miércoles, 7 de noviembre de 2012

THE SHOW MUST GO ON (EL ESPECTÁCULO DEBE CONTINUAR)


Se acabaron las elecciones estadounidenses. Podemos descansar otro poco. Ha ganado Obama, mire usted que bien.

Por si alguno se pasa de simplista y le da por pensar que me voy a poner de parte de Romney, advierto desde este momento que los republicanos yankis me son tan simpáticos como una visita al dentista (de las que duelen). Dicho lo dicho, puedo comenzar con el verdadero motivo de mi análisis.

Obama renueva mandato. No me digáis que no os lo esperábais, que os ha sorprendido. ¿No? Pues debería. Tendría que sorprendernos que  uno de los presidentes que más promesas electorales ha incumplido en su primera legislatura vaya a ser investido para la segunda. A mi desde luego me llama la atención.

No solo Guantánamo sigue abierto y sus tribunales militares en activo, la reforma sanitaria cayó en saco roto, la pena de muerte no se ha tocado, la reforma migratoria es de risa, y el secretismo de ciertas operaciones militares de dudosa naturaleza como la muerte de Bin Ladem no se han mencionado en la campaña. Para costar lo que ha costado, esperaba mucho más del debate partidista y francamente, había bastante que echarle en cara al presidente y que no se ha hecho.

¿Por qué? Pues porque este circo no pretende ser un ejemplo de Democracia, es un show y un negocio, un espectáculo propagandístico de exaltación a los valores patriotas más baratos y simploides, los que no sacan de nada –véase las innumerables menciones a dios por parte de Romney, o el uso por parte de Obama de la figura de su perfecta mujer y Primera Dama- los que no comprometen a nadie más allá del recuento de votos.

Si hay algo que agradecerle a Obama es que haya dejado de mentir y de prometer cosas que en su pobrísimo sistema democrático no puede cumplir, pero lo cierto es que no ha estado a la altura de lo esperado, ya no solo por el pueblo estadounidense, sino por la sociedad internacional. Supongo que después de la brasa que me han dado con su campaña, al menos podré reservarme el derecho de dar mi opinión.

La campaña en cuestión ha pasado a la historia como la más cara hasta el momento: seis mil millones de dólares, un montón de ceros: 6.000.000.000 (¡nueve ceros!). Eso no lo paga Barack ni poniendo una equis para él solito en la declaración de la renta. ¿Quién paga? ¡bingo! Lobbies empresariales de aquí y de allá, y de estructura e intereses económicos similares a quienes pagan la parte de Romney en el sistema de la democracia que se cree perfecta.

En la lista de Romney no hay sorpresas, la prensa coincide en que grupos como Goldman Sachs, Bank of America, Morgan Stanley, JP Morgan Chase y Credit Suisse Group son sus principales donantes. Bancos, básicamente. Con respecto a los donantes de Obama, he de decir que me ha resultado muy difícil localizarlos a través de la prensa,  y que nos los he localizado con la claridad que encontré a los del republicano en varios medios internacionales. De Obama, picoteando de aquí y de allá, solo concluyo con cierta seguridad que Google, Microsoft y algunas universidades como Harvard le han dado dinero. Es curioso que no pueda encontrar información algo más clara en el motor de búsqueda que, por cierto, dice ser su segundo donante. Lo que no he encontrado es al primero. Os invito a localizarlo y hacerme llegar esa información.

En definitiva, el tema de los donantes huele desde hace tiempo. Porque, transparencia a parte, se han gastado miles de millones de dólares solo en venderse, en hacer un circo que encima les ha salido aburrido además de caro. Es inmoral que se gasten esos dinerales, y permitidme arremeter contra Obama cuando digo que es más inmoral por su parte, por los valores que dice defender, y por las personas con las que dice estar, a las que la mitad del dinero de su campaña les vendría de perlas para comenzar a remediar tantos y tantos problemas sociales. A los damnificados del Sandy, sin ir más lejos, que han sido protagonistas de una crisis muy rentable desde el punto de vista electoral para el presidente, pero en la que no me pienso extender porque parece que hubiesen sido el único país afectado y eso me... molesta.

No obstante, le han votado. No ha cumplido sus promesas,  ni las va a cumplir previsiblemente, porque no está solo y en su país la política no se hace en el Congreso ni en la Casa Blanca, sino en los despachos de las grandes empresas que, no nos engañemos, jamás le permitirán por ejemplo, sacar adelante una reforma sanitaria que daría al traste con uno de los negocios más rentables de Estados Unidos: la venta de salud al mejor postor.

Eso es solo un ejemplo pero hay más. La pregunta de fondo de toda esta reflexión no es si Obama es bueno o malo, sino si es real. Si de verdad cuenta con las herramientas necesarias, o si de verdad está - después de cuatro años de trabas de las que al principio se quejaba y luego ya no tanto- convencido del plan que dice tener para Estados Unidos. Si no piensa lo que promete, será uno de tantos, otra marioneta del gran poder que se deja hacer danzar por el que le mueve los hilos. Si de verdad está convencido de que lo que dice se puede hacer en Estados Unidos tal y como lo conocemos, no es otra cosa sino un iluso.

La última conclusión que saco es que lo de las barras y estrellas no va conmigo, no solo porque pretendan darme lecciones de una democracia titiritera y comerciante de humo, sino porque a fin de cuentas, pasan los años y seguimos en las mismas, y eso es porque el gobierno no ha cambiado. Quizás cambió el presidente en 2008, pero el gobierno… ese sigue siendo el mismo, y eso es lo más terrible de todo.

 

Bonita semana –lo que queda-

 

Alba Sánchez.

1 comentario:

  1. Perfecto y exacto el comentario.Es una verdad inapelable que los politicos son monigotes en manos del gran capital,cuando no interesados"lease Aznar Gonzalez Zaplana y alguno más que no me acuerdo que chupan sueldos de las grandes empresas.De sectores como la energia que procede de nuestros rios ó el petroleo que no es propiedad de nadie en particular sino de todos los que viven en el pais que lo produce.Estos recursos tenian que ser nacionalizados por el estado para que todos los ciudadanos se beneficiaran de ellos,por que es de todos.
    El enemigo es el dinero,todo gira en torno a él,lo demás todo es mentira,todo lo que dicen los politicos es hipocresia.Quizas sea la lucha de David y Goliat pero es esa.Comtra ese "dios" éfimero hay que luchar.Lo malo es que tiene un buen ejercito y lo buen es que no es invencible,ya lo llamó alguien EL ESTIERCOL DEL DIABLO.
    esa es nuestra lucha.ÁNIMO.

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