jueves, 19 de abril de 2012

FORMACIÓN, ORGANIZACIÓN Y COMPROMISO


Esperando que entendáis mi atrevimiento como un ofrecimiento y no como egocentrismo barato, me dispongo a contaros un trocito de mi historia. Lo hago porque me llegan comentarios de amigos y lectores del blog que me hablan y me dicen que quieren hacer cosas, que están hartos del sistema que observan, que quieren actuar y ser partícipe de los cambios que están cocinándose. Yo les digo que chapó. Y ellos me dicen, ¿qué hacemos?

Entonces yo pienso en cómo lo hice yo y se me ocurre que, aunque no sea una gran historia, puede dar una idea, o al menos esa comprensión que tanto se agradece cuando decides tomar parte por tus ideales de forma activa, y al principio te sientes tan perdido como solo. Todos hemos estado en ese punto, hemos partido de ese punto, y todos vamos en la misma dirección.

Yo tenía muy pocos años cuando entre unos y otros sembraron en mí un sentimiento al que al principio no supe nombrar. Vengo de una ciudad pequeña donde hasta ahora -y he de decir con mucho orgullo que eso ha cambiado- el activismo político-social en cualquiera de sus formas se limitaba a quejarse porque nos cerraban antes los bares, y lo hacíamos en la barra del último que quedaba abierto, no trascendía de allí.

Tuve un par de profesores que fueron mi suerte de aquellos años, que alentaban un espíritu crítico que crecía por momentos, que aún era pura energía, la propia de los 16 o 17 años, y que aún no tenía forma alguna. Un buen puñado de libros hicieron el resto y me dieron la oportunidad de poder identificar mi ansia de libertad, de progreso, de justicia, de igualdad, de lucha por el bien de la mayoría, con una ideología política de izquierdas, y dentro del contexto de España, con la idea Republicana.

Cuando llegué a Madrid, en la Universidad tuve otro de éstos profesores decisivos que talló en mí buena parte de la formación que llevo a fuego desde entonces. Porque bebía sus palabras y absorbía cada dato, porque mi cerebro y mi espíritu de lucha estaban sedientos de formación al respecto de lo que me palpitaba ya tan dentro, la idea de una República, de dignificar las dos que tuvimos, de descubrir los recovecos oscuros de nuestra historia, nuestras mentiras, nuestras glorias -las que no salen en los libros de texto-. A raíz de aquellas soberbias clases de las que aún conservo los apuntes como el mejor recuerdo, yo seguía buscando, seguía informándome, seguía leyendo más y más libros. Parece que hoy en día mucha gente se encuentra en ese punto de despertar repentino y frenético, de querer saber cada vez más. Pues adelante.

La FORMACIÓN muchas veces se pasa por alto, y es uno de los pasos más importantes a la hora de basar el éxito de nuestro trabajo hacia el cambio. Un pueblo formado es un pueblo que sabe defenderse y que tiene las herramientas que otros le dieron para hacerlo: los argumentos, el estudio, la razón. El sentirse de izquierdas es un muy buen comienzo -qué voy a decir yo, claro está-, pero hay que ir siempre hacia adelante, paradójicamente volviendo sobre los pasos de quienes andaron otros caminos similares al nuestro en cuando al sentimiento, aunque formalmente mucho más difíciles. Por eso siempre he creído que deberíamos hablar menos y leer más en muchas ocasiones, y yo la primera.

No obstante, cuando te formas mínimamente, ya nace en ti la necesidad de organizarte, al menos por mi propia experiencia. Necesitas un espacio, unas personas entre las cuales dar sentido a todo eso que se ha convertido en algo tan importante para ti. En mi caso, internet fue la clave, como está siendo para muchos según me consta en su búsqueda de apoyos. Yo miré y leí sobre unos y otros grupos. La izquierda es la tendencia política de la pluralidad, hay de todo y para todos los gustos. De lo que te tienes que preocupar es de haber definido convenientemente qué es en lo que tú crees, qué te identifica ideológicamente hablando hasta el punto de que te implicarías en un grupo activista en esos mismos términos, ya ea un partido político, una plataforma ciudadana o una peña de las de los pueblos. Se trata de que busquéis lo mismo, que compartáis el objetivo y los planteamientos en buena medida. Ésto por internet, no se consigue, hay que ir más allá, pero para entrar en contacto no está nada mal, yo lo hice así y obtuve pronta respuesta.

La red es un medio para la ORGANIZACIÓN, pero no el fin. Nuestros incendiarios estados de facebook han de ser solo la punta del iceberg de todo lo que estemos dispuestos a dar por nuestras ideas, que consideramos no solo nobles y justas, sino la llave para un futuro mejor para nosotros y nuestros hijos, ahí es nada. Es como para tomárselo en serio. Hay que salir de la red. Una vez establecidos los contactos que te puedan llevar a otros, aprovecharlos, aprender de otros que llevan mucho camino recorrido. La Fraternidad, punto importante en el camino a la Revolución como cambio, se hace en la calle, en las manifestaciones, en las reuniones a las que puedas ser invitados, en la convivencia con los compañeros que comparten tus ideas, face to face, no face to facebook. En mi caso ésta fue la mejor parte porque conocí gente inolvidable en el más amplio sentido de la palabra, y solo tuve que enviar un mail a la dirección de contacto de una plataforma republicana para abrir ésta puerta, la que me dejó ver la cara de la moneda donde sí se hacían cosas, donde la gente sí se comprometía, donde trabajábamos y remábamos en la misma dirección. Yo encontré mi lugar, y creo que hay un lugar para cada luchador, para cada uno que ansíe tener un papel en el cambio, solo hay que buscarlo cuidadosamente y una vez encontrado, dar todo lo que nuestras posibilidades nos permitan: ni más, ni menos.

Una vez dentro de una organización, tu propoi papel está en tu mano, si quieres que se te oiga, habla, propón, escucha las ideas de la gente que tenga algo que decir, colabora en todo lo posible, desarrolla tus propios proyectos en el seno del grupo si resultan apropiados. No tengas miedo al fracaso. Yo he fracasado dentro de mi militancia intentando abarcar más de lo que podía, esperando más de lo realista, cegada quizás por la ilusión de los primeros años, cuando todavía no te has caído del guindo y piensas que todo el monte es orégano y sobretodo, eres impaciente. Y no pasa nada. Te levantas, y lo haces con la ayuda de tus compañeros, que siempre tendrán una palabra de aliento porque saben lo que se siente, y saben que todo esfuerzo es importante al margen de su resultado, y que caminamos por sendas difíciles. Y se sigue adelante porque por mucho que nos caigamos, siempre hay cosas por hacer, cad auno en lo que ha decidido trabajar.

Pasa el tiempo y te serenas, te vuelves más observador -que no menos combativo- y aprendes a esperar lo necesario, a hacer las cosas sin prisa pero sin pausa, y a darte cuenta de que los mejores platos se cocinan despacio. La Transición Española se hizo deprisa y corriendo y así quedó. El cambio que ahora ha de llegar lleva mucho tiempo preparándose en España, probablemente desde aquel teatro transicional donde no se solucionaron todos los problemas, injusticias y rencores que llevamos casi ochenta años arrastrando por la historia. Ahora todo nos está explotando en la cara y cada vez más gente es más consciente e implicada, y se da cuenta del valor que su fuerza de lucha aporta a las fuerzas de todos los demás, y se sube al carro de la esperanza, adquiriendo la última pero no más básica aptitud clave: el COMPROMISO.

Tenemos que estar dispuestos a todo si queremos tomar parte. Tal y como están haciendo las cosas “los de arriba”, dentro de no mucho va a tener antecedentes penales hasta la niña de Rajoy, pero aún así, tenemos que seguir queriendo apostar alto, mirando a lo lejos. Los grandes cambios exigen sacrificios, voluntad, disposición, y empiezan por uno mismo. Nos encontramos en un momento histórico que, para mi generación al menos, puede suponer un antes y un después: un antes de aletargamiento y mangoneo del que ni nos enterábamos mientras veíamos fútbol o prensa rosa, frente a un futuro de conciencia, formación, organización y compromiso. En nuestras manos está si queremos ese futuro, si queremos ser dueños de los días que nos vengan, y de que sean días de Libertad y Justicia.

Organízate y lucha.



Alba Sánchez.



Éste artículo está dedicado a mis compañeros de la Plataforma de Ciudadanos por la República, los que me enseñaron la otra cara de la moneda. Sin ellos no habría tenido nada que contar aquí. Gracias.

2 comentarios:

  1. Decirte que el día del cambio, tú serás la persona que vendrá a mi mente reflejando esa recompensa de la lucha.
    Tú serás a quien yo agradezca la 3era REPUBLICA.
    Gracias por conseguir entender que es lo que quería expresar y no sabía por donde empezar a explicarme.
    Ahora a seguir Formándose, Organizarse y continuar con el compromiso!

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  2. Que tus palabras de aliento calen hondo en el corazón de la gente de nobles ideales.Pensar que otro mundo es posible que no es una utopia,que debemos luchar cada uno a nuestra manera y jamás caer en el desánimo.
    Entre todos podemos.El dinero no es invencible,quizás como tú dices ya se está cociendo la olla a lo mejor sólo hay que esperar... bueno y ayudar a que el fuego no se consuma.

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