien, me protegen y me cuidan como la madre más amantísima, yo solo firmo lo que me digan y además sin responsabilidad ninguna. Pero me llevo un buen pellizco a cambio. La sangre azul, es lo que tiene. Yo como vuestra alteza real, me dirijo a vosotros, mis súbditos, para aseguraros que me importa una mierda lo que este derechón que va a ser presidente haga con vuestros derechos sociales, igual que me la peló lo que hizo el de las cejas. El rey no intervendrá jamás para decir, amonestar, aconsejar incluso, ninguna decisión que se tome desde el ejecutivo para recortaros derechos sanitarios, educativos, sociales, de cualquier índole. Es más, mi prole ni siquiera necesita una educación pública de calidad, un sistema de seguridad social, pensiones dignas, ni nada de nada. Nosotros curamos nuestras dolencias en Ruber Internacional (por cierto, la clínica privada más casa de toda España), estudiamos en la élite privada del país o del extranjero, según nos apetezca, y de pensiones ni hablemos, que tengo pasta para dar y regalar. Con mis problemas solucionados, los vuestros me la traen al fresco, como se suele decir.

Este año ni siquiera me apetecía personarme ante esta cámara, pues mi yerno Iñaki me lo ha puesto un poco chungo. pero bueno, pensando que los medios de comunicación y su censura en lo que a mi persona se refiere me harían la cama una vez más, he decidido aparecer y contaros una vez más, aunque esta vez de forma directa (en este discurso que lamentablemente es ficticio) lo bien que vivo yo y lo jodidos que estáis vosotros.

Os repetiré aquello que me habéis oído alguna vez sobre que vienen tiempos difíciles, pero entendedme bien: son difíciles para vosotros, para mí en absoluto. La única puñeta que me han hecho es bajarme el presupuesto de nueve millones de euros a poco más de ocho y medio, en fin. La reina, toda nuestra estirpe y yo nos apretaremos el cinturón un poquito, tocaremos a alguna que otra langosta menos de las esperadas. Vosotros disfrutad de vuestro choped mientras os dure, porque sois los que de verdad las van a pasar malas.

Sobre el tema al respecto del cual todo el mundo espera oírme decir algo, os diré que como ya tuve la cara dura de decir que los asuntos de Iñaki no tenían nada que ver conmigo -la figura del rey se desmarca de la de su familia cuando conviene, por todos es sabido- ahora diré, además, que lo sabía desde que este pobre hombre que es mi yerno se metió en asuntos turbios. Incluso le di un tirón de orejas “Iñaki, que lo tuyo es el balonmano” pero él nada, oiga, ni caso me hizo. ¿Queréis ahora decir o insinuar o gritar a los cuatro vientos que lo encubrí, y que eso es un delito? Hacedlo, adelante. Nada me va a pasar por mucha verdad que haya en vuestras acusaciones, podría incluso declararme culpable y no me despeinaría un ápice, porque por si no lo sabéis, soy irresponsable ante la Ley, y eso lo dice mi mejor amiga, la Constitución de 1978 que junto con el 23F tanto y tanto me han ayudado para que creáis que soy lo que no soy. Si soy culpable de un delito y he trincado o dejado trincar pasta pública -presuntamente- no podéis hacer nada por juzgarme, ni por ver el dinero de vuelta. En lo que a mi yerno se refiere, le quito de actos públicos y me creo que he solucionado algo. Nosotros, al fin y al cabo, somos imagen.

Por lo demás, os doy un año más las gracias por permitirme vivir como me da la gana sin pegar un palo al agua, es muy generoso por vuestra parte que en una época de crisis tan agresiva como la actual, en la que nos hemos puesto a la cabeza del paro juvenil mundial, o donde los desahucios diarios son el pan nuestro de cada día -por mencionar solo un par de cosas- todavía me permitáis estar aquí, hablando para vosotros en el día de nochebuena intentando no partirme de risa de lo que debe ser un chiste. ¿Cuánto tiempo necesitáis para ver cuánto os parasitamos mi familia y yo? Para provocar un poquito más aún os diré que ni hoy ni nunca nuestros intereses serán los mismos, a ver si os convencéis de que todo ese rollo del campechano es mentira, que no soy más que un abuelo bien posicionado y capitalista capaz de mandar callar a presidentes de Estado electos pero claro, si seguís aplaudiéndome cada gracia que hago... ¿Cómo queréis que os tema? ¿Creéis que yo solito voy a renunciar a un sistema que me cubre de gloria y dinero? Pues eso ya se lo explicó mi hijo a aquella espontánea roja judeomasónica izquierdista que le habló en la calle sobre un referéndum entre monarquía y República: nosotros creemos en el sistema, como para no creer. Lo raro, queridos súbditos, es que creáis vosotros.

Feliz Navidad, Salud y República para todos.

Alba Sánchez.

4 comentarios:

  1. Me ha encantado... buenísimo, de verdad Alba, realmente bueno!!

    ResponderEliminar
  2. Gracias Ruth, me alegro de que te haya gustado, y bueno ya sabes que tu entre otros lo inspiraste asi que gracias por encender mi bombilla creativa :)

    ResponderEliminar
  3. lo que dice el árticulo cuesta creerlo pero hay mucha verdad.La monarquia en este pais es obsoleta y sin razón de ser .Una familia y un señor en concreto no pueden estar al margen de la dura realidad de los españoles...no puede ser todo es una pantomima,eso si nos cuesta mucho dinero,no es justo a todas luces que no.Ya está bien.

    ResponderEliminar
  4. acabamos de votar tu blog, participamos en la categoría "mi ciudad" puedes darnos un voto? http://lablogoteca.20minutos.es/coruna-online-25446/

    ResponderEliminar

Gracias por tu opinión