viernes, 5 de junio de 2015

Cosas que no entiendo



Hay noticias que la dejan a una más loca de lo que suele estar. Y esta semana se ha dado una de esas. No, no es el pitido al himno en el fútbol que francamente y tal y como está el patio, me importa un carajo. Pero también está el rey de por medio. El señor Felipe y agregada se han ido a París a participar en un acto de homenaje a los republicanos españoles que voluntariamente lucharon allí contra la ocupación nazi y liberaron la ciudad. Casi ná. 

El homenaje se hacía al batallón de La Nueve, compuesto por 160 combatientes de los cuales 149 eran españoles exiliados. Comunistas y anarquistas en su mayoría que habían huido de la represión franquista y se habían enrolado en la causa contra los nazis en aquella, la misma Francia que pocos años antes había dado la espalda a la Segunda República ante el levantamiento golpista del general Franco. Detalle que honra más todavía a los luchadores libertarios, que entendieron más de solidaridad que de justicia poética. 

El padre de ese al que llaman rey al más puro estilo medieval, no es otro que el heredero del dictador. Fue criado a sus pechos, llegó incluso a jurar las Leyes del Movimiento Nacional y a afirmar que no consentía que se hablase mal de Franco en su presencia. Ese hombre fue hasta hace muy poco rey de España, y el que lo es hoy por derecho de sangre es su hijo, que tiene lo que tiene, y vive como vive gracias a aquella herencia y a aquella jugada maestra que fue la transición supuestamente modélica que nos dejó sin la posibilidad de elegir nuestro propio modelo de Estado, y por ende a su jefatura.

Nunca había visto a un miembro de la realeza en estos berenjenales de rojos. Les había visto esquiando en Baqueira, con sus yates en Mallorca, negociando con dictadores en Marruecos o Arabia Saudí, pero así, homenajeando a republicanos, eso no lo había visto en mi vida. Es que este Felipe, en ese ansia que le ha entrado por renovar la monarquía y desvincularla de escándalos y corruptelas, se ha terminado metiendo en camisas de once varas. 

Porque los republicanos estamos muy acostumbrados a que se nos ignore desde la casa real. Asumimos hace mucho tiempo que para esa institución somos una pandilla de trasnochados y de ignorantes de la vida que no saben nada de lo que le conviene a nuestro país, menores de edad políticos. Sin embargo, es difícil digerir que la cabeza de la misma institución que representa tanto oscurantismo, privilegios, anacronismo e injusticia haga un homenaje a nuestros propios compañeros. Y que lo haga en un país extranjero me parece ya un chiste malo. 

Y digo chiste porque oye, si lo que quieren es homenajear a esos rojos que lucharon por la libertad, no hace falta irse a París en jet privado a costa del contribuyente. Bastaría con abrir alguna de las 1.821 fosas comunes de republicanos asesinados que aún quedan en nuestro propio suelo. Sería un perfecto homenaje devolver a sus familias algunos –si no todos- de los cadáveres de las cerca de 140.000 personas desaparecidas entre la guerra civil y el franquismo, que aún a día de hoy, en el año 2015, se pudren en cunetas y fincas de media España. Recordemos que ostentamos el dudoso “honor” de ser el segundo país en número de desaparecidos cuyos cuerpos no se han recuperado ni identificado, solo por detrás de Camboya a escala mundial, y que somos la única democracia moderna que no ha investigado los crímenes de su dictadura más reciente. Todo ello según datos comprobados por la Plataforma de Víctimas de Desapariciones de Franquismo, y avalado por la postura de la ONU, que ha reclamado la investigación de estos sucesos en repetidas ocasiones a nuestro país.  Para una vez que quedamos de los primeros en algo, tiene que ser en esto. Manda narices. Y es que nuestro dictador, el asesino, el que regó de muertos las cunetas, sigue descansando en paz con honores de Estado. Dicho eso, dicho todo.

Y mientras tanto, Felipe y Letizia dándose un garbeo por París, como si con ellos no fuese la cosa. Y toda la peña comentando que si la pitos y flautas con el himno. Personalmente no me sentí insultada ante la pitada del himno, y creo ser española de pura cepa. Sin embargo estas cosas que no entiendo, este rey homenajeando a mis héroes, a los que considero mis muertos y mis compañeros de causa, me insulta y me duele. Porque si han decidido ignorarnos, pues vale. Pero que no se paseen por Europa con el moderno disfraz de la reconciliación porque estamos muy lejos de eso y no es por nuestra culpa. Porque seguimos exigiendo verdad, justicia y reparación, y se nos niega. Porque a mí que me expliquen por qué un republicano es un héroe cuando lucha en Francia contra el nazismo, y no lo es cuando lucha en su patria contra un golpe de estado y una posterior dictadura de cuarenta años cuyas facturas aún están pendientes. A mí que me lo expliquen. Porque de verdad, no entiendo nada. 

No es África, es Burgos. Año 2014.

Mapa de fosas de Eusko Lurra Fundazioa



Verdad, justicia y reparación. 


Alba

2 comentarios:

  1. Es fácil de explicar: HIPOCRESÍA y de la buena!! Como bien dices hay que desviar la atención de temas como son las corruptelas y su vida a cuerpo de reyes en un país en el que hay niños que pasan hambre. Lo más comentado será lo estilosa que va la ModeliLeti y poco más. Cuando el dedo apunta a la Luna, el idiota mira al dedo.

    ResponderEliminar
  2. sabeis que la reina llevo a Paris 7 modelos y la primera cadena por supuesto lo comento.¡ vaya mierda!

    ResponderEliminar

Gracias por tu opinión