miércoles, 7 de enero de 2015

REFLEXIONES SOBRE RACISMO

Últimamente veo, escucho y leo más racismo del que me gustaría. Me parece francamente demasiado dislate, un grado aterrador de idas de pinza camufladas de frases hechas del tipo "yo no soy racista, pero...". Pero nada, oye. Si usas esa frase es porque probablemente, algo racista eres. También tienes la oportunidad de trabajar sobre ello, no está todo perdido. El racismo es una de esas enfermedades que se curan viajando o leyendo, pero hay que comprometerse con la propia curación, no vale cualquier cosa. Por poner un ejemplo, no vale pintar de negro a un tío para que haga de Baltasar en un país que se caracteriza por su multiculturalidad y su cercanía a África, porque estamos haciendo el paleto renunciando a visibilizar una de nuestras características culturales más enriquecedoras. Y además el ridículo.

Lamentablemente hay asuntos más preocupantes que el de los cutrefactos Baltasares desteñidos. Hace algunos días un hombre (si, sorpresa. Era un hombre. No un inmigrante, persona de color, subsahariano, ilegal, negro. Era un hombre, ni más ni menos) lanzó a un policía (que también era un hombre, exactamente igual que su asesino) a las vías del metro. El policía resultó muerto. No es que no lo lamente, nadie se merece una muerte así. Mal está por parte del hombre que lo lanzó, y provocó la desgracia para la víctima y su familia. Eso es totalmente condenable. Pero mal está también el tratamiento mediático que se ha dado después del hecho, donde se han resaltado básicamente la cuestión de la raza y de la condición de inmigrante del agresor, por encima de los meros hechos acaecidos. Los periodistas, como siempre, haciendo de las nuestras. Lo que me sorprende es que toda esa gente que nos pone sistemáticamente a parir por manipuladores, no lo haga en casos como este, donde todavía estaría justificado. Porque lamentablemente he observado que la versión y el enfoque racista de algunos medios de desinformación han triunfado de nuevo. Os pondría enlaces a los periódicos que han empleado lenguajes, expresiones y titulares abiertamente racistas, pero el ministro Wert ya no me deja. El caso es que ladramos sobre manipulación mediática mientras nos la inyectamos en vena. No lo entiendo.

Si en lugar de un hombre de raza negra hubiera sido un vecino de Getafe con toda su ascendencia entre Madrid y Extremadura, ¿habría cambiado algo en los hechos? ¿Estaría vivo el policía? ¿Sería menos malo el agresor? Que cada uno se responda según sus convicciones, en el interior de nuestras cabezas no nos engañamos ni a nosotros mismos así que probad a ver qué os encontráis por ahí todos los que decís que es un añadido de gravedad al asunto el hecho de que haya sido un "puto mono" o "un inmigrante de los que vienen a quitarnos el trabajo", un "ilegal" o "de los que vienen a hacer el mal, a robar o a delinquir". Se ve que todo el mundo sabe ahora quien es ese hombre, cómo ha llegado aquí, cual es su situación burocrática y para qué ha venido a nuestro país. Eso se llama juicio paralelo, y sobretodo se llama injusticia. Y lo de llamar "ilegal" a un ser humano... eso debería considerarse un caso clínico, a estas alturas del siglo XXI.

Si el hombre ha cometido un delito, que evidentemente así ha sido, tendrá que comparecer ante los tribunales como está mandado. Pero no tendrá que responder por negro, o por africano, o por inmigrante, tendrá que responder por arrojar a otro hombre a la vía del metro y matarlo. Sin más. Todo lo demás, perdonadme, son idas de pinza y racismo más o menos encubierto.

No escupáis tan alto, chavales y chavalas españolit@s, que formáis parte de un pueblo de pasado y de presente inmigrante, quien sabe si también de futuro. Si os creéis que los inmigrantes españoles que se van al extranjero son mejores que los que saltan la valla de Melilla, lo lleváis claro. La única diferencia entre ellos son las mentiras que os cuenten y os queráis creer. Si no, daros una vuelta por Londres o por Berlín y buscad algo de comida rápida, veréis que con muy poca de suerte, la podéis pedir en español si el inglés no es lo vuestro.

Añadir la etiqueta de la raza o la procedencia como agravante de un delito dice más de quien la emplea que de quien se habla. Estamos en el siglo XXI, en una sociedad que aparenta haber suprimido las fronteras, donde la tecnología nos abre ventanas inimaginables al mundo, y no sabemos usarlas. Nos creemos modernos y estamos anclados a esquemas mentales propios de siglos pasados, y además no hacemos nada por solucionar nuestra propia estrechez mental, ahora que tenemos más medios que nunca. Llamamos delincuentes y ladrones a quienes han venido a buscarse la vida (y esto no lo digo por el asesino del metro, sino por todas las generalizaciones que he leído a raíz de su noticia), y seguimos votando y dejando nuestro dinero en manos de quienes nos roban ya más que abiertamente (que por cierto, son españolísimos y blanquísimos). Qué mal te veo, España. Qué mal te veo...


Alba