Puedo perdonar la incultura (como
por ejemplo confundir el río Miño con el Nilo), puedo pasar por alto la falta
de tacto (como abroncar a espectadores o tratar de forma humillante a
reporteros o compañeras), puedo incluso tratar de ignorar una absoluta de
empatía y humanidad (Asunta recién asesinada aún estaría “blandita”, o la
detención de los curas pederastas de Borja sería probablemente una estrategia
para captar turismo en el pueblo), pero el racismo no, gracias. Y menos aún a
costa de un tema tan sensible como los desahucios. Esta combinación me parece
bastante difícil de perdonar, ignorar, o pasar por alto. Por eso voy a alzar la
voz ante el último comentario de Mariló Montero en Las Mañanas de televisión
española. Porque una cosa es que me importe un carajo tanto la señora en
cuestión como su programa, y otra muy diferente es que con dinero público
financiemos actitudes racistas y clasistas con total impunidad. Si en TVE
quieren dejarlo pasar y esperar a que se olvide, lo asumo, aunque no lo comprenda,
pero a servidora no le da la gana escuchar expresiones como “negritos” y que
semejante falta de respeto pase sin pena ni gloria.
Podeis leer un análisis del episodio al que me refiero en El Diario.es
Señora Mariló Montero, en este
país llamado España residen –según datos del INE- más de 247.000 marroquíes, más
de 22.000 argelinos, más de 215.000 ecuatorianos, más de 38.000 peruanos, y la
cifra de afrodescendientes se cifra entre 700.000 y 1.600.000 personas. Le
propongo este marco amplio de nacionalidades y tonalidades de piel porque no me
ha quedado nada claro a qué se refería cuando hablaba de “negritos” a los que “hay
que enseñar cómo labrar la tierra”. Quizás yo misma, que soy más morena que
usted, y además soy de clase trabajadora y descendiente de agricultores tenga
que meterme en el saco. Me pregunto si usted podría enseñar algo sobre “labrar
la tierra”, no en el sentido literal –que estoy segura de que no-, si no en
términos de buen hacer profesional. La tierra que usted labra, es -salvando las distancias- misma que
intento labrar yo: el periodismo, la información, la comunicación. Así se gana usted ya vida y
yo lo intento. Un comentario como el de los “negritos” denota no solo una
absoluta incapacidad de argumentación política (recordemos que hablaba del
programa de Podemos), sino una falta de sensibilidad y casi de socialización.
Decir semejante barbaridad en un medio público debería haberle costado a usted
el puesto, pero el infame sistema de medios con el que contamos en este país se
encargará de absolverla, por eso no se preocupe. No obstante su ética periodística queda muy en entredicho no sin motivo, su "labranza" particular, deja bastante que desear, como para ir dando lecciones...
Yendo un poco más allá, me parece
que se excede usted ampliamente de las competencias propias de un presentador,
que no son las de opinar sobre algo que sin duda desconoce, sino las de guiar
un programa. Si además estas salidas resultan insultantes para un espectro
bastante extenso de la población española, TVE debería sin duda revisar su
caso. Permítame la osadía de recordarle, señora Montero, que las personas de
raza negra pueden ser también españoles, o ser padres de los mismos. Que ya
pasó la época de “la española cuando besa es que besa de verdad”, y ahora
alguien puede haber nacido en Senegal y ser un madrileño, un asturiano, o un
andaluz de pleno derecho, y se puede dedicar a labrar la tierra o a mil y una
cosas más, y si le da la gana se come un cous-cous, o se hace un cocido con su
pringá y todo. ¡Sorpresa! Fíjese como es esta gente que a veces tiene incluso trabajos
dignos y legales dentro y fuera del sector agrícola, carreras universitarias, títulos profesionales,
se compran casas y todo, llevan a sus niños a los coles que antes eran “de los
blanquitos”, y es que además los niños ¡también son negros! Eso se llama
multiculturalidad, Mariló, y es lo que tiene este país, mal que os pese a
algunos. Los "negritos" hace tiempo que no son sólo un producto de marketing caritativo, sino que ahora son compatriotas, y en cualquier caso, conciudadanos del mundo que merecen un poco más de respeto.
Hay otra porción de la población
negra (“negrita”, para que lo entiendas) que viven en situaciones de severa
dificultad, dentro de nuestro país, en otros países donde acuden a buscar un
futuro mejor, o en sus propios países. Muchos de ellos ni siquiera pueden “labrar
la tierra” porque no la tienen, porque son víctimas de la insolidaridad de tu
primer mundo que explota sus recursos, mantiene a sus dictadores, apoya la
represión de muchos de sus pueblos, y permite que mueran por miles de hambre,
disentería, guerras o enfermedades que aquí ya ni nos suenan. Por mucho que te lo
parezca, Mariló, no están esperando a que ningún “blanquito” vaya a enseñarles
cómo se utiliza un arado, más bien esperan que llegue el día en el que todos
los seres humanos seamos efectivamente iguales independientemente del color de
nuestra piel o nuestro lugar de procedencia. En ese utópico día no deberían
existir opiniones absurdas como la tuya, que disfrazada de frase hecha denota
un profundo desprecio.
Todo eso sin hablar de los
desahuciados, que son las personas a quienes comparaba usted con los dichosos “negritos”.
Decía que no se les puede dar casa sin más, que hay que darles trabajo, “enseñarles
a arar”. En fin. A las cifras de la comunidad inmigrante que la supera a usted
en grado de pigmentación, súmele las 400.000 familias que se han visto
afectadas por los desahucios criminales en este país desde que empezó la
crisis. Así tendrá un número aproximado de personas que se han podido sentir
ofendidas ante su comentario. La solución, según dejó entrever usted, no es dar
los pisos vacíos de los bancos a las personas desahuciadas. No sé si es mejor
que sigan durmiendo en parques y en cajeros mientras Rajoy termina su ungüento mágico
por el empleo y nos lo aplica a todos. Yo no sé si Podemos tendrá la solución,
pero la expuesta por usted es cuanto menos insensible a un auténtico drama
humano. Piénselo. Igual es el momento de dejar de tirar de tópicos para hacer
periodismo, y optar por observar la realidad a la que uno se enfrenta. Si no es tan difícil, de un paseo por Madrid y solo observe.
Como alguna vez ha dicho, es
usted muy libre, tremendamente libre de opinar lo que te dé la gana, pero los
ciudadanos que la mantenemos con nuestros impuestos somos igual de libres para
ponerla en su lugar. Me da vergüenza que personas como usted sean la cara visible
de la televisión pública de mi país. Me da vergüenza vuestro grado de
politización, vuestro desprecio por la veracidad, vuestra impunidad cuando
cometéis agravios periodísticos que te prohíben ya desde primero de carrera. Me
da vergüenza su televisión, y sobre todo me da miedo pensar que haya gente
dispuesta a coger vuestro relevo, a interiorizar ese tipo de posturas y
opiniones, y a reproducirlas. Eso es lo que llevo peor. Cuando pienso en ustec,
con esos comentarios, es algo así como una líder de opinión, simplemente me
muero de miedo.
PD: No dejéis de leer la carta de un "negrito" a Mariló Montero. No tiene desperdicio.
PD 2: Tampoco podéis perderos el intento de "arreglo" de la señora, que da para otro artículo.
Alba Sánchez
con dos cogones, el que quiera oir que oiga.Yel que quiera entender que entienda.
ResponderEliminarMejor dicho imposible, de un simple blog como este puedes puedes sacar inmensamente mas sustancia que de una presentadora que cobra 175.000 euros al año
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