Hoy hace
ochenta y dos años nuestro país amaneció republicano.
Hace ochenta
y dos años se votó por última vez un sistema de forma libre, democrática, se
votó un cambio radical de paradigma que fue sesgado y nunca más tenido en
cuenta por las élites que dieron al traste con él en un baño de sangre
miserable y que es sin duda la página más negra de nuestra historia: por las
muertes, y por la detención de todos los avances que la palabra República
llevaba impresos.
No es cuestión
de pasarse la vida mirando atrás, aunque sea de justicia honrar a aquellos que
dieron su vida o su libertad por un sistema que no era solo un sistema, sino
que era la expresión de la Democracia, de las ansias de progreso de un pueblo
siempre hostigado por clérigos y corruptos. En ese sentido, poco hemos
cambiado: conservamos a los clérigos, a los corruptos, pero también el ansia de
progreso.
Ayer nos
llamaban herejes, luego anarquistas, ahora fascistas. El disco va cambiando
pero siempre es el mismo: en este sistema o estás con él o estás contra él. La
careta se va cayendo y el plumero ya se ve demasiado. La monarquía de los
mercados hace aguas, en nuestras manos está hundirnos según la filosofía del
Titanic en la tercera clase donde pretenden encerrarnos, o crear un nuevo barco
donde quepamos todos las mujeres y hombres de bien, y cuya bandera lleve tres
colores: rojo, amarillo, y morado.
En ese barco
no ha de haber hueco para corruptos ladrones, ni para lenguas viperinas que no han
estudiado historia y sorprendentemente presiden comunidades autónomas, ni para
privilegios hereditarios, ni cacerías medievales a costa del pueblo, ni para
más desahucios, ni más miseria.
En nuestro
galeón republicano solo ha de encontrarse igualdad, justicia, educación,
sanidad, servicios públicos garantizados de todos y para todos, atención al más
débil, garantías de futuro para los más jóvenes y de seguridad en la ancianidad,
y gobiernos del pueblo y para el pueblo.
Basta de
dictaduras encubiertas. Basta de privilegios de clase.
El futuro ha de cambiar
de dueños, y solo el término Democracia con el que tantos autoritarios se
llenan la boca, ya exige que el mañana pertenezca a las clases trabajadoras. Las
que sacan adelante a los países, las que están hartas de mantener sátrapas, las
que han decidido tomar el timón.
La Casa Real
española atraviesa sin lugar a dudas uno de sus peores momentos sino el peor en
su hasta ahora bucólica historia. Se acabó el pavoneo mallorquín, los yates y
demás opulencias (al menos públicamente). La foto se ha quedado en nada: entre
imputados y divorciados van a tener que meter a Corinna para hacer bulto la
próxima vea que vayan a misa y llamen a la prensa para fotografiarles en la
puerta de la iglesia (de un país aconfesional, pardiez).
Ahora la
respuesta ha de ser contundente: NO queremos una monarquía de imputados,
secretismos, cuentas en suiza y hobbies de mal gusto. Se comienza a especular
sobre la abdicación de Juan Carlos desde todos los sectores y ya se sabe lo que
pasa cuando el río suena.
Julio
Anguita ha añadido que cuidado, que nuestra República, la de los trabajadores,
no es solo un término que implique que no hay rey, sino que es un concepto. Si
lo entendemos como término, no debe asombrarnos que las oligarquías dominen una
transición hacia una República a su medida, burguesa y que mantenga intactos
sus privilegios e intereses.
Debemos saber lo que queremos: una República
Federativa de trabajadores que convivan en la solidaridad y pluralidad de los
pueblos de España, que garantice el derecho de autodeterminación de los
pueblos, participativa y definitivamente Democrática, y que dé al traste con
ésta insostenible situación en la que no solo nos recortan, nos desahucian, nos
insultan y humillan, sino que además se piensan que nos creemos el teatro barato
que se han montado, y cuyo telón se está cayendo a pedazos.
VIVA LA
REPÚBLICA, A POR LA TERCERA.
Alba
Tenemos que luchar y mucho pero lo podemos conseguir,si tenemos a bién unirnos como pueblo y aunque nos baya la vida en ello conseguir para las generaciones que vienen-mi nieta- por ejemplo y...¿porqué no? para nosotros un mundo mejor como personas con los mismos derechos y deberes..
ResponderEliminarLA IGLESIA oficial ya no se acuerda o no le interesa acordarse de las enseñanzas de Jesús.Reparte tus bienes entre LOS POBRES y sigueme...
me gusto mucho tu blog. saludos
ResponderEliminarEstuve leyendo tu post y esta muy bueno.
ResponderEliminarQue buen post, saludos desde chile
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