Una vez más tenemos que hablar de
recortes. Yo como siempre, amargando al personal. Que el capitalismo está a
pocas gotas de colmar su propio vaso ya no es un secreto para nadie. Eso de que
el sistema cíclico por su propia naturaleza nos devolverá a otra etapa de
bonanza en algunos años no sé quien se lo puede seguir creyendo. En cualquier
caso y aunque así fuera -que yo creo que no- los muertos, muertos están: muerta
la dignidad, muerto todo, venga la bonanza económica que venga después, que no
todo es dinero, oiga.
Recortes, recortes y más
recortes. Recortes jugosos, recortes del Estado de Bienestar, de los servicios
públicos, de educación, de sanidad, de medio ambiente, de todo lo que nos ha
hecho hombres para dejar de ser esclavos. Hemos sido hombres -masculino neutro,
no se crispen las damas- en algún momento, y parece que ya no lo recordamos. Lo
hemos sido gracias a quienes si pusieron las cartas sobre la mesa, incluyendo
las más importantes como la propia vida. Fuimos personas y no esclavos, pero de
los segundos conservamos la mentalidad, que es lo peor, el servilismo, el
pensar que otro tiene que venir a solucionarme la vida. Por eso ha llegado un
momento en que no distinguimos derecha de izquierda, el éxito del fracaso.
El capitalismo no es rentable,
aunque se base en éste parámetro. Porque los valores que hipoteca son mucho más
importantes que el dinero que pueda general. No es rentable éticamente
hablando, moralmente, por los derechos que pagamos como intereses: nuestra seguridad,
nuestra formación, nuestra salud. Parece que si no lo contabilizamos en
moneditas no cuenta pero ya me lo dirán en unos años si el servilismo se impone
y les dejamos hacer, cuando vivamos en un país de parados analfabetos con las
universidades para cuatro de ricachones y rezando para no enfermar por no
llevar a nuestra familia a la ruina por tener tan mala pata de pillar algo
chungo.
Nos dicen que hay que crecer, que
hay que ser competitivos, que hay que esforzarse. Nos lo dicen los mismos que
destruyeron nuestra industria en aquella sangrante reconversión industrial que
dio al traste con una de las industrias de astilleros mas importantes del mundo
en aquellos años que era la
Española, por poner solo un ejemplo. Si, no se asombren. Hubo
un día en que éramos productivos, fabricábamos y vendíamos cosas, y no solo
poníamos cañas con tapita de boquerones a los Europeos que vienen a nuestras
playas a dejarse los cuartos. Ahora no. Ahora somos un país de camareros,
dependientes y consumidores (con todos mis respetos a todos los mencionados)
porque así se han encargado de hacerlo. Por que así convenía para entrar en ese
club que es la UE,
donde quienes producen -Alemania, Francia principalmente- adhiere países como
España, destruye con cuotas de producción todo lo que implique competencia y le
convierte en país consumidor y dependiente al que cuando pasan las vacas gordas
hay que hipotecar hasta las pestañas, pero al que hay que mantener dentro del
juego porque si no, a ver quien compra. He ahí, muy sintéticamente explicada,
la espiral de la trampa de la UE,
del euro y el papel que jugamos dentro del club.
Ahora bien. Ya no podemos crecer
con más hoteles y pisos, que fue nuestra apuesta fuerte en los años de bonanza.
Venga a hacer pisos sin control, venga a tasarlos al alza, y al final nos hemos
quedado con millones de pisos vacíos por no venderse o por desahucios, y
familias en la calle en un país donde la vivienda es un derecho Constitucional
-amén de Humano-, pero hay más pisos inhabitados que toda la población de
Madrid junta. Se estima que hay en torno a seis millones de pisos vacíos en el
país, y hay familias enteras durmiendo en la calle. Ante ésto sobran
explicaciones y las conclusiones, cada cual saque las suyas. La mía es que éste
sistema no puede ser más siniestro y monstruoso.
Sin embargo se rescata a la
banca, otra inversión “rentable”. Los que la liaron, los que se inventaron
dinero ficticio, los que engañaron al pueblo, ahora son rescatados con una
pasta gansa de dinero público. Rajoy sin despeinarse le da a Bankia lo mismo
que le quita a Educación y Sanidad. Y deben creer que somos gilipollas
profundos porque hacerlo en nuestra cara, y destinar nuestros recursos de
seguridad -policía- a proteger sucursales de bancos estafadores en las movilizaciones
del 12M, es descojonarse de nosotros sin más ni más, perdonadme el palabro pero
no hay otro que lo refleje mejor.
Las inversiones rentables no son
las del capital, que solo piensa en dinero. Las inversiones rentables desde mi
punto de vista son las que garantizan una vida digna a la mayoría, y a todos si
puede ser -que puede ser- utilizando ordenadamente los recursos -económicos de
todos. Por nos rentan es decir, nos dan cosas a cambio, en término de
desarrollo, de dignidad, de humanidad al fin y al cabo.
La sanidad es un campo sumamente
rentable, vamos a ver: todo el mundo necesita médicos, enfermeras, auxiliares,
veterinarios, batas blancas y verdes a saco, hospitales, investigación y
desarrollo en la materia. Todos queremos que se nos cuide mucho y bien. Pero se
nos recorta, eso no se salva, eso no es Bankia. No es porque no sepan que es
rentable, sino porque lo saben muy bien y lo quieren hacer rentable al estilo
capitalista, previo pago. La
Sanidad pública es rentable, da dinero al Estado -que somos
todos- y sobretodo da desarrollo y calidad de vida. La Sanidad privada solo da
dinero del que se benefician unos pocos, y no aporta nada en términos sociales,
porque menos gente puede permitírsela y lo que es un derecho se convierte en un
lujo, además de ser contraria al juramento hipocrático más básico.
La Educación también es
rentable, y todo lo que conlleva: la cultura, el arte, el desarrollo
intelectual, la promoción de la formación, dar la oportunidad a todo el mundo
de cultivarse en igualdad de condiciones. También se recorta. En España tiene
lugar una fuga de cerebros seria de un tiempo a ésta parte, universitarios,
investigadores de gran proyección toman las de Villadiego con toda la razón del
mundo porque aquí no hay nada para ellos, ni siquiera la voluntad, ni siquiera
la valoración más básica de todo lo que suponen para el desarrollo social. Y
no, no van a volver, se van a quedar en los países que les tienen en cuenta, y vendrán a España
de vez en cuando a tomarse una caña.
El agujero cultural y educacional
en el que nos quieren meter matando y enterrando la enseñanza pública puede
implicar muchos años de involución en la mentalidad de varias generaciones de
Españoles. No hablamos de cualquier cosa, hablamos de que millones de
librepensadores en potencia podrían estar siendo condenados por unas medidas
que apuestan por una educación cutre y elitista, a la que nadie pueda acceder
sin extender un jugoso cheque antes, donde ya no se garantiza -a día de hoy- ni
siquiera las becas que ya están concedidas, tal y como una lectora me contaba
de la Autónoma
de Barcelona, que no puede “de momento” pagar sus becas Séneca y a dejado
tirados a sus becarios a medio curso. Eso ya está pasando. La Educación Pública
ya está muriendo. Todo lo contrario que las audiencias del fútbol o de
Telecinco. También sobran explicaciones.
El Estado de Bienestar como lo
conocimos, y mejor que aquel incluso, es sostenible y es rentable, lo que no es
es depredador y ciego a la hora de crear riqueza pero su “mercado” existirá
mientras exista la humanidad, porque siempre necesitaremos de sus servicios, y
cuando más públicos sean, más aportarán al bienestar y a la mejora de la vida
de todos. Cuando demos la vuelta a la tortilla -que espero que sea pronto-
hemos de hacerlo con las ideas muy claras sobre cuáles van a ser nuestros
valores más “rentables”, nuestras inversiones, en qué vamos a basar nuestro
desarrollo futuro: en pisos vacíos, o en investigadores prestigiosos; en
hoteles y bares, o en médicos que nos atiendan como nos merecemos; en un Estado
de Bienestar de todos y para todos, o en el Estado de la caña y el pinchito de
boquerones.
Nosotros decidimos
Bonito fin de semana para todos
Alba Sánchez
Todo lo escrito es tan verdad como oscuro y sombrio,pero hay esperanza¡ojo!no equivocarse la esperanza somos nosotros con nuestra lucha,ellos no nos van ha regalar nada ,al contrario nos lo estan quitando con mentiras que ni los mismos se creen.Como pueblo tenemos la última ó deberiamos tener
ResponderEliminarNos jugamos nuestra vida ó ¿alguien quiere vivir así?