Este año va a ser mi año. Y no porque
me crea los cuentos chinos de que la crisis remontará, sino porque
he decidido que yo voy a salir de la crisis, de mi crisis, de la peor
de todas, la que te come por dentro y te devora esperanzas y sueños.
Ya me he cansado de tener esperanza -si
es que la tuve- en quienes no la tienen en mí: en gobiernos, en
primas de riesgo, en falsos rescates, en limosnas institucionales
varias, en sacrificios injustos e innecesarios. Se acabó.
Voy a rescatarme de seguir pensando que
cualquier tiempo pasado fue mejor. Este es el tiempo que me ha
tocado vivir y lo voy a recibir con los brazos abiertos. Aunque
objetivamente sea una mierda, no puedo trasladarme a otro lugar ni
quiero, porque aquí tengo lo que necesito: la gente a la que quiero
y me motiva, una crisis que quiero entender como la antesala del
cambio, y toda una vida por delante para demostrar, aunque solo sea
en mi propio ejemplo -que afortunadamente no lo será y habrá muchos
más- que otra forma de entender el mundo es posible. Que la
sostenibilidad es factible, y que la gente en general es buena y está
entendiendo hacia donde tienen que virar las cosas.
Me han tocado los años y la edad
adecuada para hacer historia, lo único que puedo desear es que otros
quieran hacerla conmigo. Construir un futuro donde no tengamos que
pensar en dinero, créditos e hipotecas, sino en cultura, educación,
progreso. Entre todos podemos hacerlo una realidad, en 2013, en los
años que nos queden: podemos vivir de una forma diferente y ese es
mi deseo para el año nuevo:
Que en todos nuestros corazones
florezca para quedarse el entendimiento de que un mundo mejor es
posible, y de que la fraternidad entre los trabajadores, hombres y
mujeres de bien, es la única base para un futuro sostenible donde
todos tengamos un lugar digno. Creer de corazón que las cosas pueden
cambiar, y que seré capaz de cambiarlas primero en mi propia persona
para luego dar ejemplo es el planteamiento más deseable para avanzar
y salir del estancamiento de la esperanza ridícula de que las cosas
volverán a ser como antes.
Nada volverá a ser como era. No
viviremos en la abundancia de burbujas que están más que
estalladas. No van por ahí los tiros. Ahora toca mejorar de verdad:
no mejorar nuestra casa, nuestro chalet de la playa, nuestro coche o
nuestras vacaciones de ensueño. No. Mejorar nosotros, las personas.
Aprender que podemos vivir con menos cosas materiales y más ideales,
más constancia y más rebeldía. Asumir de una vez por todas que el
futuro es nuestro y cogerlo como es nuestro derecho, y construirlo
para todas y todos. Para los que somos y para los que vengan.
A veces en los tiempos que corren hay
que hacer un esfuerzo para darnos cuenta de que seguimos vivos, de que
no han acabado con muchos de nosotros y de que algunos somos jóvenes y
tenemos nada que perder y todo que ganar.
Mi deseo para 2013 es que todos seamos
conscientes de que mientras hay vida hay esperanza, de que no hay que
rendirse y de que por muy negras que se pongan las cosas, siempre habrá
compañeros dispuestos a hacer suya la causa de cualquiera que sea
justa. Estamos juntos en ello y juntos vamos a salir, sin la ayuda de
esos verdugos que dicen estar ayudándonos cuando lo que hacen es
preparar nuestro cadalso.
Me gustaría compartir con vosotros
doce deseos para acabar este año:
No más desahucios
No más recortes sociales
Más lucha en las calles contra la
injusticia
No más trabas a los estudiantes
Sanidad Pública y gratuíta
Educación Pública garantizada
Más conciencia de clase
Más prensa libre y crítica
Más lectura y cultura para todos, más
mentes abiertas
Menos miedo
Mucha salud para todos
y ojalá, la Tercera República
Española.
Y a nivel individual, y puesto que es
un día propicio para ponerse sentimental, os deseo de corazón toda
la felicidad del mundo para este año que entra, que se solucionen
vuestros peores problemas de la mejor forma, y que os den grandes
noticias que os llenen de ganas de vivir.
Muchas gracias por acompañarme un año
más en este proyecto que es Los Días Inciertos, cuya importancia
para mí reside en saber que estáis al otro lado. Las 11.729 visitas
que llevamos en este momento son 11.729 motivos para seguir escribiendo
para vosotros.
Se que me propuse cosas que no pude
hacer, hice otras sin avisar, me equivoqué y triunfé en ocasiones.
Se que estas cosas son como la vida: unos días te coronas y al
siguiente tienes que reflexionar sobre tus propios fallos. Pido
disculpas por ellos y se que sabéis que aquí todo se hace con la
mejor intención y con todas las ganas del mundo.
Para despedir el año, qué mejor que
un repaso a lo mejor de él... si tenéis tiempo so invito a recordar
la entrevista a Julio Anguita, lo más leído de 2012.
Y la Primavera Valenciana y el
testimonio de una lectora que acudió a este blog para contar lo
sucedido en primera persona (gracias)
También quería, terminando los repasos, tener una dedicatoria especial para Manuel, mi lector número uno y cuyo comentario nunca falta en mis entradas (pero nunca, nunca). Por si no lo habéis notado, es mi padre y se lo curra mucho como tal. Gracias por creer y apoyar lo que hago, aunque a veces pienses que voy a terminar en la cárcel... y quién sabe. Te quiero mucho.
Sin más, un abrazo enorme para todos
con todo mi cariño, os invito a que me acompañéis en mis
divagaciones también en 2013, y os prometo que Los Días Inciertos
estará ahí como siempre: sacando punta, hilando fino, y dando
guerra a quien se la merezca ;)
QUE TENGÁIS UN BONITO AÑO NUEVO, Y
GRACIAS POR TODO :)
Alba Sánchez.
Muy bien Alba, que tus deseos se hagan realidad, porque a todos nos afectan, y sobre todo que la salud nos respete, porque lo demás seguro que entre todos lo iremos consiguiendo, un abrazo a tu mejor lector y por esta forma tan buena de despedir el año 2012 (año para olvidar), que seas muy feliz siempre, besos
ResponderEliminarHay cosas que nadie podrá quitarnos jamás.El tesón ylas ganas de vivir y luchar por mejorar el mundo que aunque parezca un utopia es un realidad patente.O?cree alguien que los ricos son muy buenos y van a mirar por nosotros? Que no te falte nunca la ilusión de vivir,yo estaré siempre que me necesites.Tú sonrisa y fe inquebrantable en que podemos vivir todos porque para todos hay son un inmenso orgullo para mi.Te quiero muchisimo
Una interesante reflexión, la vida hay que comenzar a vivirla con más positividad y trabajando más que nunca para que podamos conseguir todo aquello que nos hemos propuestos como metas, lo más importante es la actitud que tengamos.
ResponderEliminarUn saludo y te deseo mucho éxito en todo.
Oliver