Hoy hace dos años que me lancé a las andadas de la
información gamberra y deslenguada que viene caracterizando ‘Los Días Inciertos’.
Ya ha llovido un poco.
Dos años de crítica no siempre constructiva y no siempre
acertada. Dos años de desahogo –eso sí que sí- por la incertidumbre que inunda
a mi país, a mi generación y a todas, y a mi profesión. Dos años de mucho
aprendizaje y de muchas satisfacciones, todas y cada una debidas a vosotros que
me leéis. Mi agradecimiento más sincero.
Aunque últimamente no tenga todo el tiempo que quisiera para
dedicar a mis divagaciones blogueras por un alud de proyectos agolpados en mi
mente y en mi agenda –que no tengo-, Los Días Inciertos sigue siendo esa
trinchera de confort y de libertad periodística donde me acurruco cuando
necesito simplemente eso: hacer periodismo, lo que yo entiendo al menos por
periodismo. Si no fuera por este blog, difícilmente podría explayarme como lo
hago, meter la pata o el dedo en la llaga, desarrollarme profesionalmente en un
sistema que me da pocas oportunidades para hacerlo.
Sin embargo la realidad se impone y las oportunidades –por pequeñas
que sean- empiezan a diversificarse, lo cual me obliga a prestar un poco menos
de tiempo a todo lo que quiero hacer.
En el horizonte: un pequeño proyecto editorial, una pequeña
inclusión en el mundo de la Responsabilidad Social Empresarial, una carrera de
investigación en pañales y un nuevo blog especializado en comunicación solidaria
y para el desarrollo cociéndose y a punto de salir del horno. Ahí es ná, para
empezar no está mal.
Al querer hacerme con todas estas nuevas e interesantes
iniciativas, he pensado muchas veces en lo “peligroso” que puede ser Los Días
Inciertos y mis políticamente incorrectas opiniones. He de reconocer que he
pensado incluso en dejarlo, pasar página y continuar en otra dirección, pero
eso lo he pensado poco rato: al cabo de acordaba de lo bien que me lo paso
haciendo el cafre, el kamikaze periodístico, lanzándome a la boca del lobo con
cada irreverencia. En fin, yo soy yo y
mi agenda, y Los Días Inciertos ya estaban en ella cuando llegaron los
proyectos que ahora compartirán
trayectoria.
Tendrá que verse si soy capaz de hacerlo todo: pero he
decidido que Los Días Inciertos se queda. Seguirá sin aparecer en mi currículum
porque soy realista y sé que sería una espada de Damocles en toda regla, pero
no por ello me sentiré menos orgullosa de ser una de las personas que tratan de
decir las cosas como las analiza y con libertad. Las consecuencias son
inevitables, como dice Enrique Bunbury : “también de vez en cuando está bien
asustar un poco”.
Os agradezco de nuevo seguir ahí con vuestras visitas,
comentarios, contenidos compartidos, opiniones. Es un honor para mí contar con
un público de mentes libres e inquietas de los que seguir aprendiendo y creciendo. Aunque el ritmo aminore un poquito por
motivos logísticos, después de dos años, aún no nos vamos.
Seguiremos, mientras nos dejen, disfrutando de ser críticos
y rebeldes en estos Días Inciertos… en que vivir es un arte.
Un abrazo, muchísimas gracias
Alba Sánchez
Me alegro que sigas adelante, porque me encanta leer tus artículos y aprendo mucho la verdad!!! ;)
ResponderEliminarEs bueno tener un sitio desde el que poder comunicar con libertad, si miedo a las directrices de otros.... sentirte escuchada y comprendida, que eso da mucho ánimo y sube el autoestima.
Así que te deseo todo lo mejor, con este y tus otros proyectos, porque sé que cuando uno hace lo que le gusta, será bueno y destacará, simplemente, por eso mismo, porque hace lo que mejor se le da, y tú cariño, has nacido para comunicar.
I love U my darling!!!!!
Me alegra pensar que aún queda gente como tú.El mundo que nos toca vivir es como han sido todos los pasados algo incomprensible pero,siempre que haya gente que luche por la justicia lo comprenderemos mejor.
ResponderEliminarComo humanos que somos tenemos que vivir pero sigo creyendo que no debemos callarlo todo que aveces hay que hablar,aunque no todos tenemos el valor de hacerlo.Pero creo que debemos luchar todos contra la injusticias ó ser dueños de la esperanza.
Doy gracias al Dios en el que creo porqué haya gente como tú y por qué haya muchos dias inciertos.Nadie nadie nos quitará jamás nuestro afan de rebeldia,nuestro sueño de qué el mundo puede ser mejor para todos.
Quién esto escribe lo hace desde el corazón y dicen los que saben qué el corazón nuca se equiboca .GRACIAS por todo lo que me has enseñado, lo llevo como bandera qué ondeo con orgullo y admiración.