No tengo ni puñetera idea de como han
quedado España e Italia en la Eurocopa, aunque lamentablemente
sospecho que antes o después tendré que enterarme, por el momento
es una información que me la trae al fresco, hablando en plata.
Y en efecto, no tengo ni la más mínima
formación futbolística y prácticamente no distingo un penalti de
saque de banda, ni me importa, y ahora menos que nunca.
Sobre lo que si tengo “cierta”
formación es en lo referente al periodismo. Sé como se hace el
teatro de las noticias porque para ello me he pasado cinco años en
una facultad y en efecto y confirmando las sospechas más que
acertadas de muchos, he de afirmar que no es ni mucho menos normal
que una noticia de una relevancia tal como un rescate de 100.000
millones de euros a la banca española por parte de la Unión Europea
sea dada en horario de audiencias mínimas, un sábado por la tarde
mientras se juega un partido de la Santa Madre UEFA y a pocas horas
de otro encuentro en el que el protagonista es el equipo español.
Lástima me ha dado la información, pero las formas me han dado
simplemente asco.
Nuestra soberanía nacional va a
hipotecarse sin que nos demos ni cuenta a base de goles de esos
héroes nacionales cuyas cuentas millonarias en paraísos fiscales a
mí me revuelven las tripas. Y ante ésto, mirad, hoy no estoy nada
optimista y mi mensaje no va a ser esperanzador por una sencilla
razón:
Mientras sigamos llenando los bares en
los partidos, los estadios, comprando banderitas y bañándonos en
fuentes para celebrar el enriquecimiento de otros en etapas críticas
para el país, mientras hagamos sigamos aceptando el circo del
despiste y la alienación, no hay esperanza alguna. Y es así de
simple, y de crudo.
Mientras sigamos pensando que los
futbolistas son unos tíos geniales y además solidarios porque de
vez en cuando se dejan ver con UNICEF en algún poblado lleno de
niños desfavorecidos de países que ni nos sonaban, y mientras
pensemos que meten las primas ganadas tras la victoria del mundial en
cuentas sudafricanas porque “pasaban por allí” y no por evadir
impuestos a la tan necesitada hacienda pública española, lo
llevamos claro. Simplemente.
Mientras pensemos que “yo soy
español, español, español” y nos desgañitemos en las gradas de
estadios atestados defendiendo a nuestro equipo pero sin defender lo
más mínimo los intereses de nuestro pueblo, estamos equivocando muy
mucho y peligrosamente el concepto de patriotismo.
En cuanto a éstas dos noticias,
aparentemente sin relación entre sí: rescate y eurocopa, solo hay
dos verdades incuestionables. Una es que hemos sido rescatados, y la
otra es que el impresentable de nuestro presidente estaba viendo el
partido de la selección horas después de éste dramático
acontecimiento al lado de los príncipes, alguno de ellos con bufanda
y todo. Si no os hierve la sangre a éstas alturas del artículo, es
porque no tenéis, y perdonadme si ofendo a alguien, pero francamente
espero que todas hiervan como la mía o más.
Si llamo impresentable a Rajoy no es
por insultarle -aunque de buena gana lo haría- sino porque lo es por
definición: no se presenta, no comparece, no dice “ésta boca es
mía”, pero si se va al fútbol. Curiosa manera de afrontar
semejante temporal. Los hay sobrados y luego está él.
Seguimos aguantando que nos rescaten,
que nos humillen, que nos dicten y nos pastoreen como a borregos.
Seguimos yendo al fútbol y haciendo orgullo patrio de tonterías que
nada tienen que ver con el bienestar de la mayoría. Seguimos
tragando con que el Jefe del Estado se vaya de caza a Botswana, y el
otro a la Eurocopa, y suma y sigue. Sinceramente, yo hoy me siento de
todo menos esperanzada y no tengo ningún mensaje optimista, lo
siento. No tengo ganas de luchar verbales de dos folios a las que os
tengo acostumbrados. Solo me queda deciros que si queréis un
consejo, paséis un poco del fútbol y cojáis algún libro... o el
mango de la sartén de una vez por todas. Así puede que os rescatéis
a vosotros mismos y a vuestra libertad, porque de dinero europeo no
vais a ver ni medio céntimo. La copa de Europa quizás pero de
verdad... ¿a alguien le importa eso todavía?
Pese a todo, bonita semana y mucho
ánimo :)
Alba Sánchez
Señores la cosa es negra muy negra pero es verdad.Aunque mucho me temo que lo que importa es la eurocopa¡faltaba más! aunque sigamos con el paro sangrante y la miseria.
ResponderEliminar¡que pena de pais! por no decir asco.