martes, 23 de diciembre de 2014

Queridos Reyes Magos...

Bien es sabido que no suelo pedirle muchas cosas a la realeza, salvo que se piren, pero este año con ustedes he decidido hacer una excepción acorde a los tiempos que vivo, por si acaso cuela y me traen lo que pido.Que a estas alturas ya no sabe una a dónde acudir...

No es que haya sido especialmente buena este año, lo normal, alguna que otra ida de pinza. En cualquier caso no he malversado millones de euros, ni me han condenado por corrupción, no he dado ruedas de prensa a través de un plasma, ni he aprobado leyes represoras de derechos civiles, ni he desahuciado a nadie. Tampoco he cerrado comedores escolares, ni ningún hospital, ni he recortado en investigación ni en renovables. No he maltratado a ningún animal, y he hecho todo lo posible por no fastidiar al mediambiente. En definitiva, no soy la mejor persona del mundo, pero en mi país hay mucha gente que me lleva ventaja en materia de mala leche.

Así pues, me gustaría pediros varias cosas para estas navidades. En realidad, me urgen bastante, si no queréis esperar a enero para traerlas, tampoco pasa nada. Necesitaría en primer lugar, que en el país en el que me ha tocado vivir (esto si que es una lotería) los perros uniformados del poder dejen de un vez de echar a la gente de sus casas haciéndoles un favor a los bancos. No se si a Oriente os llegan estas noticias pero en este intento de país llamado España, los desahucios han aumentado un 22% respecto al año 2013, según informa Banca Ética. Es curioso porque además, han dejado de salir tanto en la tele. Si esos mismos que echan a la gente de sus viviendas dejasen de apalearnos en las manifestaciones, o de golpear y de maltratar a personas que desesperadamente quieren entrar en nuestro país huyendo de la miseria, sería todo un detalle. Así que si queréis dejarnos agentes de seguridad nuevos que no estén contaminados por las órdenes del gran capital, sería muy de agradecer.

También os quería pedir un sistema educativo público, gratuito y de calidad para todos. No me lo traigáis supeditado a los intereses de pago de la deuda externa, por favor, así me lo habéis traído hace algunos años y he comprobado que definitivamente no funciona ni con las mejores pilas. El que tenemos ahora ya suma en recortes presupuestario 7.300 millones de euros y no nos viene nada bien. Lo dice una víctima del tasazo universitario así que no me la intentéis colar otra vez y traerme de una vez por todas una escuela pública de todos y para todos. Si fuera posible que viniese con un sistema universitario fuerte, independiente y que apueste por la investigación en todas sus ramas, sería fantástico.

Si además pudiéseis traerme una sanidad pública universal, os estaría muy agradecida. Pero cuando digo universal no lo pongo por poner, digo que quiero una sanidad donde nadie se muera en las salas de espera de los hospitales, donde no se cobre por los medicamentos básicos, donde no se cierren centros de atención primaria, donde también los inmigrantes puedan recibir asistencia aunque no tengan papeles. No se si estáis al tanto pero estamos a la cabeza de la Unión Europea en recortes de esta índole: el resto de los países recortan sanidad a una media de 0,6% anual, y aquí, como son así de chulos, nos pasan la tijera hasta el 1,9%.

Además hay otro asunto que quizás pudiéseis atender: quiero cárceles nuevas para mi país. Cárceles donde no se encierre a nadie por como piensa, o porque no tenga dinero, o porque se drogue o robe una barra de pan. Quiero cárceles con políticos, con defraudadores, con banqueros, con los traidores que nos han vendido, con quienes se financian de forma ilegal, con todos los que se llevan sus fortunas a Andorra, Suiza, Islas Caimán (y un largo etcétera), con asesinos, violadores y acosadores de mujeres, con maltratadores de animales y con terroristas medioambientales. De paso, quiero cárceles con derechos humanos, donde no mueran 883 personas bajo custodia, donde no se denuncien más 6.621 casos de malos tratos y torturas cada diez años.

Si todo esto os saliese algo caro, podríais pedirle un préstamo a las grandes fortunas, a los evasores fiscales, a los banqueros, a los estafadores. Quizás todavía podáis encontrar algún juez que se lo pida por vosotros, pero no nos vendría mal algunos más. Y ya puestos a pedir, me encantaría recibir una justicia sin tasas, a la que todo el mundo tuviera acceso, y que además fuese orquestada por jueces independientes del poder ejecutivo. De hecho os pediría muchas más cosas pero, ahora que hablamos del poder ejecutivo: un frente unificado de izquierdas es lo que más me apetece. Vosotros que sois bastante viejos (sin ánimo de ofender) seguro que recordáis a ese Frente Popular que unió todas las fuerzas políticas de izquierdas en la Segunda República Española. Os lo dejo como ejemplo de lo que me vendría realmente bien, a mí y a mucha gente. De hecho y pensándolo mejor, solo os pido eso: una izquierda fuerte, dialogante, unida y republicana. Un espacio de encuentro del sentido común, el humanismo y la justicia social. Olvidad de todo lo anterior que os he pedido: traernos ciudadanos despiertos, comprometidos y organizados, traernos lucidez a la vida política de las bases sociales, traernos conciencia social y de clase. Nosotros nos encargaremos de hacer realidad todo lo demás, y entonces no habrá sueño de justicia que pueda escapársenos.


FELICES FIESTAS, AMIGOS LECTORES



Alba Sánchez

lunes, 1 de diciembre de 2014

DE NEGRITOS Y DESAHUCIOS

Puedo perdonar la incultura (como por ejemplo confundir el río Miño con el Nilo), puedo pasar por alto la falta de tacto (como abroncar a espectadores o tratar de forma humillante a reporteros o compañeras), puedo incluso tratar de ignorar una absoluta de empatía y humanidad (Asunta recién asesinada aún estaría “blandita”, o la detención de los curas pederastas de Borja sería probablemente una estrategia para captar turismo en el pueblo), pero el racismo no, gracias. Y menos aún a costa de un tema tan sensible como los desahucios. Esta combinación me parece bastante difícil de perdonar, ignorar, o pasar por alto. Por eso voy a alzar la voz ante el último comentario de Mariló Montero en Las Mañanas de televisión española. Porque una cosa es que me importe un carajo tanto la señora en cuestión como su programa, y otra muy diferente es que con dinero público financiemos actitudes racistas y clasistas con total impunidad. Si en TVE quieren dejarlo pasar y esperar a que se olvide, lo asumo, aunque no lo comprenda, pero a servidora no le da la gana escuchar expresiones como “negritos” y que semejante falta de respeto pase sin pena ni gloria. 

Podeis leer un análisis del episodio al que me refiero en El Diario.es

Señora Mariló Montero, en este país llamado España residen –según datos del INE- más de 247.000 marroquíes, más de 22.000 argelinos, más de 215.000 ecuatorianos, más de 38.000 peruanos, y la cifra de afrodescendientes se cifra entre 700.000 y 1.600.000 personas. Le propongo este marco amplio de nacionalidades y tonalidades de piel porque no me ha quedado nada claro a qué se refería cuando hablaba de “negritos” a los que “hay que enseñar cómo labrar la tierra”. Quizás yo misma, que soy más morena que usted, y además soy de clase trabajadora y descendiente de agricultores tenga que meterme en el saco. Me pregunto si usted podría enseñar algo sobre “labrar la tierra”, no en el sentido literal –que estoy segura de que no-, si no en términos de buen hacer profesional. La tierra que usted labra, es -salvando las distancias- misma que intento labrar yo: el periodismo, la información, la comunicación. Así se gana usted ya vida y yo lo intento. Un comentario como el de los “negritos” denota no solo una absoluta incapacidad de argumentación política (recordemos que hablaba del programa de Podemos), sino una falta de sensibilidad y casi de socialización. Decir semejante barbaridad en un medio público debería haberle costado a usted el puesto, pero el infame sistema de medios con el que contamos en este país se encargará de absolverla, por eso no se preocupe. No obstante su  ética periodística queda muy en entredicho no sin motivo, su "labranza" particular, deja bastante que desear, como para ir dando lecciones...

Yendo un poco más allá, me parece que se excede usted ampliamente de las competencias propias de un presentador, que no son las de opinar sobre algo que sin duda desconoce, sino las de guiar un programa. Si además estas salidas resultan insultantes para un espectro bastante extenso de la población española, TVE debería sin duda revisar su caso. Permítame la osadía de recordarle, señora Montero, que las personas de raza negra pueden ser también españoles, o ser padres de los mismos. Que ya pasó la época de “la española cuando besa es que besa de verdad”, y ahora alguien puede haber nacido en Senegal y ser un madrileño, un asturiano, o un andaluz de pleno derecho, y se puede dedicar a labrar la tierra o a mil y una cosas más, y si le da la gana se come un cous-cous, o se hace un cocido con su pringá y todo. ¡Sorpresa! Fíjese como es esta gente que a veces tiene incluso trabajos dignos y legales dentro y fuera del sector agrícola, carreras universitarias, títulos profesionales, se compran casas y todo, llevan a sus niños a los coles que antes eran “de los blanquitos”, y es que además los niños ¡también son negros! Eso se llama multiculturalidad, Mariló, y es lo que tiene este país, mal que os pese a algunos. Los "negritos" hace tiempo que no son sólo un producto de marketing caritativo, sino que ahora son compatriotas, y en cualquier caso, conciudadanos del mundo que merecen un poco más de respeto.

Hay otra porción de la población negra (“negrita”, para que lo entiendas) que viven en situaciones de severa dificultad, dentro de nuestro país, en otros países donde acuden a buscar un futuro mejor, o en sus propios países. Muchos de ellos ni siquiera pueden “labrar la tierra” porque no la tienen, porque son víctimas de la insolidaridad de tu primer mundo que explota sus recursos, mantiene a sus dictadores, apoya la represión de muchos de sus pueblos, y permite que mueran por miles de hambre, disentería, guerras o enfermedades que aquí ya ni nos suenan. Por mucho que te lo parezca, Mariló, no están esperando a que ningún “blanquito” vaya a enseñarles cómo se utiliza un arado, más bien esperan que llegue el día en el que todos los seres humanos seamos efectivamente iguales independientemente del color de nuestra piel o nuestro lugar de procedencia. En ese utópico día no deberían existir opiniones absurdas como la tuya, que disfrazada de frase hecha denota un profundo desprecio. 

Todo eso sin hablar de los desahuciados, que son las personas a quienes comparaba usted con los dichosos “negritos”. Decía que no se les puede dar casa sin más, que hay que darles trabajo, “enseñarles a arar”. En fin. A las cifras de la comunidad inmigrante que la supera a usted en grado de pigmentación, súmele las 400.000 familias que se han visto afectadas por los desahucios criminales en este país desde que empezó la crisis. Así tendrá un número aproximado de personas que se han podido sentir ofendidas ante su comentario. La solución, según dejó entrever usted, no es dar los pisos vacíos de los bancos a las personas desahuciadas. No sé si es mejor que sigan durmiendo en parques y en cajeros mientras Rajoy termina su ungüento mágico por el empleo y nos lo aplica a todos. Yo no sé si Podemos tendrá la solución, pero la expuesta por usted es cuanto menos insensible a un auténtico drama humano. Piénselo. Igual es el momento de dejar de tirar de tópicos para hacer periodismo, y optar por observar la realidad a la que uno se enfrenta. Si no es tan difícil, de un paseo por Madrid y solo observe.

Como alguna vez ha dicho, es usted muy libre, tremendamente libre de opinar lo que te dé la gana, pero los ciudadanos que la mantenemos con nuestros impuestos somos igual de libres para ponerla en su lugar. Me da vergüenza que personas como usted sean la cara visible de la televisión pública de mi país. Me da vergüenza vuestro grado de politización, vuestro desprecio por la veracidad, vuestra impunidad cuando cometéis agravios periodísticos que te prohíben ya desde primero de carrera. Me da vergüenza su televisión, y sobre todo me da miedo pensar que haya gente dispuesta a coger vuestro relevo, a interiorizar ese tipo de posturas y opiniones, y a reproducirlas. Eso es lo que llevo peor. Cuando pienso en ustec, con esos comentarios, es algo así como una líder de opinión, simplemente me muero de miedo. 


PD: No dejéis de leer la carta de un "negrito" a Mariló Montero. No tiene desperdicio. 

PD 2: Tampoco podéis perderos el intento de "arreglo" de la señora, que da para otro artículo.


Alba Sánchez