Tú eres mi héroe. El
que no mete goles, al que las masas no vitorean, para el que no hay
baños de masas ni primas millonarias.
Tú, vosotros. Equipos
médicos que trabajáis en las condiciones más paupérrimas de la
historia de la sanidad pública española. Auxiliares de enfermería
que compráis cajas de guantes y los lleváis a vuestros centros
porque allí no hay -lamentable pero verídico-, médicos que habéis
hecho de este un país líder en trasplantes de órganos, enfermeros
que os pasáis por el forro leyes contrarias a toda ética y seguís
atendiendo a sin papeles porque así os lo exige vuestra moral. Sois
mis héroes.
Investigadores que no
abandonáis pese a que este gobierno ingrato haya decidido recortaros
las partidas para sacar adelante curas de enfermedades, avances
médicos que salvarían millones de vidas. Sois héroes. Realizáis
un trabajo formidable y no os recibe el Rey en la Zarzuela, pero
todavía algunos de vosotros continuáis aquí, trabajando en lo que
creéis, en el bien común, sabiendo incluso que en otros países
vuestro sueldo y reconocimiento serían mucho mayores. Eso os hace
héroes.
Los trabajadores por la
cooperación al desarrollo, que han entendido que no es un asunto de
crisis o déficits sino de solidaridad entre los pueblos el ayudarse
unos a otros, y continúan trabajando con proyectos tan ambiciosos
como pueden plantearse, para los que el gobierno ha decidido que no
hay dinero. Pese al temporal, muchos ahí siguen, y los que no
pudieron seguir también son héroes. Aunque Cospedal decida no
darles un duro más en su comunidad y muchas tengan que echar el
cierre. Aquí, y sobretodo allí donde llevasteis un poco de
esperanza seréis siempre héroes.
Nuestros mayores, que han
recuperado un papel predominante en nuestras familias a costa de los
que deberían ser los años más tranquilos de su vida. Que mantienen
con sus pensiones a sus hijos y nietos parados lo mejor que pueden,
que ahora tienen que pagar sus medicinas en un último intento por
ser del todo exprimidos, que apoyan la lucha de los jóvenes que
quieren un futuro mejor y la hacen suya. Sois auténticos héroes
Los ciudadanos que paran
desahucios, que se apostan en los portales y se enfrentan a la
policía para evitar -si pueden- que echen a un vecino de su casa.
Sin conocerlo siquiera, por pura solidaridad. Si eso no es ser un
héroe, a mí que me lo expliquen.
Nuestras marchas de
colores: la negra, la verde. Los mineros que luchan por que se
cumplan los acuerdos que garantizan su trabajo, por el pan en su
mesa. Los profesores que luchan por poder enseñar en un sistema
educativo público y de calidad. Marchan y marchan, y jamás serán
recibidos como la selección española de fútbol en Madrid, pero
llegarán pese a todo, y lucharán hasta el final, porque es lo que
hacen los héroes.
Las personas que trabajan
voluntariamente por dar la vuelta a la tortilla, de mil maneras: los
payasos de los hospitales infantiles, los camareros de comedores
sociales, los que enseñan español gratuítamente al inmigrante y le
orientan, los que recogen perros abandonados por malnacidos en las
carreteras y les buscan un hogar, los que acompañan a mayores. Los
que en definitiva pintan con pinceles de solidaridad un mundo mucho
mejor para todos, y aún con la que está cayendo se hacen que su
entrega se convierta en pequeños rallos de esperanza cuando piensas
que todo está podrido y de repente ves que no, que todavía queda
gente buena. También son mi héroes.
Siento que me dejo
muchísimos más héroes en el tintero y lo lamento, pero todos los
reconocemos cuando los tenemos delante y sabemos que hay miles de
ejemplos. Escribo en homenaje a ellos por no envenenarme de nuevo con
el maldito fútbol y la Eurocopa de las narices. Porque que queréis
que os diga, habiendo como hay tantos y tantos héroes nacionales de
verdad, no se que narices hacemos vitoreando a unos cuantos
borrachines en un autobús que van a cotizar sus nuevos millones muy
lejos de nuestra tan necesitada hacienda nacional.
Son un equipo de fútbol
magnífico, pues probablemente. Pero si no me fallan las cuentas
recibirles a ellos e ir al entierro de un magnate del petróleo ha
sido lo único que nuestro jefe de Estado ha hecho desde su célebre
tropezón en Botswana. No te creas que se ha pasado por los comedores
sociales o los hospitales a ver como va la cosa. Ha ido a lo
importante, a mantener encendida la mecha de la alienación. El que
tenga ojos que vea. No son un equipo de fútbol sin más, son una
estrategia en si misma, un teatro del que todos sacan tajada.
Lo que han hecho del
fútbol es un insulto lo mires por donde lo mires. No solo no ganamos
nada si no que se nos trata como a un burro con una zanahoria y para
muestra un botón: el presidente del gobierno estaba viendo un
partido con el heredero al trono a unas horas de anunciarse un
rescate bancario millonario. Luego nos dirán que están con el
pueblo. Nos dirán miles de falacias, el problema es que nosotros
sigamos creyéndolas, y viendo héroes donde no los hay, e ignorando
a los grandes de verdad.
En homenaje a todos los
héroes nacionales que he mencionado, y a los que seguro se me
olvidan, ante su ejemplo si que me quito yo el sombrero y si que
diría orgullosa eso de “yo soy español, español, español”.
Gracias por ser nuestros
héroes, por no esperar nada a cambio de lo mucho que aportáis, y
por no mandarnos a la mierda cuando os ignoramos para vitorear a
futbolistas.
Que tengáis una bonita
semana y si encontráis a un héroe, decidle que sabéis que lo es ;)
Alba Sánchez
Genial artículo!!! Ya era hora de que se desmonte el mito del héroe futbolero, los verdaderos héroes son otros!!! De verdad, me ha encantado y emocionado al mismo tiempo.
ResponderEliminarmagnifico árticulo.El problema es qué no hay peor sordo que el que no quier oir.
ResponderEliminarHan conseguido aborregar al pueblo,este es el nuevo opio.Mientras ese mismo pueblo se hunde en la miseria,bombardeado continuamente de una mentira tras otras "ellos"viven.
Si hos dais cuenta no dan puntada sin hilo.Alas mujeres les dan su ración de tv basura y revistas del corazón.Como veis todo está atado y bién atado.Me pregunto¿qué hay que hacer para qué la gente despierte?