“Un país, una civilización, se puede
juzgar por la forma en que trata a sus animales”.
Lo
decía Gandhi allá por los años noventa, y la vigencia de su afirmación es
total. Lástima que sea en sentido negativo, y que al parecer aún no hayamos
aprendido, pese a nuestro desarrollo tecnológico y intelectual, a respetar y
convivir en paz con nuestros compañeros de viaje.
El
maltrato animal es un hecho en la historia de la humanidad, incluso es uno de
los pilares del desarrollo en sus albores. Quizás no siempre hemos tenido plena
conciencia de estar maltratando a un animal, pero lo que si es obvio es que
tradicionalmente les hemos considerado cosas, posesiones de las que podíamos
disponer a nuestro antojo y para nuestro interés por diferentes motivos.