domingo, 25 de noviembre de 2012

VIOLENCIA MACHISTA. EL INVIERNO DE LAS LIBERTADES


No tenía pensado escribir nada hoy, más por falta de tiempo que de ganas. No obstante reparé en que hoy es el día contra la Violencia Machista, y recordé un pequeño texto del baúl de los recuerdos que he decidido compartir con vosotros.

Os pido benevolencia, porque el texto lo escribí con 17 años (ahí es ná, ya ha llovido un poco), pero le tengo cariño porque fue mi primera publicación en una plataforma de escritores. No es el texto más bonito, ni el más motivador, ni el más positivo del mundo. Solo es una llamada de atención que quiso ser tan cruda como la realidad de la que habla, donde las mujeres sufren y las mujeres mueren.

La violencia machista, de género, doméstica o como se quiera llamar, el maltrato de un hombre hacia una mujer a la que considera débil, o mala, o pecadora si me apuras, es una lacra que arrastramos de sociedades patriarcales y machistas en sí y que deberíamos luchar por dejar atrás. El respeto que merece un maltratador es cero. Y el problema es de todos.

Mientras siga habiendo una mujer que reciba golpes, insultos, maltrato físico o psicológico en nuestros país, todos los esfuerzos habrán sido un fracaso. No valen las cifras descendentes, no valen el número de denuncias (si las mujeres maltratadas encontrasen que el sistema funciona garantizando su seguridad, estoy segura de que denunciarían mucho más) no valen números. Solo valen las vidas que se pierden, y las que se salvan, y solo vale que las salvemos todas, y que garanticemos que éste sea un país de mujeres libres más pronto que tarde, porque mientras exista un caso de maltrato, ninguna mujer puede sentir la libertad plena de ser en femenino, y ningún hombre el orgullo de ser, en masculino.

Sin más palabrerío, os dejo con mi texto, que se titulaba “invierno”, espero que os guste mi faceta literaria…

 

Pisada la flor. Ya no quedan resquicios de lo que un día quizás fuera frescura y juventud. Ni rastro queda ya de una piel tersa, suave, piel de chiquilla, envidiable por las más envidiosas y en secreto por las que lo eran menos. Ayer todo su mundo era un castillo en el aire, un castillo del color de los más bellos sentimientos que se pueden sentir. Un castillo cuyos cimientos inciertos no se dejaron avasallar por el poder de la visión crítica... el mundo desde la crítica era, a su forma de ver, el mundo de la malicia y la amargura. Impulsos de retoño que salió del cascaron y se enfrentó a la vida y fue, como en muchos casos, presa del infortunio. ¿Quién era él? ¿qué debía darle? ¿qué no? ¿cómo entro en su vida? ¿cómo es que fue capaz de controlarla de tal manera? Preguntas y más preguntas que presionan en su cabeza, a estas alturas ya más que presionada.

Ella le amó algún día, le quiso más de lo que se podía querer a nadie. Y todo eso él mismo lo mató. Quizás quiso matarlo, quizás fuese ella la culpable, como tantas veces lo pensó antes pero, ¿qué fue lo que hizo? ¿Cómo logró ganarse por ventura que aquel hombre, que era su hombre, víctima de la cólera que según el ella provocó, golpeara su mejilla con su puño cerrado?. ¿Acaso golpearía del mismo modo para defenderla a ella? ¿de verdad se lo merecía?

Nunca llegó a imaginar, en su infancia, que esto se haría realidad en su persona. De niña siempre idealizó su vida de casada: su marido, cortés en todo momento, siempre retiraría la silla para que ella se sentase, la sorprendería las mañanas de los domingos con un vaso de café y tostadas en la cama, una vez al mes la sacaría a cenar... Pero ella tenía algo muy distinto. En lugar del marido galán y enamorado que siempre quiso y que él le pareció al principio, ella solo podía temblar helada de terror, inundada de pánico con el solo escuchar la cerradura y, de alguna manera u otra esperaba con resignación los golpes que hoy le propinaría.


Olvidado quedó ya el sonido de su propia risa, opacos tenía los ojos y quizás por ello no veía la realidad de un asesino en un marido, cegados e inservibles estaban por el dolor que anidaba en ellos. Cicatrices de un infame cigarrillo en sus brazos, en su cara. Golpes de botellas del licor que ese día el viniera bebiendo, y cortaduras de los cristales. Morados y máss morados esparcidos por su cuerpo, que algún día fue bonito y esbelto, y ahora solo era pudoroso y estaba demasiado ocupado en sobrevivir los días y tapar los golpes.

Aún así, más dolían los golpes del alma. Los insultos y las amenazas resonaban en su cabeza tanto o más que el chasquido del cinturón. El cinturón con el que tantas veces la golpeó había sido su último regalo cuando aún le quería y no temía. Ella entendió con este gesto que el cinturón o no le gustó mucho o lo encontró demasiadamente práctico... cruel ironía. Otro golpe para el alma.

Pensó en marcharse, en denunciar su situación, es escapar de su casa y esconderse de él. Se dijo a sí misma que ya estaba bien, que no tenía porque aguantar esto y que su vida valía más de lo que él la valoraba. En ese momento decidió empezar una nueva vida, se iría lejos, tan lejos que nunca el podría encontrarla allí donde iba e interiormente sonrió como no lo había hecho en mucho tiempo.

Realmente nunca pensó que pudiera llegar a matarla, o si lo pensó y no se creyó a sí misma. Todo lo que pensaba acerca de su renacer lo pensaba tendida en el suelo de la cocina, donde momentos antes sintió un insoportable dolor en todo su cuerpo y en toda su alma, ahora no le dolía nada, ni siquiera el alma.


Entendió rápidamente el cese de su sufrimiento mientras su último suspiro de vida se deslizo por sus ojos opacos.

 

Dedicado a todas las mujeres muertas por un indeseable que se hace llamar hombre. Vuestro recuerdo siempre. Nuestra lucha, por vuestro recuerdo y nuestro futuro.

Si conoces casos de maltratos (o tienes sospechas), o si eres maltratada, llama al 016, o busca ayuda en las asociaciones que trabajan para la erradicación de esta lacra http://www.guiaviolenciadegenero.com/asociaciones-direcciones-utiles.php
OTRA VIDA ES POSIBLE ;)

 

Alba Sánchez

 

3 comentarios:

  1. Precioso, precioso... de verdad... me ha emocionado!!

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  2. Aquí no viene al cuento decir que me gusta, simplemente me has hecho estremecer, ponerse los pelos de punta cada vez que leía una y otra línea, perplejo al saber que esto ocurre en nuestra sociedad, un nudo en la garganta y desprecio a los hombres que pueden hacer esas cosas a las mujeres, que supuestamente quieren y aman.

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  3. Yo como hombre siento desprecioy no encuentro como calificar a esos indeseables.
    Pero una cosa si tengo muy claro.Un maltratador de un ser fisicamente más débil pero inteligente y hermoso como es una mujer,no es un hombre,me niego a compartir semejanza con esos monstruos.No se lo que son pero un hombre es otra cosa.
    Como hombre y como humano me averguenzo de esa lacra y desde aquí envio a todas las mujeres del mundo mi admiración y mi más profundo respeto.

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