Hay noticias que la dejan a una
más loca de lo que suele estar. Y esta semana se ha dado una de esas. No, no es
el pitido al himno en el fútbol que francamente y tal y como está el patio, me
importa un carajo. Pero también está el rey de por medio. El señor Felipe y agregada se han ido a París
a participar en un acto de homenaje a los republicanos españoles que
voluntariamente lucharon allí contra la ocupación nazi y liberaron la ciudad. Casi ná.
El homenaje se hacía al batallón
de La Nueve, compuesto por 160 combatientes de los cuales 149 eran españoles
exiliados. Comunistas y anarquistas en su mayoría que habían huido de la represión franquista
y se habían enrolado en la causa contra los nazis en aquella, la misma Francia
que pocos años antes había dado la espalda a la Segunda República ante el
levantamiento golpista del general Franco. Detalle que honra más todavía a los
luchadores libertarios, que entendieron más de solidaridad que de justicia
poética.
El padre de ese al que llaman rey
al más puro estilo medieval, no es otro que el heredero del dictador. Fue
criado a sus pechos, llegó incluso a jurar las Leyes del Movimiento Nacional y
a afirmar que no consentía que se hablase mal de Franco en su presencia. Ese
hombre fue hasta hace muy poco rey de España, y el que lo es hoy por derecho de sangre es su hijo,
que tiene lo que tiene, y vive como vive gracias a aquella herencia y a aquella
jugada maestra que fue la transición supuestamente modélica que nos dejó sin la
posibilidad de elegir nuestro propio modelo de Estado, y por ende a su
jefatura.
Nunca había visto a un miembro de
la realeza en estos berenjenales de rojos. Les había visto esquiando en
Baqueira, con sus yates en Mallorca, negociando con dictadores en Marruecos o
Arabia Saudí, pero así, homenajeando a republicanos, eso no lo había visto en
mi vida. Es que este Felipe, en ese ansia que le ha entrado por renovar la
monarquía y desvincularla de escándalos y corruptelas, se ha terminado metiendo
en camisas de once varas.
Porque los republicanos estamos
muy acostumbrados a que se nos ignore desde la casa real. Asumimos hace mucho
tiempo que para esa institución somos una pandilla de trasnochados y de
ignorantes de la vida que no saben nada de lo que le conviene a nuestro país,
menores de edad políticos. Sin embargo, es difícil digerir que la cabeza de la
misma institución que representa tanto oscurantismo, privilegios, anacronismo e injusticia
haga un homenaje a nuestros propios compañeros. Y que lo haga en un país
extranjero me parece ya un chiste malo.
Y digo chiste porque oye, si lo
que quieren es homenajear a esos rojos que lucharon por la libertad, no hace
falta irse a París en jet privado a costa del contribuyente. Bastaría con abrir
alguna de las 1.821 fosas comunes de republicanos asesinados que aún quedan en
nuestro propio suelo. Sería un perfecto homenaje devolver a sus familias
algunos –si no todos- de los cadáveres de las cerca de 140.000 personas
desaparecidas entre la guerra civil y el franquismo, que aún a día de hoy, en
el año 2015, se pudren en cunetas y fincas de media España. Recordemos que
ostentamos el dudoso “honor” de ser el segundo país en número de desaparecidos
cuyos cuerpos no se han recuperado ni identificado, solo por detrás de Camboya
a escala mundial, y que somos la única democracia moderna que no ha investigado
los crímenes de su dictadura más reciente. Todo ello según datos comprobados
por la Plataforma de Víctimas de Desapariciones de Franquismo, y avalado por la
postura de la ONU, que ha reclamado la investigación de estos sucesos en
repetidas ocasiones a nuestro país. Para
una vez que quedamos de los primeros en algo, tiene que ser en esto. Manda
narices. Y es que nuestro dictador, el asesino, el que regó de muertos las cunetas, sigue descansando en paz con honores de Estado. Dicho eso, dicho todo.
Y mientras tanto, Felipe y
Letizia dándose un garbeo por París, como si con ellos no fuese la cosa. Y toda
la peña comentando que si la pitos y flautas con el himno. Personalmente no me
sentí insultada ante la pitada del himno, y creo ser española de pura cepa. Sin
embargo estas cosas que no entiendo, este rey homenajeando a mis héroes, a los
que considero mis muertos y mis compañeros de causa, me insulta y me duele.
Porque si han decidido ignorarnos, pues vale. Pero que no se paseen por Europa
con el moderno disfraz de la reconciliación porque estamos muy lejos de eso y
no es por nuestra culpa. Porque seguimos exigiendo verdad, justicia y
reparación, y se nos niega. Porque a mí que me expliquen por qué un republicano
es un héroe cuando lucha en Francia contra el nazismo, y no lo es cuando lucha
en su patria contra un golpe de estado y una posterior dictadura de cuarenta
años cuyas facturas aún están pendientes. A mí que me lo expliquen. Porque de
verdad, no entiendo nada.
No es África, es Burgos. Año 2014. |
Mapa de fosas de Eusko Lurra Fundazioa |
Verdad, justicia y reparación.
Alba
Es fácil de explicar: HIPOCRESÍA y de la buena!! Como bien dices hay que desviar la atención de temas como son las corruptelas y su vida a cuerpo de reyes en un país en el que hay niños que pasan hambre. Lo más comentado será lo estilosa que va la ModeliLeti y poco más. Cuando el dedo apunta a la Luna, el idiota mira al dedo.
ResponderEliminarsabeis que la reina llevo a Paris 7 modelos y la primera cadena por supuesto lo comento.¡ vaya mierda!
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