martes, 27 de marzo de 2012

HUELGA GENERAL: YO VOY, ¿TÚ VAS?

Yo voy a ir a la huelga general del 29 de marzo.

Voy a ir porque...


No me da la gana doblegarme a la Europa del capital a través del docilismo cachorril del presidente Rajoy. Tengo memoria histórica y recuerdo que las principales potencias europeas han hostigado muy mucho a España en diferentes ocasiones: negando su apoyo a la República en una guerra civil atroz, o imponiendo la reconversión industrial que costó millones de puestos de trabajo -por poner solo dos ejemplos-. No quiero que sigan imponiéndome, no quiero que sigan decidiendo el destino de mi Pueblo. Quiero decidir junto a mis compañeros qué es lo mejor para España. No quiero que decidan por mi.

La reforma laboral es uno de los mayores atentados contra la dignidad del trabajador -sino el mayor- que se ha dado en ésta mal llamada democracia. Es un ataque frontal que intentan decorar, suavizar y vender con cinismo y mentira, y no me lo creo. No quiero más mentiras en mi cara, no quiero que se me siga tratando como un peón de ajedrez al que se puede sacrificar si es necesario para salvar a las fichas más gordas. Soy una persona, trabajo y aporto, y voy a exigir mi derecho a hacerlo con toda la dignidad que me merezco.

Yo no he provocado la crisis, ni tengo ninguna deuda externa, ni he de apretarme el cinturón porque no he vivido por encima de mis posibilidades -como intentan hacer creer-. Porque yo, como la gran mayoría de los trabajadores, pago religiosamente mis hipotecas y mis letras, y no he llevado a la banca española a la quiebra, menos aún a la banca internacional, si no que han sido ellos los que han llevado al desastre a miles de familias desahuciadas, humilladas y condenadas a la miseria por la avaricia de quienes no deben tener alma ni nada que se le parezca. Porque no quiero pagar los platos rotos de quienes han especulado, robado o cerrado el puño ante las necesidades de los trabajadores sin escrúpulo alguno. Si pretenden darme de latigazos, desde luego que no pienso ponérselo fácil y menos aún pagarles el látigo.

Soy una pieza clave en el movimiento obrero actual de mi país e internacional, como lo son todos mis compañeros. Unidos no podrán doblegarnos, pero esa unión tiene que ser más que una idea romántica y palabrerío, tiene que ser un hecho palpable y visible en las calles. Por eso me sumaré, porque todos y cada uno contamos para el 29 M y somos importantes. Porque todas nuestras diferentes y particulares causas son una misma: nuestra dignidad como trabajadores, y porque no pienso beneficiarme de lo que se pueda conseguir -sea mucho o menos- sin haber luchado como todos. Por que estoy orgullosa de ser una trabajadora, hija y nieta de trabajadores, iré a la Huelga.


Creo que otro mundo es posible, aunque no sea fácil. Creo en el poder de la lógica, creo en la buena voluntad de mucha gente. Creo que podemos llegar a entender entre todos que éste sistema no es bueno más que para los cuatro de turno que ya lo han exprimido bastante. Creo que es el momento de empaparnos de nosotros mismos, de las necesidades, dramas, reivindicaciones de nuestra clase trabajadora, de sentir como propia las injusticias que se cometen contra todos y cada uno de mis compañeros trabajadores, y aunar fuerzas para decir que YA BASTA, y que queremos ser los arquitectos de una nueva realidad que responda a nuestros intereses y nos de amparo y garantice nuestro legítimo derecho a ser felices y convivir en un sistema del que seamos parte activa. Porque mi conciencia de clase así me lo exige, estaré en ésta huelga.


Voy a ir aunque...


No crea en los sindicatos convocantes, que cobran del Estado vendiéndoles la independencia que debería ser lógica por su propia naturaleza de órgano de lucha y presión. Ellos han puesto fecha a un clamor popular que iba mucho más allá de ellos mismos, que estaba y está en la calle. Ellos tienen las herramientas mediáticas para convocar ésta huelga y así lo han hecho, pero no, NO ES LA HUELGA DE LOS SINDICATOS, es la huelga del pueblo asfixiado, engañado, ultrajado y pisoteado. Es la huelga de los que estamos hasta los cojones, hablando pronto y mal (en la facultad me enseñaron a decir lo mismo más finamente, pero creo que subestiman el gran valor comunicativo de una palabra malsonante dicha a tiempo y en el momento apropiado).

Tenga cosas que hacer, que comprar, operaciones que hacer con los bancos, ganas de tomarme una caña... NO LO HARÉ. Mi consumo, como uno de los miles de millones de consumos que mantienen a flote este maltrecho sistema será en el día de la huelga mi herramienta más preciada junto con la manifestación. Nadie puede obligarme a consumir, y el daño de un cese masivo de consumo puede ser vital para hacer ver la correlación de fuerzas que se enfrentan, no solo en ésta huelga, sino en éste momento histórico. Dejar de consumir TOTALMENTE por un día es una demostración de fuerzas. Por eso mi huelga, será también de consumo.

Esté muy a gusto en mi casa viendo las retransmisiones de las protestas de mis compañeros, me levantaré de mi sofá y me iré a la manifestación más cercana, a dejar oír mi voz junto con la de todos los de mi clase, la clase trabajadora. A que se vea que por fin hemos despertado y que sabemos cuales son nuestros derechos. La patronal aboga y sugiere regular -o sea, restringir- el derecho a huelga tras el 29M. Si nos quedamos en casa, les damos la razón. Tenemos que ejercer un derecho centenario y hacerlo en masa, por nuestros derechos, y por toda los compañeros que han luchado a lo largo de la historia por todos los logros que ahora nos quieren quitar. Ésta huelga es una cuestión de justicia histórica, por que ya está bien de humillaciones. Por eso yo voy a ir.

Crea que nada va a cambiar, pensaré en que en la Rusia Zarista, en el reinado de Alfonso XIII o en la Revolución Francesa la gente también pensaría lo mismo “nada va a cambiar”, pero las cosas cambiaron. Y los ciudadanos vieron justicia, vieron soberanía popular, vieron República, y vieron el fruto de una lucha que fue contra viento y marea, y en momentos históricos de mayor represión y mayor dificultad que los actuales. Las huelgas arreglan cosas, solo hay que saber hacerlas. Por eso yo la haré.

No fuera trabajadora, sino estudiante o jubilada, yo iría a la huelga. Iría pensando que lucho por mi futuro, por mi derecho a la dignidad social, laboral y en todos los aspectos, por mi derecho a subsistir como la persona humana que soy. Pero también iría pensando que lucho por mejorar la sociedad en la que tengan que vivir mis hijos el día de mañana. No quiero para ellos un circo de consumo y explotación salvaje y desordenado como el que yo he vivido. Quiero justicia, derechos, seguridad, oportunidades. También si fuera jubilada, lo querría para mis nietos, para todas las generaciones que vengan. Porque éste es el barco de todos, yo iría a la huelga.

Crea que Mariano Rajoy y sus secuaces tienen la sartén por el mango, iré a la huelga. Y lo haré para dejarles claro que no les tengo miedo a sus propuestas esclavistas de reformas laborales, ni a sus enigmáticos presupuestos que seguro no esconden más que nuevos recortes para el sector público que yo defenderé siempre hasta sus últimas consecuencias. Porque son mis hospitales, mis escuelas, mis derechos laborales, y porque todo ésto no puede depender de la mala voluntad de cuatro cantamañanas que dicen tener el apoyo mayoritario de los españoles cuando es MENTIRA, porque Rajoy salió elegido presidente, pero eso no quita que la abstención superara los votos de su partido. Si no quieren ver el descontento en los resultados de las urnas y hacer un muy necesario ejercicio de humildad, se lo enseñaremos en las calles el 29 de marzo. Para que lo vean claro, yo iré a la huelga.




En definitva,

Sobran motivos y no hay excusas. El 29M es el día de todos los luchadores, los soñadores, los hartos, los desanimados, los inspirados... es el día de continuar hacia el cambio que ha de llegar. No perdamos la fe ni les permitamos que maten nuestros sueños, que todavía no forman parte del mercado del capital. Soñemos todos juntos con ese mundo mejor que queremos y merecemos, soñemos en las calles, soñemos mucho. Porque quizás algún día nuestros sueños dejen de serlo y sean la realidad del mundo de mejoras que tenemos por conquistar. Siempre hacia adelante, y hacia la Victoria.


¡¡¡Vamos a la huelga!!


Alba Sánchez :)

2 comentarios:

  1. Los trabajadores no debemos caer en el desánimo,luchar luchar pase lo que pase.
    ¡ANIMO A LA LUCHA TODOS!es nuestro futuro.

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  2. los trabajadores no podemos caer en el desánimo.
    ¡LUCHAR CONTRA TODO LO QUE NOS QUIEREN IMPONER!
    va en ello el futuro de nuestros hijos,no permitamos que sean esclavos de la avaricia del capital.Luchemos hasta el final.Ecambio no es una quimera,somos más y podemos con ellos,la historia,no yo así lo dice.

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