miércoles, 27 de marzo de 2013

¿QUÉ TERRORISMO?

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Todo el mundo se ha escandalizado muy mucho con las declaraciones de Cristina Cifuentes acerca de que la PAH coquetea con el terrorismo etarra. La verdad es que las declaraciones se las traen, pero a mí no me han sorprendido en exceso, viniendo de donde vienen.
Aquí, al fin y al cabo, siempre ha sido lo mismo. Si haces algo que no les gusta, eres etarra, proetarra, filoetarra o sucedáneos, al fin y al cabo para eso tenían a ETA, como su perfecta arma arrojadiza. A la asociación 11M no les han sacado vínculos porque sería un suicidio político, pero recordemos con esa memoria histórica que nosotros sí tenemos, que también quisieron –y algunos quieren- encasquetarle los atentados de Atocha a la organización independentista vasca.

domingo, 17 de marzo de 2013

REALIDADES INCREÍBLES Y FICCIONES RENTABLES



Recuerdo de vez en cuando que mi padre me decía que le resultaba “entretenido” –en el más bizarro sentido de la palabra- ver los informativos cuando saltaron a la palestra los casos de corrupción socialista de los que González se enteraba por los periódicos, allá por los años ochenta. Ahora entiendo su comparativa más que nunca. 

Él ya está asqueado de circo mediático pero que aún conservo la capacidad de sorprenderme por mi irrisoria juventud, simplemente estoy flipando. Esta vez son los trapos sucios del PP y los de la Casa Real los que están saliendo a flote, y ciertamente ver los informativos cada día resulta tan alucinante como seguir una serie con un delirante argumento.

sábado, 9 de marzo de 2013

PEQUEÑAS-GRANDES GRANDEZAS


Ojalá la hubiese conocido en aquella época. Cuando para mí solo era una madre y no veía la mujer que había tras ella. Me faltaba algo de perspectiva para ser capaz de reconocerla, como a todos los niños. Me faltaba quizás, mi dosis de madurez, la perspectiva de la mujer que ella hizo de mí, para ser capaz de ver con claridad de donde vengo y por qué. Para ver todo lo grande que era y que es.

Ella es una de estas pequeñas-grandes mujeres que son pioneras sin enterarse. Dejó el pueblo y se puso a trabajar desde los dieciocho años. Sin estudios, en una ciudad que no era el cómodo entorno rural donde solía refugiarse los fines de semana. Poco a poco se hizo con su lugar: fregó, cocinó, limpió… fue toda una navaja suiza en el centro sanitario donde encontró su primer hueco. Nunca se le calló ni un solo anillo. Ni renunció a una vida clásica, como ella es feliz: con su novio, su boda “comodiosmanda”, su casita de dos pisos con jardín. Todo poco a poco.