martes, 23 de diciembre de 2014

Queridos Reyes Magos...

Bien es sabido que no suelo pedirle muchas cosas a la realeza, salvo que se piren, pero este año con ustedes he decidido hacer una excepción acorde a los tiempos que vivo, por si acaso cuela y me traen lo que pido.Que a estas alturas ya no sabe una a dónde acudir...

No es que haya sido especialmente buena este año, lo normal, alguna que otra ida de pinza. En cualquier caso no he malversado millones de euros, ni me han condenado por corrupción, no he dado ruedas de prensa a través de un plasma, ni he aprobado leyes represoras de derechos civiles, ni he desahuciado a nadie. Tampoco he cerrado comedores escolares, ni ningún hospital, ni he recortado en investigación ni en renovables. No he maltratado a ningún animal, y he hecho todo lo posible por no fastidiar al mediambiente. En definitiva, no soy la mejor persona del mundo, pero en mi país hay mucha gente que me lleva ventaja en materia de mala leche.

Así pues, me gustaría pediros varias cosas para estas navidades. En realidad, me urgen bastante, si no queréis esperar a enero para traerlas, tampoco pasa nada. Necesitaría en primer lugar, que en el país en el que me ha tocado vivir (esto si que es una lotería) los perros uniformados del poder dejen de un vez de echar a la gente de sus casas haciéndoles un favor a los bancos. No se si a Oriente os llegan estas noticias pero en este intento de país llamado España, los desahucios han aumentado un 22% respecto al año 2013, según informa Banca Ética. Es curioso porque además, han dejado de salir tanto en la tele. Si esos mismos que echan a la gente de sus viviendas dejasen de apalearnos en las manifestaciones, o de golpear y de maltratar a personas que desesperadamente quieren entrar en nuestro país huyendo de la miseria, sería todo un detalle. Así que si queréis dejarnos agentes de seguridad nuevos que no estén contaminados por las órdenes del gran capital, sería muy de agradecer.

También os quería pedir un sistema educativo público, gratuito y de calidad para todos. No me lo traigáis supeditado a los intereses de pago de la deuda externa, por favor, así me lo habéis traído hace algunos años y he comprobado que definitivamente no funciona ni con las mejores pilas. El que tenemos ahora ya suma en recortes presupuestario 7.300 millones de euros y no nos viene nada bien. Lo dice una víctima del tasazo universitario así que no me la intentéis colar otra vez y traerme de una vez por todas una escuela pública de todos y para todos. Si fuera posible que viniese con un sistema universitario fuerte, independiente y que apueste por la investigación en todas sus ramas, sería fantástico.

Si además pudiéseis traerme una sanidad pública universal, os estaría muy agradecida. Pero cuando digo universal no lo pongo por poner, digo que quiero una sanidad donde nadie se muera en las salas de espera de los hospitales, donde no se cobre por los medicamentos básicos, donde no se cierren centros de atención primaria, donde también los inmigrantes puedan recibir asistencia aunque no tengan papeles. No se si estáis al tanto pero estamos a la cabeza de la Unión Europea en recortes de esta índole: el resto de los países recortan sanidad a una media de 0,6% anual, y aquí, como son así de chulos, nos pasan la tijera hasta el 1,9%.

Además hay otro asunto que quizás pudiéseis atender: quiero cárceles nuevas para mi país. Cárceles donde no se encierre a nadie por como piensa, o porque no tenga dinero, o porque se drogue o robe una barra de pan. Quiero cárceles con políticos, con defraudadores, con banqueros, con los traidores que nos han vendido, con quienes se financian de forma ilegal, con todos los que se llevan sus fortunas a Andorra, Suiza, Islas Caimán (y un largo etcétera), con asesinos, violadores y acosadores de mujeres, con maltratadores de animales y con terroristas medioambientales. De paso, quiero cárceles con derechos humanos, donde no mueran 883 personas bajo custodia, donde no se denuncien más 6.621 casos de malos tratos y torturas cada diez años.

Si todo esto os saliese algo caro, podríais pedirle un préstamo a las grandes fortunas, a los evasores fiscales, a los banqueros, a los estafadores. Quizás todavía podáis encontrar algún juez que se lo pida por vosotros, pero no nos vendría mal algunos más. Y ya puestos a pedir, me encantaría recibir una justicia sin tasas, a la que todo el mundo tuviera acceso, y que además fuese orquestada por jueces independientes del poder ejecutivo. De hecho os pediría muchas más cosas pero, ahora que hablamos del poder ejecutivo: un frente unificado de izquierdas es lo que más me apetece. Vosotros que sois bastante viejos (sin ánimo de ofender) seguro que recordáis a ese Frente Popular que unió todas las fuerzas políticas de izquierdas en la Segunda República Española. Os lo dejo como ejemplo de lo que me vendría realmente bien, a mí y a mucha gente. De hecho y pensándolo mejor, solo os pido eso: una izquierda fuerte, dialogante, unida y republicana. Un espacio de encuentro del sentido común, el humanismo y la justicia social. Olvidad de todo lo anterior que os he pedido: traernos ciudadanos despiertos, comprometidos y organizados, traernos lucidez a la vida política de las bases sociales, traernos conciencia social y de clase. Nosotros nos encargaremos de hacer realidad todo lo demás, y entonces no habrá sueño de justicia que pueda escapársenos.


FELICES FIESTAS, AMIGOS LECTORES



Alba Sánchez

lunes, 1 de diciembre de 2014

DE NEGRITOS Y DESAHUCIOS

Puedo perdonar la incultura (como por ejemplo confundir el río Miño con el Nilo), puedo pasar por alto la falta de tacto (como abroncar a espectadores o tratar de forma humillante a reporteros o compañeras), puedo incluso tratar de ignorar una absoluta de empatía y humanidad (Asunta recién asesinada aún estaría “blandita”, o la detención de los curas pederastas de Borja sería probablemente una estrategia para captar turismo en el pueblo), pero el racismo no, gracias. Y menos aún a costa de un tema tan sensible como los desahucios. Esta combinación me parece bastante difícil de perdonar, ignorar, o pasar por alto. Por eso voy a alzar la voz ante el último comentario de Mariló Montero en Las Mañanas de televisión española. Porque una cosa es que me importe un carajo tanto la señora en cuestión como su programa, y otra muy diferente es que con dinero público financiemos actitudes racistas y clasistas con total impunidad. Si en TVE quieren dejarlo pasar y esperar a que se olvide, lo asumo, aunque no lo comprenda, pero a servidora no le da la gana escuchar expresiones como “negritos” y que semejante falta de respeto pase sin pena ni gloria. 

Podeis leer un análisis del episodio al que me refiero en El Diario.es

Señora Mariló Montero, en este país llamado España residen –según datos del INE- más de 247.000 marroquíes, más de 22.000 argelinos, más de 215.000 ecuatorianos, más de 38.000 peruanos, y la cifra de afrodescendientes se cifra entre 700.000 y 1.600.000 personas. Le propongo este marco amplio de nacionalidades y tonalidades de piel porque no me ha quedado nada claro a qué se refería cuando hablaba de “negritos” a los que “hay que enseñar cómo labrar la tierra”. Quizás yo misma, que soy más morena que usted, y además soy de clase trabajadora y descendiente de agricultores tenga que meterme en el saco. Me pregunto si usted podría enseñar algo sobre “labrar la tierra”, no en el sentido literal –que estoy segura de que no-, si no en términos de buen hacer profesional. La tierra que usted labra, es -salvando las distancias- misma que intento labrar yo: el periodismo, la información, la comunicación. Así se gana usted ya vida y yo lo intento. Un comentario como el de los “negritos” denota no solo una absoluta incapacidad de argumentación política (recordemos que hablaba del programa de Podemos), sino una falta de sensibilidad y casi de socialización. Decir semejante barbaridad en un medio público debería haberle costado a usted el puesto, pero el infame sistema de medios con el que contamos en este país se encargará de absolverla, por eso no se preocupe. No obstante su  ética periodística queda muy en entredicho no sin motivo, su "labranza" particular, deja bastante que desear, como para ir dando lecciones...

Yendo un poco más allá, me parece que se excede usted ampliamente de las competencias propias de un presentador, que no son las de opinar sobre algo que sin duda desconoce, sino las de guiar un programa. Si además estas salidas resultan insultantes para un espectro bastante extenso de la población española, TVE debería sin duda revisar su caso. Permítame la osadía de recordarle, señora Montero, que las personas de raza negra pueden ser también españoles, o ser padres de los mismos. Que ya pasó la época de “la española cuando besa es que besa de verdad”, y ahora alguien puede haber nacido en Senegal y ser un madrileño, un asturiano, o un andaluz de pleno derecho, y se puede dedicar a labrar la tierra o a mil y una cosas más, y si le da la gana se come un cous-cous, o se hace un cocido con su pringá y todo. ¡Sorpresa! Fíjese como es esta gente que a veces tiene incluso trabajos dignos y legales dentro y fuera del sector agrícola, carreras universitarias, títulos profesionales, se compran casas y todo, llevan a sus niños a los coles que antes eran “de los blanquitos”, y es que además los niños ¡también son negros! Eso se llama multiculturalidad, Mariló, y es lo que tiene este país, mal que os pese a algunos. Los "negritos" hace tiempo que no son sólo un producto de marketing caritativo, sino que ahora son compatriotas, y en cualquier caso, conciudadanos del mundo que merecen un poco más de respeto.

Hay otra porción de la población negra (“negrita”, para que lo entiendas) que viven en situaciones de severa dificultad, dentro de nuestro país, en otros países donde acuden a buscar un futuro mejor, o en sus propios países. Muchos de ellos ni siquiera pueden “labrar la tierra” porque no la tienen, porque son víctimas de la insolidaridad de tu primer mundo que explota sus recursos, mantiene a sus dictadores, apoya la represión de muchos de sus pueblos, y permite que mueran por miles de hambre, disentería, guerras o enfermedades que aquí ya ni nos suenan. Por mucho que te lo parezca, Mariló, no están esperando a que ningún “blanquito” vaya a enseñarles cómo se utiliza un arado, más bien esperan que llegue el día en el que todos los seres humanos seamos efectivamente iguales independientemente del color de nuestra piel o nuestro lugar de procedencia. En ese utópico día no deberían existir opiniones absurdas como la tuya, que disfrazada de frase hecha denota un profundo desprecio. 

Todo eso sin hablar de los desahuciados, que son las personas a quienes comparaba usted con los dichosos “negritos”. Decía que no se les puede dar casa sin más, que hay que darles trabajo, “enseñarles a arar”. En fin. A las cifras de la comunidad inmigrante que la supera a usted en grado de pigmentación, súmele las 400.000 familias que se han visto afectadas por los desahucios criminales en este país desde que empezó la crisis. Así tendrá un número aproximado de personas que se han podido sentir ofendidas ante su comentario. La solución, según dejó entrever usted, no es dar los pisos vacíos de los bancos a las personas desahuciadas. No sé si es mejor que sigan durmiendo en parques y en cajeros mientras Rajoy termina su ungüento mágico por el empleo y nos lo aplica a todos. Yo no sé si Podemos tendrá la solución, pero la expuesta por usted es cuanto menos insensible a un auténtico drama humano. Piénselo. Igual es el momento de dejar de tirar de tópicos para hacer periodismo, y optar por observar la realidad a la que uno se enfrenta. Si no es tan difícil, de un paseo por Madrid y solo observe.

Como alguna vez ha dicho, es usted muy libre, tremendamente libre de opinar lo que te dé la gana, pero los ciudadanos que la mantenemos con nuestros impuestos somos igual de libres para ponerla en su lugar. Me da vergüenza que personas como usted sean la cara visible de la televisión pública de mi país. Me da vergüenza vuestro grado de politización, vuestro desprecio por la veracidad, vuestra impunidad cuando cometéis agravios periodísticos que te prohíben ya desde primero de carrera. Me da vergüenza su televisión, y sobre todo me da miedo pensar que haya gente dispuesta a coger vuestro relevo, a interiorizar ese tipo de posturas y opiniones, y a reproducirlas. Eso es lo que llevo peor. Cuando pienso en ustec, con esos comentarios, es algo así como una líder de opinión, simplemente me muero de miedo. 


PD: No dejéis de leer la carta de un "negrito" a Mariló Montero. No tiene desperdicio. 

PD 2: Tampoco podéis perderos el intento de "arreglo" de la señora, que da para otro artículo.


Alba Sánchez



lunes, 24 de noviembre de 2014

PERROS DEL PODER



Pongámonos en situación. Alguien llega a casa después de su jornada laboral. Es viernes y tiene por delante el fin de semana para relajar los ánimos. Se quita los zapatos, quizás les da un beso a sus hijas, se sienta en su sofá y pone alguna banalidad televisiva. 

-¿Qué tal te ha ido el día?- Le preguntará tu pareja acariciándole el pelo, mientras le acerca algo de beber- ¿Muy cansado?

Luego le contará qué tal ha ido todo. Puede que se lo cuente sin dar importancia a determinadas cosas. O puede que –si tiene un mínimo de humanidad- no pueda siquiera decir en voz alta lo que ha hecho. Puede que prefiriese mentir a decirle a su familia sobre en qué consiste su trabajo, o puede que piense que “no tiene elección”, y que realmente estaba obligado a hacer lo que hace.

Puede que el trabajo del día haya consistido en desahuciar a una mujer de ochenta y cinco años en el barrio de Vallecas.  Quizás nuestro hipotético ciudadano sea agente de seguridad y condujera uno de los siete furgones policiales desplazados hasta el barrio de Entrevías (uno de los más obreros y humildes de todo Madrid). Incluso pudo ser uno de los que apartó a los activistas de la PAH que se concentraban en la puerta de Carmen para evitar que la pusieran en la calle, que la echasen de su casa de toda la vida sin contemplaciones. Quizás esposó al detenido. O habló con la señora intentando hacerla “entrar en razón” y que entendiese que así son las cosas en la España de Felipe VI, que tiene que irse, y que él o ella solo hace su trabajo, pero que en el fondo le desea lo mejor.




A veces me pregunto qué hay debajo de esos uniformes, ¿máquinas? ¿Autómatas teledirigidos desde delegación del gobierno? No sé si me parece más dramático que nuestro gobierno nos eche a los leones con los bancos y apruebe que nos manden a la calle día sí y día también, o el hecho de pensar que son nuestros conciudadanos los que ejecutan la orden. Esos a los que pagamos con nuestros impuestos, cuyos sueldos también han sido recortados, cuyas pagas extraordinarias también han sido erradicadas, cuya educación también está siendo liquidada. Ellos que se supone que son como nosotros, con sus hipotecas, sus cuentas y malabares para llegar a fin de mes, con sus letras del coche, sus vacaciones en Matalascañas y su comida familiar de los domingos. Ellos nos dan el tiro de gracia. Y yo me pregunto por qué lo hacen.

Recuerdo el discurso de Charles Chaplin en el Gran Dictador, tan conmovedor, tan vigente, cuando lanza un mensaje que sería interesante transmitir a las fuerzas que malamente llamamos “de seguridad del Estado”, pero que a la hora de la verdad nunca velan por nuestra seguridad. Nos desahucian, nos golpean en las manifestaciones, nos controlan como si realmente el pueblo fuera el enemigo, nos venden al poder una y otra vez para no ahorrarnos ni una brizna de sufrimiento y de injusticia. ¿Dónde está el criterio? ¿Dónde esa inteligencia que se nos presupone por el mero hecho de nacer humanos? ¿Se puede ser humano sin humanidad?

Y decía Chaplin:

¡Soldados! No os sometáis a las bestias, hombres que os desprecian y esclavizan, que en nada valoran vuestras vidas y os dicen qué tenéis que hacer, qué decir y qué sentir  […] No os entreguéis a estos individuos inhumanos, hombres máquina, con cerebros y corazones de máquina. Vosotros no sois máquinas, no sois ganado, sois Hombres. Lleváis el amor de la Humanidad en vuestros corazones, no el odio. Sólo los que no aman odian, los que no aman y los inhumanos. 




El bombero Roberto Rivas demostró  que la humanidad no se puede hipotecar por ningún puesto de trabajo ni por ningún sueldo. Él dijo “yo no lo hago” cuando le pusieron frente a la cadena que impedía que la policía pasara a desahuciar a Aurelia Rey, también de más de ochenta años. Utilizó la cabeza, el corazón y el sentido común. ¿Por qué no lo hacen todos? Saben esa frase que dice “¿qué pasaría si un día se declarara una guerra y no fuera nadie?” Pues trasladándola al drama de los desahucios: ¿qué pasaría si hubiera que ejecutar un desahucio y ni un solo policía, bombero o cerrajero quisiera participar? ¿Iría Cristina Cifuentes en persona a cambiar la cerradura? ¿Acudiría el dialogante Felipe VI a contarle a la octogenaria de turno que su piso ahora es del banco? ¿Sería quizás Mariano quien conectase en directo vía plasma con los niños de la casa para invitarle a salir de sus habitaciones? 

Homo homini lupus, el hombre es un lobo para el hombre. Qué razón llevaba Hobbes. No valen más justificaciones, señores policías, señores bomberos, señores jueces, señores cerrajeros, señores vecinos. No valen más excusas del tipo “es mi trabajo”, “no es mi problema”, “que no se hubiese metido en aquel préstamo”, “yo sigo órdenes”. Los desahucios han afectado ya a 400.000 familias en toda España, y van a seguir haciéndolo si nosotros, el pueblo, no tomamos cartas en el asunto. ¿Estáis esperando una ley hipotecaria justa? Muy bien, votad próximamente a quienes la propongan, pero sabed que en el año que le queda al Partido Popular al frente del gobierno todavía da tiempo a desahuciar a muchas personas, a muchas familias, a muchos niños y niñas.

El club de fútbol Rayo Vallecano va a pagar el alquier de Carmen, la señora desahuciada el pasado viernes en Entrevías. Ya hay medios de comunicación ladrando que lo hacen por una cuestión de imagen, y yo me río.  Si fuese por imagen, haría mucho tiempo que habrían prohibido los tropecientos mensajes reivindicativos que copan las gradas en su estadio cada vez que hay un encuentro. Habrían impedido que sus seguidores hicieran campaña a favor de la libertad de Alfon, habrían castigado a quienes difundían reivindicaciones políticas en un partido de fútbol, pero no lo han hecho. El Rayito ha dado un paso más al frente que no es el primero en materia de solidaridad obrera y vecinal, y ha respondido con el gesto de ayudar a Carmen a la filosofía combativa que sus seguidores siempre han llevado como bandera. Si alguien quiere ver una estrategia mediática tras éste magnífico detalle, es porque le jode que el Madrid o el Barsa no tengan cojones a hacer lo mismo con sus tremendos ingresos, y las lecciones de solidaridad tengan que venir de un equipo de barrio. Desde luego este tipo de lecciones son mucho más interesantes que todas las que puedan dar los galácticos hiperforrados sobre técnica futbolística. Mis aplausos para ellos. Aquí y ahora me declaro seguidora del Rayo después de toda una vida pasando del fútbol. 




Tenemos ya no el derecho sino la obligación moral de detener esta barbarie. Muchos ciudadanos ya han dado un paso al frente y han acudido a detener desahucios, se han negado a ejecutarlos, se han organizado y han sido represaliados por ello, o han colaborado en ayudar a los afectados, pero lamentablemente no es suficiente. Necesitamos conciencia, solidaridad, humanidad capaz de sobrepasar el conformismo y el miedo. Señores y señoras policías -de esos que echaron a Carmen, que pretendían echar a Aurelia, o que han participado en tantísima represión y en tantísimo sufrimiento contra sus conciudadanos-, cuándo sus hijos, sus familias, sus amigos, les preguntan sobre su trabajo, ¿les cuentan toda la verdad? ¿O es que de verdad queríais ser, desde pequeñitos, perros del poder?


Alba Sánchez

lunes, 17 de noviembre de 2014

ENTREVISTA CON WILLY TOLEDO: "NO EXISTE EL CAPITALISMO DE ROSTRO HUMANO"

Es probablemente uno de los rostros conocidos más controvertidos de España. En primer lugar porque, aunque su trabajo es el responsable de que nos quedemos con su cara, sus opiniones son las que han hecho que todo el país se quede, además de con su nombre, también con su corte político. Siembra polémica allí donde abre la boca, porque su discurso lo caracteriza un profundo desencuentro con las ideas político, sociales y culturales dominantes del sistema capitalista. Defiende lo que parece indefendible en el ideario político español: Cuba o Venezuela son para él referentes. Sahara o Palestina, deudas solidarias irrenunciables. Nos hemos sentado a la hora del café con Guillermo, Willy Toledo, para dar unas pinceladas sobre el contexto político-social de la España actual, y las pinceladas han terminado convirtiéndose en un cuadro amplio y prolífero, porque si algo le caracteriza como entrevistado es que no quiere dejar nada en el aire y le gusta explicar en detalle que otra manera de entender el país, el mundo y la realidad a la que nos enfrentamos cada día, es posible. 




Define en tres palabras el contexto político social al que asistimos en la actualidad en España.

Emergencia nacional popular

El 15M puede considerarse el último gran hito en materia de protesta social ante la cantidad de injusticias que nos llegan a los españoles con la excusa de la crisis. Tú participaste en aquellas protestas y en tu libro Razones para la rebeldía señalas que observaste cierta carencia de ideología y de formación política ¿A qué crees que se debe la carencia de cultura política de algunos sectores sociales en el 15M y por extensión, en la sociedad española?

El 15M tiene dos ramas. Una que fue la acampada en la Puerta del Sol, Plaza de Catalunya y diversas plazas, donde se reunieron principalmente jóvenes con una ideología capitalista inyectada en vena gracias a un sistema educativo implantado por capitalistas y para capitalistas en base a apuntalar el sistema desde los primeros años de vida de la ciudadanía, que en muchas ocasiones -en mi opinión- por lo que estaban rabiosos era porque habían perdido su parte del pastel dentro del sistema. Ya ni si quiera el sistema les aceptaba a ellos como miembros de pleno derecho: habían perdido sus becas, habían perdido sus casas, habían perdido sus posibilidades de trabajo, su libertad de expresión, de reunión, de manifestación, etcétera. Me da la impresión de que lo que buscaban era que el sistema volviera a ser de alguna manera una socialdemocracia capitalista.

Querían volver a las épocas de bonanza anteriores...

Si. Básicamente querían volver a los años noventa y primeros dos mil, donde aquí había presuntamente dinero a expuertas y todo el mundo podía hipotecarse para toda la vida en una casa.

Claro, es que hay gente que a su corta edad, no había conocido otra cosa...

No habían conocido otra cosa, y estaban profundamente desideologizados. La ideología es fundamental para conocer cuales son las causas de los problemas, cuales son las causas de la miseria, de la pobreza, de la falta de educación, de la falta de cultura. Una vez que tomamos conciencia de todo eso, a través de la ideología podremos plantear soluciones posibles. Dentro del 15M había otra parte más mayor en edad que fueron los que organizaron básicamente todas las comisiones de economía, educación, cultura, ecología, banca. Y fueron los que finalmente -después de los desalojos de las plazas- han quedado como grandes activos políticos y sociales a la hora de plantarle cara al sistema. Tanto abogados, como algunos jueces, economistas, maestros, maestras, ecologistas, puros y duros activistas de izquierdas de toda la vida que han mantenido vivo el espíritu del 15M y que luego además han nutrido a muchas plataformas como la PAH, por ejemplo, que siendo anterior al 15M se ha nutrido de activistas muy politizados que tomaron conciencia en el 15M. Por eso yo creo que el movimiento 15M tenía dos vertientes.

Reacciones como la del 15M vinieron motivadas por una serie de ajustes, recortes sociales y de derechos que se orquestaban desde la Unión Europea, para salir de una crisis económica, y que hasta ese momento de estallido social no habían encontrado respuesta por parte de la ciudadanía. ¿Crees que estamos pagando un precio social por habernos alejado de la política tanto tiempo?

Absolutamente. El sistema nos ha convencido de que viviamos en una democracia. De que era posible la connivencia de la democracia con la monarquía, de la democracia con la OTAN, de la democracia con la Unión Europea, con el BCE. Nos habían convencido de que el sol salía por el oeste. Entre los partidos políticos del régimen, los medios de comunicación, las escuelas y las universidades. Fundamentalmente estos tres ejes han servido a los intereses del capital, de las grandes fortunas y de los bancos y las grandes empresas a través de sus programas escolares, educativos (entre comillas), y a través de los medios de desinformación generalistas desde el País a la Razón, que llegaron a convencer al pueblo de que vivíamos en el mejor de los mundos posibles. Hasta el punto de que la clase trabajadora dejó de creerse clase trabajadora, y se pensaron clase media.

Podíamos comprarnos un coche, una lavadora, irnos de vacaciones...

Incluso teníamos acceso a una vivienda, eso si, no nos decían que la tasación era veinte veces superior al valor real de la vivienda. Confundimos valor con precio. Y además las universidades se llenaron de profesores y profesoras adeptos al régimen, cuyo principal objetivo era apuntalar este sistema capitalista neoliberal y destructor y absolutamente deshumanizado.

Sin embargo mucha gente observa y opina que ahora mismo vivimos una época propicia para el cambio social. También es verdad que el cambio social así, en abstracto, es un arma de doble filo, porque puede darse en diferentes direcciones. Tú, ¿qué panorama de cambios posibles observas? Mójate: la mejor de las opciones y la peor de ellas.

Para mal, porque peor no creo que se pueda, sería continuar como estamos. Que continuara gobernando un partido o coalición de partidos cuyos únicos objetivos fueran suavizar o practicar eso que llaman capitalismo amable, capitalismo de rostro humano. Que en mi opinión son términos absolutamente contradictorios: no existe el capitalismo de rostro humano. Sólo existe el capitalismo con el rostro de un billete. Creo que a peor es difícil ir. Podríamos tener un Estado auténticamente fascista, pero es que el fascismo ha mutado mucho. En cualquier caso el fascismo, en mi opinión, no es más que una más de las herramienta que tiene el capitalismo y que hace uso de ella una vez que ve que sus privilegios empiezan a peligrar.

Y la mejor de las opciones...

Hombre, para mí la mejor de las opciones sería una revolución proletaria. Pero si estamos hablando de hechos posibles, la mejor de las opciones sería un gobierno socialdemócrata que continúe asumiendo la OTAN, asumiendo al Unión Europea, el euro, la estafa que significa el Banco Central Europeo, asumiendo la banca privada y sin crear una banca pública, asumiendo que los medios de comunicación puedan seguir mintiendo y tergiversando en contra de esa Constitución pírrica que firmamos...

Me he perdido, ¿esa es la mejor de las opciones?

Esa es la mejor opción que yo veo en este momento. Y que a su vez, para contrarrestar todo eso, se garantice la educación pública y gratuita, se garantice la salud pública y universal, se garantice en cierta manera el acceso a la cultura de las clases populares, que ahora mismo está al alcance exclusivamente de la gente que tiene mucho dinero, ¿no? Un concierto de Joaquín Sabina te vale sesenta y cinco euros, y va a dar dos. Yo creo que esas son las posibilidades reales que yo veo en este país, porque no hay conciencia todavía de que el problema es el capitalismo, porque desde los medios de comunicación hasta los partidos presuntamente de izquierdas, incluidas nuevas iniciativas políticas que todos conocemos, están fijando el foco en los corruptos: en Bárcenas, en Urdangarín, en Blesa, en toda esta última redada anticorrupción -entre comillas- que para mí no es más que una nueva estratagema del sistema. Están centrando la atención en los síntomas del auténtico cáncer, de la auténtica enfermedad que estamos sufriendo que es ni más ni menos que el sistema capitalista neoliberal. Al contrario de lo que nos vende el propio capitalismo, que nos dicen que lo que quiere es reducir el Estado a la mínima expresión o incluso acabar con él, eso es una más de sus falacias. Lo que quiere es que el Estado se reduzca, eso sí, al Ministerio de Hacienda y a los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado. Pero el capitalismo es consustancial a la corrupción, el capitalismo es consustancial a la guerra, a la violencia, a la explotación, a un sistema absolutamente por y para las clases dominantes y contra las clases populares, la clase obrera. Hasta que no consigamos concienciar a la gente de que el problema es el sistema y no sus corruptos necesarios para avalarlo y sustentarlo, creo que no hay nada que hacer. Por lo tanto creo que no hay nada que hacer dentro de la Unión Europea, dentro del euro, dentro del Banco Central Europeo, dentro de la OTAN, y dentro de una banca privada y omnipotente.

Te he escuchado hablar de muchos temas en las entrevistas que te han hecho y en lo que has escrito, a lo largo del proceso de documentación de esta entrevista. Lo que no he leído -o yo no he encontrado- es tu opinión sobre la mujer respecto del cambio social. Estamos hablando en este caso y desde tu punto de vista, hacia un cambio en clave progresista, anticapitalista, incluso revolucionaria.

Primero y como autocrítica, como hombre de izquierdas, considero que tengo mucho que aprender todavía sobre los movimientos feministas, la lucha feminista y sobre la necesidad de la lucha feminista y del concepto de feminismo dentro de la revolución social. Dicho esto, aunque solo sea por una cuestión numérica, las mujeres constituyen más del 50% de la población mundial y son las primeras víctimas de la explotación laboral, las primeras víctimas de las guerras, las primeras víctimas del capitalismo, del analfabetismo, de la exclusión, de la exclavitud, y fundamentalmente son también un arma de guerra dentro de los conflictos armados. Las mujeres trabajadoras por un mismo trabajo están cobrando un 35% menos de sueldo, no pueden acceder en igualdad a puestos de dirección en las empresas, les es casi imposible acceder a puestos relevantes en partidos políticos, sufren la desigualdad laboral no solo en sus puestos y en sus posibilidades de ascenso sino en su propia maternidad, como si fuera una enfermedad. Ahora han creado una enfermedad y pastillas para remediarla que se llama menopausia, ha pasado a ser una enfermedad porque lo ha dicho la Organización Mundial de la Salud y porque hay cientos de empresas farmacéuticas que están dispuestas a venderos a las mujeres remedios contra la menopausia. Por supuesto el acceso al aborto libre y gratuito es otra lucha que lleva abierta cincuenta años, y seguimos en el mismo punto. Además cualquiera puede venir a decir cualquier barbaridad respecto a que las mujeres andan provocando las violaciones cuando se ponen una minifalda, o como decía el fascista este alcalde de Valladolid cuyo nombre no quiero recordar, las mujeres se pueden meter en un ascensor para tentarte y luego salir corriendo y decir que la has violado...

A él, precisamente...

Claro, a él que es un sex simbol de toda la vida.

Sólo hay que verle.

Creo que el machirulismo rojo patrio español necesitamos tomar conciencia de una vez por todas de que la lucha feminista es nuestra lucha y de que sin ese componente dentro de la lucha política y social vamos a ser incapaces de llegar a ningún sitio.

Continuamos en la línea del cambio social. Recientemente hemos tenido momentos históricos de estos que parecen un punto de inflexión. En varias recientes ocasiones a algunos nos parecía que ahora sí, llegaba el cambio, pero no acaba de llegar. Uno de estos momentos fue la reciente abdicación del anterior rey Juan Carlos. En quince días nos colocaron a su hijo y lo que parecía un atisbo de cambio fue finalmente un movimiento continuista. ¿Cómo interpretas la estrategia de la abdicación del rey?

Yo creo que al rey lo han obligado a abdicar. Bueno, de hecho va a morir siendo rey según la oficialidad. Pero creo que lo han obligado a abdicar porque la monarquía corría realmente mucho peligro de ser derrocada nuevamente es este país. Ya hemos conseguido hacerlo dos veces, y en la Segunda República lo hicimos sin disparar un solo tiro.

¿Dónde estaba ese riesgo?

La propia familia real era el riesgo de acabar con la monarquía. El propio rey, el señor Urdangarín, la señora Cristina de Borbón. Ellos mismos eran el peor peligro para la monarquía, ellos y a la vez una progresiva republicanización del pueblo y de la ciudadanía que cada vez veía con peores ojos y cada vez desconfiaba más de ese discurso oficial y obligatorio de que la monarquía y la democracia son sistemas perfectamente compatibles, incluso el mejor de los sistemas posibles, que se ha dicho. Y de eso han tenido fundamental responsabilidad el PSOE y el diario El País, que han sido los principales valedores de Juan Carlos de Borbón y de todas sus fechorías a lo largo de estos últimos cuarenta años.

¿Felipe VI qué opinión te merece?

Felipe VI debería ser derrocado inmediatamente. Él y su repugnante y putrefacta institución. Es el relevo del relevo de Francisco Franco Bahamonde, el mayor genocida que ha conocido este país. Realmente me la trae floja Felipe VI, lo que me jode y me llena de indigación es la institución, la monarquía, que en este país en 2014 continuemos teniendo una institución tan retrógrada y criminal como ha sido la monarquía, y fundamentalmente los Borbones. Sobre esto recomiendo un libro de Iñaki Erratzkin muy interesante que se titula 'Hasta la coronilla. Autopsia de los Borbones' que repasa toda la historia de la dinastía Borbón. Han sido todos unos puteros, unos ladrones, unos criminales, unos comisionistas.

¿Se te ocurre algún nombre que te inspire confianza como presidente de una hipotética República en España?

Fidel Castro, que es medio español.

¿Y de aquí? Más cercano...

Cualquiera que esté dispuesto a sacarnos de todas estas instituciones que te he dicho, Unión Europea, OTAN, Banco Central Europeo. Cualquiera que esté dispuesto a nacionalizar la banca. Toda la banca. Cualquiera que esté dispuesto a aceptar el derecho de autodeterminación de los pueblos como principio básico y fundamental de la democracia. Cualquiera que esté dispuesto a trabajar por los intereses de la clase obrera y gobernar en contra de las clases privilegiadas. Que esté dispuesto a expropiar las tierras de la Duquesa de Alba y entregárselas a los agricultores. Cualquiera que esté dispuesto a poner los medios de producción en manos de los obreros y de las obreras. Cualquiera que esté dispuesto a redactar una ley de medios de comunicación que entregue la mayoría de los medios a las colectividades y a las organizaciones sociales. Cualquiera que esté dispuesto a erradicar las subvenciones de 13.000 millones de euros anuales a la iglesia católica apostólica pederasta y romana. Cualquiera que esté dispuesto a sacar a los curas y a las monjas de nuestros colegios y nuestras universidades. Que esté dispuesto a erradicar y a eliminar a las unidades de intervención policial, o sea, los antidisturbios. Cualquiera que esté dispuesto a implementar las relaciones internacionales con nuestros socios y amigos naturales que son los nuevos procesos revolucionarios o semirevolucionarios en América Latina. Cualquiera que esté dispuesto a romper relaciones con los Estados Unidos de América y abrir relaciones bilaterales con Ecuador, con Cuba, con Bolivia, con Venezuela.

Eres exigente con tu presidente...

Si, hay que serlo. No me valen las medias tintas, porque con las medias tintas... Al final si no metemos en la cárcel a todos los capitalistas y a todos los que han vendido este país, volverán a ganar los puestos que una socialdemocracia les haya mínimamente quitado de las manos.

Hablando de cárceles. Creo que estás de acuerdo en que la ola de represión abierta contra los ciudadanos es tremenda y sin precedentes desde la transición. Los represaliados y los presos políticos son -y han sido- un hecho en el Estado español hasta el día de hoy. ¿Tú crees que están socialmente reconocidos? ¿El español medio sabe que aquí hay presos políticos y sabe lo que eso implica?

Evidentemente no. Somos una minoría los que somos conscientes de la cantidad, de los cientos de personas que son pura y duramente presos políticos, presos por ejercer su derecho a la lucha política, al activismo político, a la libertad de expresión. Un ejemplo claro es el de Arnaldo Otegui, que está preso por ejercer la libertad de expresión y por ejercer su derecho a la lucha política encaminada a la autodeterminación del pueblo vasco. Tengamos en cuenta que somos el país con menor índice de delitos de la Europa de los quince, sin embargo somos el país con más número de presos, con una cifra que oscila entre los 60.000 y 70.000 presos. Otro presidente que yo apoyaría sería el que estuviera dispuesto a abrir las cárceles, que estuviera dispuesto a sacar a los trabajadores migrantes, a los que menudean con drogas, a los toxicómanos, a los pequeños chorizos, a los que roban una barra de pan, a los presos políticos, y abra las cárceles a los corruptos, para los capitalistas, para los dueños de los bancos.

En esta línea, ¿cuál es tu interpretación sobre la función social que tiene una institución penitenciaria?

Aquí y en todos los países las cárceles son los agujeros que el sistema tiene preparados para todos aquellos excluidos del sistema por razones fundamentalmente económicas: los pobres, en dos palabras. Los gitanos, los negros, las minorías, los pequeños chorizos, los excluidos. Es una de las instituciones represivas más antiguas del mundo que inexplicablemente todavía sigue funcionando y que para lo único que sirve es para, como decía la Polla Récords, para esconder los errores del sistema. Son una parte más del estado terrorista que impera contra las clases populares y en nuestro país últimamente se está recrudeciendo el asunto. No solo se está recrudeciendo sino que llevamos el camino de los Estados Unidos donde todas las cárceles son privadas, con lo cual llevamos el camino de convertir las cárceles en un negocio, lo que supone ni más ni menos que cuanto más presos, más dinero para las compañías privadas que gestionan esas cárceles. Por ejemplo en la Comunidad de Madrid las cárceles para menores se han puesto en manos de Florentino Pérez, presidente del Real Madrid y de ACS, su compañía, que no solo construye las cárceles para menores sino que además se les entrega la gestión. En estas cárceles hay multitud de casos de suicidio o intentos, celdas de aislamiento, castigos, malos tratos, torturas. Las torturas y los malos tratos son sistemáticos en este país, ya sea a los detenidos por haber robado en una panadería, ya sea a los militantes políticos exclusivamente de izquierdas -y eso hay que decirlo así-, o contra los independentistas ya sean catalanes como en la Operación Garzón durante las olimpiadas del 92, donde hubo una redada absolutamente fascistoide dirigida por el juez Garzón contra los independentistas catalanes. Como los cuarenta años de represión que lleva sufriendo el pueblo vasco por el simple hecho de ejercer su derecho a la lucha política por la autodeterminación. Sobre los presos de ETA habría mucho que hablar y en mi opinión hay algunos que deben estar ahí: los asesinos de Miguel Ángel Blanco no creo que sean presos políticos. Sí son presos consecuencia de situaciones políticas o de conflictos políticos, pero los conflictos políticos no se solucionan asesinando a un chaval por el hecho de ser concejal del Partido Popular. Ahora, hay muchos que están presos con la excusa de pertenecer a ETA, por ejemplo la gente de Herrira, o el nuevo macrojuicio que se está celebrando ahora mismo en Madrid contra los chavales y las chavalas de Segi, que no son ni más ni menos que la judicialización de la democracia y de la lucha por la democracia.

Sobre censura, ¿qué puedes decir? ¿crees que tenemos censura contra productos culturales e intelectuales de ideología de izquierdas?

Existe una absoluta y total censura, y lo peor de todo, autocensura por parte de los trabajadores y trabajadoras del mundo de la cultura, como un instrumento más del sistema capitalista para tapar cualquier tipo de disidencia, cualquier tipo de expresión cultural que ponga en tela de juicio el funcionamiento del sistema capitalista neoliberal. Existe la censura por ejemplo en un guión cinematográfico, donde te obligan a quitarle una, dos o veinticinco páginas. Se ejerce mucho la autocensura. Muchos guionistas saben que habrá ciertas obras escritas por ellos que no van a pasar la censura siquiera del productor que va a leer esa producción artística.

¿Quien pone la pasta, censura?

Quien pone la pasta, manda, entonces quien pone la pasta, es quien censura. Los que no se autocensuran tienen a los grandes productores de este país que les van a obligar a quitar una o veinte páginas, incluso el título, o ciertos actores incómodos para sus producciones. Y en última instancia están los dueños del cine español, que en estos momentos son los dueños de las televisiones privadas. Dentro del cine en concreto, que es lo que más conozco, los dueños del cine son las grandes televisiones privadas, fundamentalmente Antena3 y Telecinco, y en última instancia la 1 de Televisión Española que funciona como una cadena privada también al servicio de las clases dominantes. Sí existe una censura brutal en cualquier tipo de expresión cultural en este país, y lo vemos todos los días, se censuran y prohiben exposiciones porque sale un cristo masturbándose, por ejemplo, o exposiciones de escultura porque les parece que son ofensivas contra las creencias religiosas. Fundamentalemente la religión está muy detrás de todo eso y en concreto la Conferencia Episcopal, una de las instituciones más reaccionarias y fascistas de este país. Se prohíben conciertos de música y para eso podemos hablar con Sociedad Alkohólica, con Manu Chao, con Fermín Muguruza, con Albert Pla, en fin. La censura está por todas partes, incluyendo actos políticos, por ejemplo la dirección de Comisiones Obreras censura repetidamente todo tipo de actos políticos porque consideran que son demasiado subversivos, ellos que están al servicio de la patronal no pueden permitir ciertos actos políticos obviamente reivindicativos de los derechos humanos pero que ellos consideran que no son aptos para prestar sus auditorios, y deben olvidar que los pagamos entre todos.

¿Tú sigues sin tener televisión?

Si, sigo sin tener televisión. Creo que la televisión es el nuevo opio del pueblo.

Cambiando de tercio y para terminar de dibujar esta perspectiva del contexto político, social y cultural en el que nos movemos en España en la actualidad, ¿cuáles crees que son las cuentas pendientes que tiene nuestro país en el extranjero? Y no hablamos de deudas económicas, sino de deudas justas y deudas de solidaridad.

Pues creo que España debería incrementar la presión internacional para que Sahara Occidental fuera reconocido un estado legítimo. Deberíamos ejercer nuestro derecho reconocido por ser aún a día de hoy los gestores de Sahara Occidental. Deberíamos impulsar relaciones con Latinoamérica, en especial con quienes llevan a cabo procesos democráticos. Con Cuba. Deberíamos salir de la OTAN y dejar de participar en guerras con la excusa de la guerra pacifista. Deberíamos apoyar a todos los pueblos en lucha por su libertad, como Palestina. Deberíamos expulsar las bases militares de los ejércitos terroristas de Estados Unidos y romper las relaciones internacionales que supongan socavar derechos políticos y sociales.


Tú mismo has definido tus orígenes familiares como "burgueses", aunque también has señalado que no por ello han sido menos combativos. ¿Crees que es más fácil o más difícil que surja el activismo desde una posición social más acomodada?

Bueno, hay que matizar que uno de mis abuelos era camionero, y el otro registrador de la propiedad en la época franquista, es decir, en una época en la que no se registraba casi ninguna propiedad. Ellos si pasaron apuros económicos, conocieron el hambre. Mi padre incluso. Luego mis padres consiguieron una posición económica propia de la media burguesía gracias a su trabajo. Es más fácil ser rebelde habiendo pasado hambre, exclusión, represión, que habiendo tenido todo, como es mi caso. Yo le digo a la gente que no se fíe de mí, porque soy un burgués, yo no me fiaría nunca de un burgués porque tienden a defender sus intereses de clase, como por ejemplo hizo el gobierno burgués de la Segunda República, que prefirió exiliarse antes que dar las armas al pueblo, con un sentir paternalista. Otro ejemplo es el de Salvador Allende, y aunque me criticarán por decir esto, él se pegó un tiro pero el pueblo seguía muriendo en las calles. También hay casos de personas que aunque vienen de la burguesía consiguen mantener ese desclasamiento de arriba a abajo, como es el caso de Chávez o Morales.

¿Qué has perdido y qué has ganado con la defensa de tus causas y con tu visión política?

Prefiero no hablar de lo que he perdido. En Sahara yo a estas alturas estaría preso o muerto. En Colombia estaría enterrado en una fosa común. Mis consecuencias han sido mínimas. He ganado mucho, he ganado camaradas, ejemplos de humanidad y de lucha, he viajado y he conocido movimientos en Cuba, Venezuela, Bolivia. He compartido encierro con sinpapeles, he participado en la segunda flotilla por la libertad de Palestina y contra su aparheid. He conocido artistas de izquierda, he aprendido del ejemplo de hombres y mujeres con los pies desollados que venían en las Marchas por la Dignidad. Lecciones que una alfombra roja jamás podría haberme enseñado. Mi activismo me hace ser mejor persona y me siento orgulloso de lo que he hecho. He recorrido mi camino priorizando la lucha por la solidaridad, la justicia social, y el comunismo libertario.



Alba Sánchez

miércoles, 12 de noviembre de 2014

ESOS LECTORES "PEREZOSOS" DE INTERNET

Últimamente me vengo encontrando con sorpendente frecuencia con lectores que -desde el cariño- me dicen que corte el rollo. No me lo dicen así, aunque muchos son mis amigos y podrían, pero el mensaje de fondo viene a ser: Alba, te enrollas como las persianas y esos textos tuyos tan largos son indigestos para un buen porcentaje de tus potenciales lectores. Creen que si fuera más sintética me leería más gente, que a veces da pereza enfrentarse a un texto cuando vez un párrafo detrás de otro y la cosa no termina con un golpe de la rueda del ratón, o de dedo si vamos por lo táctil. Me encantan las críticas constructivas, y me encanta que las personas que me dicen esto, me demuestren a continuación que ellos sí que se han leído la parrafada de turno, aunque ni siquiera todas sean buenas ni interesantes. Me gusta ver que tengo buenos lectores, la cantidad no me interesa tanto. Sin embargo se a lo que se refieren. Y después de darle un par de vueltas desde que me lo dicen unos y otros, observo problemas de fondo a esta actitud de la que me hablan: el primer problema es que creo que tienen razón; el segundo es esa perniciosa tendencia a la excesiva simplificación a la que nos abocan las nuevas tecnologías; y por último, el tipo de lectores en el que nos estamos convirtiendo.

Tienen razón, lamentablemente, su interpretación es cierta. Existe una tendencia hacia la pereza lectora que cada vez está más generalizada. No voy a entrar en los componentes sociológicos que hacen que esto sea así porque entraríamos en otra parrafada que a más de dos les parecería infumable. Pero lo cierto es que hay muchos usuarios de internet que ante un texto amplio o complejo, pasan. Se aburren, se acojonan, les invade el tedio, qué se yo. El caso es que pasan la vista fugazmente por titulares y ladillos, olisquean el texto a ver si hay alguna parte que en concreto les interese, y si no es así, carpezato y a seguir mirando el facebook de tu vecina del quinto. No obstante todavía quedan justos en Gomorra y lectores algo más elevados que se agradecen, aunque también es cierto que en el entorno digital se pasa de ellos al darse prioridad a la simplificación. Y así nos va.

Como periodista y como escritora, rechazo frontalmente esta imposición por el simplismo excesivo que nos llega con asombrosa frecuencia de editores o lectores. Tengo experiencias en varios trabajos que coincidían en el punto de la sencillez: textos cortos, lenguaje simple, pocas florituras, al grano. Yo siempre he pensado que porque un texto sea amplio no quiere decir que no vaya "al grano", pero las ideas complejas y elaboradas merecen, desde mi punto de vista, la misma consideración al ser pasadas a texto. Que los textos de las noticias de los mass media sean simples y cortos lo entiendo, ya que su propia naturaleza de negocio les exige llegar a un público tan amplio que ese criterio resulta válido. Eso no quiere decir que el periodismo, la literatura, la filosofía deban redactarse del mismo modo en todos sus contextos. Menos en un entorno tan plural como internet. Creo que debemos dejar de confundir lo que es operativo para vender muchos periódicos, de lo que es importante y sustancial, y que por lo tanto merece pararse quizás más de diez minutos en la lectura y el análisis.En este sentido los profesionales tenemos gran responsabilidad.

Todo esto no habría que explicarlo si en general fuésemos otros tipo de lectores. Quizás si simplemente tuviésemos un hábito lector generalizado. Ahora hablo de los españoles en su conjunto, un pueblo que pasa bastante de la lectura y que presume de lector porque se ha ventilado la saga Crepúsculo en dos días, que muy bien, pero que no solo la velocidad de lectura habla de un lector voraz, que finalmente puede serlo realmente. O no. La calidad de la historia, su grado de elaboración, el ideario que un libro lleva detrás, también dice mucho de quien lo lee. Yo misma me leí El Código Da Vinci hace años y creo que lo fulminé en días, pero a día de hoy no guardo un recuerdo especialmente bueno de ese libro, ni siquiera lo recomendaría, aunque en su momento me entretuvo. Por otra parte tenemos El imperialismo, la fase superior del capitalismo, de Lenin, que ocupa poco más de ciento cincuenta páginas en la edición que yo manejo, y que la mayoría de los lectores de Crepúsculo probablemente considerarían cuanto menos arduo, pese a ser la cuarta parte de las novelas del culebrón vampírico. La dimensión de un texto no quiere decir nada sobre su calidad, es solo el lector, con el esfuerzo de penetrar entre esas letras, frases y párrafos el que tiene la última palabra, y siempre desde sus propio hábito lector y su punto de vista. Pero lo de juzgar a los libros por la cubierta se estila demasiado desde que internet nos hizo presa de la sobreinformación, de la inmediatez, de los contenidos que al segundo han caducado.

Estoy preparando una entrevista con Willy Toledo. La realicé la semana pasada y esta la estoy dedicando en ponerla a punto. El caso es que queda larga porque lo cierto es que hay mucho que decir sobre los temas que abordamos. Mi primera impresión al ver el bruto de texto que me quedaba fue pensar "habría que dosificarla, quizás en dos partes, meter más fotos para que no resulte demasiado texto". Estaba pensando en algunos lectores, los de la pereza textual o literaria, a los que por cierto no conozco personalmente en lo que a mi blog se refiere. Aún así no quería asustarlos. De repente tuve un ataque de lucidez y pensé en mí y en mi entrevistado: yo me he currado una entrevista que considero interesante, y el entrevistado se ha tomado la molestia de darme muchos y buenos contenidos. ¿Recortar? Pues no señor, que para eso ya tenemos a Rajoy ¿Dosificar? Pues tampoco, oiga. Quien quiera que lo lea, quien quiera que lo olisquee, que lo comparta sin abrirlo porque les gusta el titular y la foto, que hagan lo que quieran. Es para la gente que se va a tomar la molestia de dedicarle un rato a leerla en profundidad, para quienes se ha hecho esta entrevista. Serán pocos, pero destacan por su validez.

Por eso me empeño en reivindicar nuestro desarrollo como lectores, y a poner esa prioridad por encima de toda la simplificación en la que nos envuelve un sistema que -¡sorpresa!- no quiere que pensemos. Si no leemos, menos pensamos. Y para mí ahí está la evidencia de tanto afán por la simplificación. Señoras y señores, tengo una noticia: hay que leer más, pero sobretodo, hay que leer mejor y ser más exigentes con uno mismo. Solo así podemos llenarnos la cabeza de cosas realmente interesantes. Si esto lo digo aquí es porque se que quien tiene la suficiente paciencia para comerse mis parrafadas es porque es capaz de leer cosas mucho más interesantes. No nos dejemos llevar por esa vorágime de inmediatez que internet parece querer imponernos, ante un buen análisis, una buena reflexión, no debe haber pereza. El librepensamiento y la calidad de las lecturas con las que decidimos implicarnos están bastante relacionados. Quizás así acabemos de una vez con estos casos que todos conocemos de comunistas que no han leído a Marx, o feministas que no saben quien es Simone de Beauvoir, o qué se yo, anticapitalistas consumidores de apple. Todos tenemos nuestras contradicciones -yo la primera- pero la lectura de calidad nos ayuda a limarlas y es útil. Internet es una ventana abierta al mundo, con sus cosas buenas y malas. En nuestras manos está aprovechar la ventana para asomarnos al exterior y enterarnos de qué va el tema, o utilizarla para saltar al vacío de superficialidad en un suicidio intelectual que nos puede costar caro en términos políticos, sociales y humanos. 





Alba S.









jueves, 6 de noviembre de 2014

TTIP, O EL SECUESTRO DEFINITIVO DE LA DEMOCRACIA

Algo se mueve en Europa. Desde hace meses la Comisión Europea negocia con el Departamento de Comercio Estadounidense la conocida como Asociación Trasatlántica para el Comercio y la Inversión (ATCI o TTIP, por sus siglas en inglés). Este acuerdo no se aprobará antes de 2016, y sus negociaciones están siendo orquestadas desde el viejo continente por Karel Gucht, el comisario europeo de comercio, que está siendo investigado en la actualidad por defraudar presuntamente 900.000 euros. Estados Unidos ha puesto al frente a Michael Froman, definido por el diario Nueva Tribuna como un “tiburón neoliberal asesor de las cumbres del G8 y G20”.

Este tratado no es muy conocido por la opinión pública y no está siendo sometido a debate parlamentario ya que la Comisión Europea, aunque es un órgano no electo, sorprendentemente tiene capacidad para emitir leyes (casi ná). Esta misma Comisión define el tratado en su página web como un sistema para “eliminar las barreras comerciales entre los Estados Unidos y la Unión Europea […] y simplificar la compraventa de bienes y servicios entre estos dos espacios. Eliminar esas barreras supondrá crecimiento económico, creación de empleos, y una disminución de los precios”. Presentan cálculos que hablan de un beneficio de 119.000 millones de euros al año para la Unión Europea, y 95.000 millones de dólares para la economía estadounidense. Esta es la versión oficial, parece hasta bonita, por eso sorprende que no hayan intentado venderla con más ahínco, y que hayan optado por el secretismo y los acuerdos de despacho que dejan a la ciudadanía absolutamente de lado.
 
Por su parte, la Asociación por la Tasación de las Transacciones financieras y por la Acción Ciudadana (ATTAC) no lo ve todo tan ventajoso. Aseguran que este Tratado traerá una agudización del proceso de liberalizaciones y privatizaciones que ya se ha iniciado en Europa con las políticas de ajuste estructural. Según la organización, las consecuencias de este tipo de procesos “se han traducido en recortes, despidos, pérdida de derechos y de calidad de los servicios, al poner la rentabilidad económica por encima de todo lo demás”, y en el futuro auguran “el aumento del paro y de la precariedad de la población y de la carga para las clases con menos ingresos, especialmente para las mujeres, que suelen ser las encargadas de cubrir los cuidados básicos cuando el Estado se desentiende de ellos”.



Las principales claves del tratado trasatlántico se pueden sintetizar en los siguientes puntos:

-Limitar la soberanía gubernamental para facilitar el acceso de las demandas de empresas contra políticas que afecten a sus intereses. Se les otorgarán amplias facultades para impugnar nuevas leyes.
-Abrir los mercados de sectores clave de los países europeos: energía, patentes, sanidad pública o soberanía alimentaria, entre otros.
-Eliminar restricciones en transacciones financieras y en la comercialización de productos financieros derivados.

Diagonal va un paso más allá en su explicaciones y señala las consecuencias concretas que el tratado puede tener en materias tan importantes como la sanidad pública: “Estas negociaciones  incluirían un capítulo sobre inversiones, con el que empresas farmacéuticas y de servicios hospitalarios podrían impugnar legalmente las políticas públicas de salud […] Aparte de que la UE ensaya vender los servicios de salud pública a los inversores transnacionales, con el pacto comercial se pretende profundizar en los Derechos de Propiedad Intelectual que debilitaría el acceso de pacientes –especialmente de enfermedades crónicas- a medicinas genéricas”. Entre las pocas explicaciones que la propia Comisión Europea ha dado sobre este proyecto, se ha dejado claro que lo importante es “la barrera comercial más importante no son los aranceles […] sino los obstáculos detrás de las fronteras, tales como las diferentes normas ambientales y de seguridad […] el objetivo de este pacto comercial es reducir costes y retrasos innecesarios para las corporaciones”.



 
Para reducir estos “costes y retrasos”, se señalan como posibles medidas:

-Eliminar o condicionar normas y marcos legales europeos y nacionales que obligan a la transparencia de ensayos clínicos de los laboratorios farmacéuticos.
-Reducir regulaciones ambientales y alimentarias que garantizan calidad y seguridad a usuarios y consumidores (las europeas son mucho más estrictas que las norteamericanas.
-Incrementar los derechos de propiedad intelectual de las empresas farmacéuticas.
-Proteger la inversión de las empresas sanitarias en los sistemas sanitarios.

La Asociación Transatlántica para el Comercio y la Inversión no va a someterse a la soberanía popular democrática. Ningún ciudadano europeo la podrá votar, y el Parlamento no se hará cargo de ella, ya que está en otras manos. La herramienta que queda para hacer oír la voz de los detractores son sus propias plataformas, que llenan la red de argumentos en contra a este acuerdo. Sin embargo, lo cierto es que la desinformación ciudadana respecto a este tema es grande, y el silencio institucional intenso. El TTIP es una especie de "fiesta del capitalismo" en su fase más avanzada, donde los tintes imperialistas de las políticas económicas que llegan desde Estados Unidos son tan obvios como inaceptables. 

¿Cómo puede afectarnos este tratado?

-Los pequeños negocios no podrán competir en precios con las grandes multinacionales, las grandes vencedoras de esta contienda. Muchas tiendas de barrio echarán el cierre.
-Entrarán en Europa productos que no garantizarán la seguridad alimentaria y sanitaria según los cánones que tenemos actualmente: más productos transgénicos, carnes hormonadas, cosmética con químicos que en Estados Unidos no están prohibidos pero en Europa sí, son solo algunos ejemplos. 
-Los derechos de las grandes empresas multinacionales estarán por encima de los derechos ciudadanos, y los Estados perderán capacidad de control sobre éstas. 
-Perderíamos derechos laborales (si es que aún nos quedase alguno), ya que Estados Unidos solo ha suscrito dos de los ocho convenios fundamentales de la OIT.
-Privatización de los servicios públicos: sanidad, educación, justicia. 
-Se eliminarían numerosas normas de control medioambiental por el mero hecho de que los productos estadounidenses no las cumplen, ni tienen por qué hacerlo en su territorio, como por ejemplo la limitaciónd e emisiones de CO2.  




Y lo peor de todo, es que todo esto que he escrito, recopilando de diarios, de prensa, de analistas de aquí y de allá, no es finalmente más que un cúmulo de elucubraciones que intentan arrojar luz sobre este asunto, pero lo cierto es que la mayoría de las informaciones a las que los ciudadanos hemos tenido acceso son fruto de filtraciones y de la buena memoria de algunos eurodiputados que están en contra de este secuestro de la democracia (una vez más hay que decir que aún quedan justos en Gomorra). Lo cierto es que puede haber muchos más datos que ignoramos, y que vayan a condicionar aún más nuestras vidas. Por lo pronto, con lo que sabemos, hay suficiente material para rechazar este acuerdo de despacho que burla cualquier norma mínima del juego democrático. La política de la UE se ríe en nuestra cara, nos vende democracia en píldoras autoritarias, que tienes que tragarte si o si. Negocian a nuestras espaldas asuntos de interés general y que condicionan muy mucho nuestras vidas. Nos echan encima nuevas medidas económicas represivas además de habernos recortado ya todo lo recortable en materia de bienestar social. El TTIP puede ser el golpe definitivo que termine de enterrar los escombros de lo que un día pareció una democracia. ¿Cuánto más estamos dispuestos a aguantar?
 

NO AL TTIP


Alba Sánchez