Hoy en día, en este país llamado
España, o lo que quiera que quede de él, es difícil llenar un teatro con una
obra clásica. Es aún difícil cuando se trata de una de las joyas del Siglo de
Oro Español, ya que las últimas generaciones de escolares van perdiendo
conocimientos profundos de literatura junto con el detrimento de sus planes de
estudio.
Tras deleitarme el sábado
con la interpretación de La Celestina en el madrileño teatro Fernán Gómez, he
de decir que hoy siento más que nunca esa lejanía del español medio ante los
aspectos más brillantes de su patrimonio cultural. Porque el teatro no estaba
lleno, pero el Camp Nou hoy si que lo estará. En fin.
No obstante me he propuesto la
promoción desde mi pequeña bitácora de una obra de teatro que tengo que
describir como sobresaliente. Simplemente magnífica.
La dirección de Mariano de Paco
ha conseguido crear un ambiente tenebroso a la par que místico que envuelve al
espectador en la trama de forma casi absorvente. Esto junto a la soberbia
actuación de todos y cada uno de los actores, descatando a una genial Gemma
Cuervo en el papel principal de Celestina, hacen que el resultado final sea
prácticamente impecable.
La adaptación lingüística es sin
duda uno de los aspectos que más me llamó la atención de esta versión. La duda
estaba en si respetarían el idioma clásico en que Fernando de Rojas parió su
libro así, en bruto. Personalmente temía que de ser así la comprensión no fuera
del todo fácil, mas me equivocaba. Respetándose en muy buen grado el clasicismo
expresivo e idiomático de la época, no se ha perdido ni un ápice de
comprensión, desde mi punto de vista. Digamos que se ha elegido la forma más
accesible del lenguaje clásico, pero con el toque de simplicidad que ayudará a
acercar una de las grandes obras de nuestra historia a todos los públicos que
tengan la suerte de presenciar tan recomendable representación.
Gemma Cuervo desarrolla un papel
desgarrador. Dibuja una Celestina que a mi modo de ver es muy parecida con la
idea que yo misma me hice de aquella “puta vieja y hechicera” –como se refieren
a ella constantemente en la obra- cuando leí el libro de Rojas hace como siete
u ocho años. En general no solo la protagonista, sino todo el reparto está muy
a la altura de una representación de tal calibre. Personajes con carácter y
fuerza, interpretación impecable, sin fallos, sin dudas, durante dos horas
enteras del tirón. Se merecían, francamente, los innumerables aplausos que
recibieron al final.
Tecnicismos a parte, he de añadir
que la vigencia de los valores que la obra promovió cuando fue escrita es
absoluta en los días que atraviesa España: el poder de autodestrucción personal
de la avaricia, la filosofía del Carpe Diem y el elogio sereno a la juventud
que no ha de durar para siempre y que debe aprovechar su fuerza y su momento,
están plenamente presentes tanto en la obra como el las representaciones
culturales y sociales actuales. Como última reflexión, una Melibea que se
arrepiente de haberse sujeto a cánones demasiado estrictos cuando no hay vuelta
atrás y siente el tiempo perdido. Una preocupación que a todos identificará en
algún momento de nuestra vida, sin duda. Reflexiones muy cercanas y certeras.
Por todo esto, y por tantas otras
cuestiones en las que no puedo extenderme por no hacer trizas las sorpresas que
la obra entraña, he de recomendaros muy mucho que vayáis a verla si es que
podéis. Nunca está de más hacer algo diferente, enriquecedor desde muchos
puntos de vista, dadle una oportunidad al teatro de ayudaros a desplegar
vuestras alas y no os defraudará, tanto si sois aficionados como si os
estrenáis en el arte de saborear una buena actuación y un buen montaje.
Bonito final de semana
PS: La Celestina estará durante
el mes de octubre en el teatro Fernán Gómez de Madrid, en la Plaza de Colón.
Atrápalo os da la oportunidad de conseguir las entradas un poco más baratas y
esto no lo digo por promocionarles sino por ayudaros a ahorraros cinco euretes
que vienen bien para una caña a la salida. Reservando con atrápalo.com la
entrada te sale a 15 euros.
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