Chicago, Primero de Mayo de mil
ochocientos ochenta y seis. Una huelga masiva de trabajadores industriales que
reivindican la jornada laboral de ocho horas ha sido convocada en todo el país,
lo paraliza. Más de trescientos mil trabajadores industriales salen a las
calles en una protesta que acabaría como solían acabar estas cosas: regada de
sangre, represión y violencia. Un año y medio más tarde, cuatro dirigentes
precursores de la protesta: Spies,
Parsons, Engel y Fischer, subían al cadalso para ser ahorcados
en un juicio amañado que les daría la llave para entrar en los libros de
historia como los “Mártires de Chicago”. A su funeral acudieron más de medio
millón de personas, como curiosidad. Y por supuesto son y serán un referente en
la lucha por la dignidad del trabajador ahora y siempre.
Los obreros de entonces
trabajaban rara vez menos de doce horas diarias, y podían llegar a las
dieciséis -lo que viene a ser trabajar y dormir-. Ya venían de atrás éstas
reivindicaciones en Estados Unidos, los obreros ferroviarios habían hecho en
mil ochocientos setenta y cuatro otra huelga de dimensiones considerables por
una jornada de diez horas, por ejemplo, y desde mil ochocientos ochenta y uno
funcionaba la
Federación Americana del Trabajo, una de las primeras
Federaciones sindicales del país y que fue un importante quebradero de cabeza
para muchos y precursora principal de la huelga del Primero de Mayo.
Esto es, sintetizando bastante
por una cuestión de espacio, lo que se conmemora tal día como hoy. Así fue el
primer Primero de Mayo -valga la redundancia- que mucha gente desconoce a raíz
de la estrategia capitalista de dejarlo pasar sin pena ni gloria como un
festivo más. Pero no es un festivo más, para nosotros no debe serlo.
Año tras año se sacan cuestiones
nuevas a la palestra, nuevas reivindicaciones, y se recuerdan las que se
consiguieron y a quienes lucharon y en ocasiones murieron por ellas. El Primero
de Mayo no es una fiesta entendida al estilo burgués, es una jornada de
reivindicación internacional de la dignidad de la clase trabajadora, de
recuerdo de quienes consiguieron para nosotros unas mejores condiciones de
trabajo y de vida, y de exigencia de cumplimiento de las necesidades que en
cada momento histórico nos quiten el sueño -actualmente tenemos donde elegir-.
El Primero de Mayo es en sí mismo un golpe sobre la mesa, una demostración de
fuerza, un basta ya.
He leído que van a hacer un
segundo Titanic que navegará en 2016 y no, no se me ha ido la olla y sigo en el
tema. Paciencia. He leído que éste barco va a ser una réplica exacta de su
desastroso predecesor y que oye, va a estar “super in de la muerte”, con
restaurantes de “clase alta” (palabras textuales, sólo desde ABC podían
deleitarnos con semejante expresión... y eso que niegan la lucha de clases, en
fin Serafín). He flipado si, un poco. Supongo que también recrearán los
barracones de la “clase baja” y pondrán los botes salvavidas al igual que en el
primer intento, solo para salvar a los ricos.
El Titanic se hundió hace cien
años exactamente. No muy lejos históricamente hablando del Primero de Mayo de mil ochocientos ochenta y
seis, en plena era industrial donde ya habían salido a escena las primeras
reivindicaciones del movimiento obrero internacional. Con ese barco se hundió
la careta del sistema de entonces, que es padre de el de ahora, solo que éste
es más maduro y si cabe más mezquino, pero que comparten esencia lo mires por
donde lo mires.
Con el Titanic quedaron
sumergidas, además de vidas, abrigos de pieles y joyas múltiples, todas las
excusas y caretas de un sistema donde los trabajadores fueron arrojados a la
muerte sin importarle a nadie que fueran igual de personas que los de la clase
alta. Se los asesinó por no darles oportunidad de salir de ese barco en
igualdad de condiciones, porque fueron los ricos los que salieron primero, y
prácticamente los únicos que salieron, mientras se encerraba como ratas a la
clase baja para que no se revolucionara y empezaran a llover ricos por la
borda. Ante ésto, y por mucho que James Cameron intentara dulcificarlo con una
historia de amor, hay que quitarse de una vez toda venda de los ojos y ver el
hundimiento del Titanic como lo que es: una lucha de clases entre los límites
físicos de un barco que encerraba el peor ejemplo de la mezquindad capitalista.
Por mi ese barco está hundido y
bien hundido. Querer resucitar ese espíritu del lujo por el lujo es querer dar
pasos atrás, y vete a saber en dónde nos encontramos en 2016. El planteamiento
de hacer surcar los mares a éste segundo barco me sorprende más que nada porque
parece que no se plantean seriamente estos excéntricos magnates que puede que
en 2016 ya no sirvan los mismos planteamientos que ahora. Que quizás sus
restaurantes de “clase alta” ya no procedan en el nuevo mundo que se está
construyendo ante sus ojos y que parecen no querer ver.
A la vista de cómo se desarrollan
los acontecimientos históricos actuales, de su frenesí, de su descontrol, de la
espiral de desengaño que abre cada vez más ojos de trabajadores de todo el
mundo que empiezan a exigir -que no a pedir- planteamientos diferentes de vida
que implican justicia, reparto y solidaridad, ante todo esto de verdad que me
parece increíble que un tontolaba australiano pueda querer aferrarse al espíritu
del Titanic para ganar pasta y gloria. Tales planteamientos están más hundidos
que el barco en sí mismo, porque los obreros están recuperando el mango de la
sartén que tantearon en el Primero de Mayo, en el caso de España con las
Repúblicas, y en tantos y tantos otros momentos históricos de los que tanto
hemos aprendido.
Quiero pensar que nos vamos a
salvar de nuestro Titanic particular, y hoy como es Primero de Mayo lo pienso
más que nunca. Creo firmemente que estamos dando importantes pasos adelante
desde hace tiempo, y que cada vez conocemos más y mejor los pasos que se dieron
por delante de nosotros en la historia, de los que somos el relevo responsable
de seguir ganado día tras día, año tras año, mayo tras mayo.
Este sistema que quería parecer
un Titanic y no es más que una cutre barcaza debe tener los días contados y hoy
nosotros debemos salir a la calle para que así sea, porque es la reivindicación
que toca este Primero de Mayo: un sistema justo y solidario donde todos
tengamos cabida, un cambio. Que no vuelvan a encerrarnos en las entrañas de un
barco que se hunde, que si alguien tiene que ahogarse, que sean los
responsables de crisis, recortes y destrucción de Estado del Bienestar, que sea
el capitalismo sea devorado por el mar de miseria que él mismo ha creado.
Nuestros botes salvavidas son y serán siempre días como éste, como el Primero
de Mayo, que siempre ha de refrescar nuestro espíritu luchador recordando a
aquellos que lucharon y nos enseñaron a luchar como solo los obreros sabemos hacerlo:
con dignidad, solidaridad, justicia y conciencia de clase.
Hoy cerramos con ésta frase,
dicha en 1886, pero que no podía estar más vigente. Da que pensar:
“Así como el agua
y el aire son libres para todos, así la tierra y las invenciones de los hombres
de ciencia deben ser utilizadas en beneficio de todos. Vuestras leyes están en
oposición con la naturaleza y mediante ellas robáis a las masas el derecho a la
vida, a la libertad y al bienestar”.
Jorge Engel (Mártir de Chicago)
Jorge Engel (Mártir de Chicago)
Feliz Día del Trabajador, y mucha
fuerza para seguir adelante
Alba Sánchez
Me encanta tu blog! cada día haciéndome más grande! thanx!
ResponderEliminarYo digo lo mismo que Natalia.Más aún estoy orgullosisimo,inchado como un pez.
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