Supongo
que estáis aprovechando como está mandado los últimos días
pre-subida del IVA. Lo mío hacia mi oculista está rozando la
extorsión, ya no se que hacer para presionar y que me de mis
lentillas esta semana... espero que hoy me suene la flauta o me
quedaré cegañuta para los restos, o con mis gafas del baúl de los
recuerdos, nada feas por otra parte. Muy vintage ellas.
Si
llevaba tantos días sin escribir por aquí no era sino porque siento
que me repito cuando despotrico de unos o de otros. No es que no me
haya enterado de que el Ministro de Guindos se ha agenciado un ático
millonario, o de la solidaridad sin límites -sorna- de BCE al
destinar el 0.0006% de sus beneficios a caridad. Si yo me entero, y
me enfermo como siempre -o como nunca-, pero quería ofreceros algo
más. Esto que en el Congreso llaman propuestas y que suelen ser
cosas a las que ni Perry hace caso. Contando con que vosotros no sois
Diputados analfabestias sino mentes inquietas, os lanzaré otra de
mis pajas mentales, agudizada probablemente por la idea de que voy a
pasarme mi curso académico comiendo patatas viudas para pagar mi
máster....
Ante la
subida del IVA, ya inminente, muchos tomarán esta medida sin
elegirla siquiera, no por otro motivo que por el de verse obligado a
ello. La clave de la lucha contra la subida del IVA, colateral por
cierto a otro tipo de abusos, es una huelga de consumo.
Ellos
mismos pueden estar, con sus medidas de ahogo a la clase trabajadora,
creando la coyuntura para el nacimiento y el desarrollo de una
conciencia nueva y mejor. Quizás ha llegado el momento de superar el
consumismo del que ellos pretenden seguir nutriéndose y
enriqueciéndose, o pagando sus pufos. Vamos a dejar de consumir como
esperan que consumamos.
Si bien
es cierto que en un sentido puramente material no solo de pan vive el
hombre, también lo es que la vida es una cuestión de actitud. Os
sugiero a modo de ideas una serie de medidas que yo, personalmente
pienso aplicarme, que probablemente me servirán para ahorrar unos
eurillos, y que lo más importante: son ecológicas, sostenibles, y
se alejan de las doctrinas de consumo capitalistas que alimentan el
sistema.
-Reducir
al máximo el consumo de plástico: la industria del plástico,
además de ser una de las más contaminantes en todos los ciclos del
producto desde su fabricación a su dilatadísimo proceso de
desintegración, pieza clave en la industria petrolífera: la
capitalista por excelencia. Cuanto más se le quite a esta industria
tanto mejor así que yo desde ya: jarra/botella de cristal en la
nevera, botellín reutilizable para el bolso, carrito o bolsa de tela
para el super, prioridad a los productos con menos envase plástico
(los hay que traen capas y capas innecesarias y que se convierten en
basura en cuestión de segundos), preferencia por las grandes
cantidades en la medida de lo posible (por ejemplo, una garrafa de
aceite equivale a cinco botellas de plástico y lleva poco más de
dos en cantidad de plástico), y guerra a lo desechable
(antiecológico y gasto absurdo).
-En aras
de seguir quitándole a las petrolíferas, limitar el uso del coche
es cuestión obligada. Yo no tengo pero aún así hay que señalarlo:
aprovechad el máximo número de plazas con familiares o compañeros
de trabajo para iguales recorridos, pero sobre todo dejadlo en casa
siempre que podáis. Si se puede dar un paseo, ir en bici, o en
transporte público (que también habría que limitar ante la subida
abusiva de los precios) salimos siempre ganando. Y lo más
importante: ellos salen perdiendo.
-Apostar
por el pequeño comercio: aunque resulte muy cómodo ir al Carrefour
de turno y tenerlo todo bajo el mismo techo, deberíamos hacer el
esfuerzo de ir a la pescadería de la Loli, a la frutería del
Manolo, al artesano de turno a comprar un regalito. Apoyándoles a
ellos nos apoyamos a nosotros, puesto que son parte seriamente
afectada por la medida de subir el IVA, y muchos ni siquiera la van a
aplicar a sus clientes y la vana a asumir como un gasto más por no
verse obligados a echar el cierre ante la estampida de consumo que
naturalmente se va a dar. Lo más importante es que son trabajadores,
como nosotros, y de su tienda vive generalmente una familia de forma
directa, no lo olvidemos y apostemos por la solidaridad sin
intermediarios.
-Consumir
lo justo, sin tópicos pseudo-hippies. Redescubrir el mundo desde un
punto de vista diferente el del “soy” por encima del “tengo”.
Esto tiene que ver con el concepto de austeridad bien entendido que
nos explicó Anguita. No necesitamos tanto, así de simple. Analiza
cada adquisición que haces y piensa si ciertamente necesitas una
prenda más de vestir o si compraste otra hace no más de un mes, o
si sales demasiado a cenar fuera y podrías en su lugar aprender a
cocinar tus propias y originales cenas para ti y tus amigos. No se
deja de disfrutar la vida por hacerla más sostenible, es más: se
gana en independencia con respecto del sistema, en libertad y en
ingenio. Os recomiendo muy mucho que lo probéis, yo desde que me
aplico el cuento he aprendido a cocinar un montón de cosas, e
incluso me he reciclado ropa y complementos que ahora son únicos y
exclusivos (porque no dejo de ser una coqueta), o he regalado a mis
amigos cositas hechas por mí al descubrir nuevas habilidades, y han
sido un éxito.
-Consumir
con ética: si lo hiciésemos siempre, cuánto ganaríamos todos en
todo el mundo. Decid no a las marcas que explotan a sus trabajadores
-a veces incluso niños- en la fabricación de sus productos, las que
experimentan con animales, las que desforestan medio planeta para
cultivar lechugas o críar ganado. Suelen estar estrechamente
relacionadas con el gran capital: Nike, Adidas, Coca-Cola, McDonalds,
Unilever son solo algunos ejemplos, pero la red está llena de
historias de estas. Este paso es un ataque a los cimientos
empresariales del sistema.
-Pedir
genérico en la farmacia siempre que sea posible, y sacad vuestro
dinero del circuíto de las grandes farmacéuticas, que tanto se
lucran de las enfermedades de occidente y tanto pasan de las del sur,
tirando a la basura miles de medicinas diarias para enfermedades que
en ciertas zonas del mundo son casi epidémicas y que tienen una cura
sencilla. La solidaridad empieza por la conciencia, y cuánto más
global sea ésta, tanto mejor. Trabajemos por ampliar la nuestra.
Igual
estáis leyendo esto y pensando “esta Alba ya se está poniendo
pesadita”. Entiendo que no es fácil dar ciertos pasos adelante, y
que no es posible llevar a cabo a rajatabla todo lo que aquí he
expuesto y más cosas que se podrían hacer. Pero también entiendo
que como decía Gandhi, el cambio empieza por todos y cada unos de
nosotros, y que no podemos exigirle a políticos y mandamases un
mundo mejor si nosotros mismos no estamos dispuestos a cambiar de
premisas. Debemos enseñarles con hechos en mundo en el que queremos
vivir, donde el consumo sea un medio y no un fin, y el IVA deje por
tanto de ser un arma arrojadiza. Es simplemente darles donde más les
duele, utilizar nuestros recursos. Que también tenemos.
Lo que un
día es un gesto de una persona al que llaman loco, después puede
devenir en un movimiento social al que llamen utopía, y más tarde
por qué no, en un cambio social al que llamen esperanza.
Bonito
fin de agosto :)
Alba
Sánchez
Me ha encantado... coqueta!! ;)
ResponderEliminarproductos de temporada, tambien es una buena solucion.
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