Hoy una noticia me ha emocionado, para mal. Si hubiera dicho
que era una noticia sobre recortes no habría hecho falta más explicación. Hoy,
inmersos en la huelga de la sanidad madrileña, y con el país manga por hombro
en lo que a políticas se refiere, me he ido a encontrar en el diario público
con las cuidadoras de dependientes, que acaban de salir a golpe de tijeretazo
del sistema de cotizaciones a la seguridad social.
Digo cuidadoras porque esta labor la llevan a cabo en un muy
alto porcentaje mujeres, pero si lo preferís podéis tomarlo como “femenino
neutro”. EL caso es que estas personas, de las que depende alguien que a su vez
depende –valga la redundancia- de forma vital de la sanidad pública, ya no
pueden seguir aportando a su jubilación, a su sanidad, a su educación, a sus
servicios públicos, porque por lo visto no se las considera “trabajadoras”.
Quizás entienden los tipejos del gobierno que tener una
persona dependiente en casa es como tener una mascota o una planta que vale con
hacerle un mínimo caso. No sé si conciben realmente lo que puede suponer que
alguien dependa directamente de tu presencia casi constante durante
prácticamente toda su vida. Supongo que piensan que ahí les vayan dando, que no
es su problema y que trabajen los cuidadores, que para hay que levantar el país
y lograr los malditos objetivos de déficit. Si por ellos fuera, trabajaría
hasta el dependiente en cuestión.
La solidaridad está pasando de ser un valor a ser una virtud,
en los días que vivimos.
Soraya se incorporó, muy gallarda ella, a sus labores como
vicepresidenta a diez días de dar a luz a otro pepero en potencia. El mensaje
es claro: si ella puedo dejarlo todo (hasta renunciar a la baja de maternidad)
por levantar el país, cualquiera puede. Obviamos el detalle de que su sueldo da
para niñeras a cascoporro, y que la baja por maternidad fue una de las grandes
conquistas de la lucha obrera, otra de las cuales están dispuestas a pasarse
por el forro.
Que las cuidadoras de dependientes cotizaran a la seguridad
social era algo así como una conquista social, similar a la baja de maternidad.
Aunque también mejorable, había cambiado efectivamente la vida de personas que
no lo tenían nada fácil (Y me refiero tanto a cuidadores como a dependientes).
Recortar esto no es un sacrificio de esos que dicen serán “temporales” y son “necesarios”
y apelan a la “solidaridad ciudadana”. Esto no es solidaridad, es violencia
institucional, dictadura, y condenas de facto a malvivir a quienes han
entregado su vida por cuidar a otra persona, algo de lo que ningún personaje
del Congreso tiene ni puñetera idea.
Me indigna al máximo que me digan que tengo que hacer
sacrificios, y sin embargo tenga que seguir viendo que el Rey se opera en la
clínica privada y más cara de Madrid, mientras que Carme o Begoña (dos de las
protagonistas de la noticia que leí en Público) tienen que vérselas y
deseárselas para cuidar a sus hijos dependientes, con sueldos de mierda, y ya
sin poder garantizarse una jubilación. Es una vergüenza la situación, pero más
vergonzoso es todavía que sigan intentado convencernos de que somos todos
iguales.
Por más que me lo expliquen, jamás podré comprender como
pueden decir “necesario” a condenar a las personas que se han pasado la vida
trabajando a situaciones de pura supervivencia que no merecen, por el esfuerzo
aportado. Roban vidas, esfuerzos, sueños y trabajo, y nos dicen que es
necesario. Pero lo suyo sigue intacto: que me explique alguien, porque debo ser
muy corta, qué se entiende por necesidad, por solidaridad, y por sacrificio,
cuando estas palabras las dice el gobierno español.
Si es necesario poner a 85.233 personas contra la espada y la
pared, si por solidaridad entendemos poner los objetivos de déficit de una
deuda que no hemos creado los trabajadores por encima de familias y personas, o
si sacrificio significa callarnos la boca para que sigan “levantando el país”
sobre nuestros propios cadáveres, si eso es así, yo me adscribo a lo que diría
Mafalda “que paren el país, que me quiero bajar”.
Suerte y ánimo a tod@s los cuidador@s de dependientes, en
vuestra lucha que es de todos.
Alba Sánchez
La cosa es muy seria .Estamos en un capitalismo brutal y sin escrúpulos,aquí no cave la justicia que no digo caridad ,sólo interesa dinero pronto y fácil.
ResponderEliminarComo se explica lo del indeseable Ferrán que pedia trabajar más y cobrar menos ,con todo lo que se le ha descubierto.Por desgracia para nosotros los trabajadores hay muchos de estos personajes.¿porqué los politicos mantienen sús privilegios? estan ahí por voluntad propia,nadie los obliga con lo cual son unos ciudadanos más.Lo qué quiere decir que cuando los mandemos a la mierda deben volver a sú trabajo el que lo tenga, al paro y a buscarse la vida como todos los españolos de a pie.
Algien entiende que uno que se dice llamar socialista ZAPATERO viva en Somosaguas vecino de Botin.Si lo viera Pblo Iglesias que diria de semejante caradura,¡ah y hay más!.
Yo me pregunto muchas veces de ¿de verdad pueden dormir con la conciencia tranquila?
Podemos con ellos a pesar de sú guardia pretoriana ¡faltaria más!