miércoles, 23 de mayo de 2012

INJUSTIFICABLE


Ayer fue un día incierto de verdad. Agridulce, esperanzador a la par que delirante. Después de reflexionar mucho sobre todo lo leído y de lo que he sido informada, aún no se como enfrentarme al papel en blanco para hablar sobre ésto, pero lo tengo que hacer y tiene que ser hoy, que la actualidad apremia y luego nos olvidamos de las cosas importantes.

Que la jornada de huelga fue un éxito no solo anecdótico sino histórico se percibió a través de la prensa incluso aunque quisieran mostrar lo contrario -siempre tenemos a esos grandes informadores de La Razón desafiando a la lógica de las imágenes, pero ellos lo intentan, que para eso están-. Las fotografías hablan por sí solas, y la ausencia de las mismas o el recorte también dicen mucho de las nuevas formas de periodismo de la dictadura del capital. Como defensora en general del periodismo y de los periodistas, he de reconocer que ayer me marcaron un tanto importante.

Los sindicatos hablan de un seguimiento del ochenta por ciento del profesorado y el alumnado, y el gobierno del veinte. La guerra de cifras y porcentajes es un clásico sin el que ninguna jornada de protesta está completa, contamos con él desde antes de convocar la huelga y como siempre, quien no tenga fuentes un poco más fidedignas dentro del movimiento se va a la cama sin tener ni pajolera idea de cuanta gente pudo secundar la protesta. En este caso yo creo que se aproxima más al ochenta que al veinte por ciento, aunque ya sabéis que ésto forma parte de mi particular campaña de desprestigio -entiéndase la ironía- a todo lo que suene a popular de gaviota.

Pues porcentajes al margen, y yendo un poco más allá del éxito que ya todos los que por aquí nos dejamos caer tenemos bastante claro, vamos a hablar de lo menos agradable, de las ventas al mejor postor.

Además de por aunar por primera vez profesores, alumnos y padres en una misma protesta, lo cual es honroso, ésta huelga pasara a la historia por haber hecho a los universitarios viajar en el tiempo unos cuantos atrás. Ayer se violó en la Universidad Complutense la Autonomía Universitaria, un derecho Constitucional que dota a la institución universitaria de independencia de los poderes centrales. Ésto se anula automáticamente cuando el rector José Carrillo permite que la policía entre en el campus para intimidar primero, para cargar después, y para mentir siempre.

Dos estudiantes que ejercían su derecho a participar en un piquete informativo fueron detenidos ayer en el campus Complutense de Somosaguas, en medio de una carga policial que los medios intentaron silenciar por todos las vías. No contentos con ésto, las noticias injuriaron a los detenidos con mentiras sobre que estaban intentando impedir el paso a un coche donde viajaba una persona minusválida que quería ejercer su derecho a ir a clase, incluso les acusan de desobediencia a la autoridad y actitud violenta, cuando lo que hicieron fue correr cuando la carga se desató. El minusválido -con todos mis respetos- le vino al pelo como excusa a la policía para contar milongas sobre porqué se los llevaban. Ésta es la versión que lo medios oficialistas repetirían cual papagayos, pero no contaron que el coche en el que ésta persona viajaba y que otra conducía casi arrolla a los detenidos, menos mal que testigos no faltan, lo que falta es un poquito de ética periodística.

Ayer en Somosaguas hubo cargas, digan lo que digan. La policía entró en un campus universitario tras treinta y nueve años sin intervenir en ellos. La última vez que intervinieron agentes en un campus iban vestidos de gris. ¿Estamos acaso volviendo a las cavernas más siniestras de la historia de España? ¿A qué responde el hecho de que los estudiantes de la Complutense hayan sido vendidos por su propio rector?.

José Carrillo -por cierto y para más datos, hijo del Santiago del mismo apellido- es responsable de la violación del principio del que hablo. El mismo cuya máxima decía ser trabajar “por una universidad pública para el avance del conocimiento y al servicio de la sociedad”. Vamos, básicamente lo mismo que pretendían defender los detenidos de ayer y todos los manifestantes, solo que éstos lo defendían de verdad. A cambio se han encontrado que su rector de izquierdas ha metido al enemigo en casa como a un caballo de Troya, poniendo a los estudiantes que luchan por lo que él debería luchar más fervientemente en manos de los perros de presa del poder, permitiendo que se los apalee y se los detenga. Ante ésto hay poco que añadir, salvo que este hombre debería dimitir inmediatamente, porque todos somos izquierdosos y demócratas hasta que nos aclaman la dimisión, que es cuando hay que demostrarlo... adelante Carrillo, demuestre su sentido de la Democracia en todo su esplendor y dimita, porque lo que ha hecho no tiene nombre.

Entiéndase que cuando digo “vendidos” por el rector no me refiero a precios económicos ni a premios materiales o políticos. me refiero a precios de dignidad y de solidaridad obrera. Poner en peligro la protesta y su prestigio -sabiendo como se las gastan los medios-, y a quienes luchan por los intereses de la institución que implica a toda la comunidad universitaria con la excusa de que los manifestantes resulta que están cortando los accesos a la misma, no es propio de un rector de izquierdas. Alguien tendría que explicarle al señor Carrillo lo que es una protesta de gente que no puede más con una situación como la actual, que para ser hijo de quien es, parece no tener ni idea.

Lamentablemente los de Madrid no fueron los únicos detenidos, ni las únicas cargas, pero aún así, el éxito de la jornada de protesta fue aplastante. Yo me he centrado en los incidentes de Somosaguas porque me ha parecido de justicia contar la verdad de lo que allí ha pasado, y porque considero que así puedo aportar mi granito de arena a la degradada responsabilidad social del periodista de contar la verdad, pero no se que pasó en otros sitios. No se si más detenidos han sido injuriados o más cargas han sido injustificadas, respecto a eso solo tengo mi opinión personal y no es suficiente, dada la lamentable calidad de la información que recibo a través de los medios.

Por eso os animo a no creeros nada sin cuestionarlo, sin darle veinte vueltas por veinte caminos distintos si es que podéis, porque merece la pena. Lo único que podemos creernos sin remilgos es lo que no está en los titulares sino en las calles, la voz de un Pueblo que sigue luchando por sus derechos y por su futuro y que no se rinde. Podemos creernos eso, y que las porras no rompen las ideas nobles de los corazones revolucionarios.


Mucho ánimo, hay que continuar.


Dedicado a David Calpena.



Alba Sánchez


2 comentarios:

  1. Vergüenza el ver cómo el rector dice a los estudiantes q está con ellos y los va a apoyar y en el momento en que le preguntan cómo, él no sabe que responder (http://sociedad.elpais.com/sociedad/2012/05/22/actualidad/1337702272_357877.html)!! Vergüenza que se trata como terroristas a quien sale a la calle a defender lo que es uno de nuestros derechos fundamentales!! En definitiva, una vergüenza de situación que sólo puede avivar nuestras ganas de lucha y de vencer!! Gracias de corazón a todos los que ayer salistéis a las calles!!

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  2. Estamos rodeados de "fantasmas".Pero veo que hay gente que da la cara y lucha,todos debemos estar con ellos y no sólo de palabra.Lo he dicho muchas veces como no reaccionemos todos este sistema nos hunde.
    A esta gente de ideales nobles que buscan un mundo mejor,eterno agradecimientoy un imponente respeto.

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