domingo, 5 de febrero de 2012

Historias de bancos y huertos


Ya os habréis dado cuenta, quienes os pasáis por aquí con regularidad, de que yo tiendo a fijarme más en el detalle que en las generalidades. Creo de hecho, que las generalidades están hechas de pequeños detalles, que éstos son los ladrillos de aquella, y que el desgrane de los mismos te da siempre un conocimiento mucho mayor de la materia que observas. Por eso mismo hoy no, no voy a hablar de Rubalcaba, ni de las primarias sociolistas, ni de nada de eso, que ya hemos tenido bastante tupa este fin de semana. Vamos a otra historia que quizás sea menos vistosa, pero mucho más ilustrativa.

Acabo de leer en el diario Público el siguiente titular: “La tierra del banco no se toca”. De cabeza he ido ante tal afirmación, y lo que me he encontrado superaba toda lógica, un ejemplo que ilustraría con creces la famosa y archiempleada frase de “¡¿hasta dónde vamos a llegar?!. Resulta, que los vecinos del barrio valenciano de Benimaclet se han topado, no con la Iglesia pero casi: con el BBVA. Los vecinos de este barrio, con el consentimiento de su Ayuntamiento, han querido rehabilitar un descampado propiedad del mencionado banco en forma de huertos ecológicos para beneficio del barrio: del colegio público, familias, jubilados, parados, o universitarios, entre otros colectivos. Incluso se desarrolló un convenio de cesión con BBVA para garantizar la propiedad de esa tierra a su “legítimo” dueño (legítimo entre comillas porque la adquiere como fruto de un embargo). Pero a día de hoy, con el suelo limpio y la infraestructura preparada, no se puede trabajar la tierra porque el banco ha vallado el terreno y lo guarda mediante vigilancia privada las veinticuatro horas del día.

Para no redactar de nuevo la noticia, os invito a que la leáis directamente:


 

El banco no usará esa tierra hasta que se apruebe el nuevo plan urbanístico (cuestión para ellos garantizada con el convenio de cesión), de hecho han sido los vecinos quienes la han limpiado de escombros y habilitado para el cultivo, dejándola como una patena. Sin embargo parece ser que el banco está preocupado por si alguien se hiciera daño en su propiedad y la institución tuviera que asumir esa responsabilidad. Desde luego que cuando quieren son chistosos estos personajes del poder. Están diciendo que después de 47.809 desahucios en 2010, 32.000 solo en la primera mitad de 2011, con una media de 175 desahucios al día en España, resulta que tienen su corazoncito y lo pasan mal si alguien se tropieza con una lechuga y se raspa las rodillas. Hipócritas, que no tienen otro nombre. 

Bueno si, si que lo tienen. Aunque no lo pongo porque me cerrarían el blog los señores de internet -quizás los mismos que cerraron megaupload, quién sabe-. En el mes de enero el banco vertió escombros en la tierra que los vecinos del barrio tenían preparada para comenzar a cultivar, y taponaron los sistemas de riego con tierra, le hicieron eso a gente que lo único que quiere es rehabilitar y dar un uso social a un terreno degradado por culpa de la burbuja inmobiliaria que los mismos bancos crearon. Esto tiene un nombre, o varios, cada uno que le ponga el que considere oportuno.

Y es que lo de los bancos ya clama al cielo, de verdad que no sé qué más necesitamos para ver la crueldad que engendra ese negocio, movido por sus únicos y personales intereses económicos, y dispuestos a cualquier cosa con tal de no perder un duro de los millones que ganan porque por cierto, lo de la crisis en lo que a la banca se refiere, es otro chiste malo: los bancos han terminado el mes de enero con sus mejores cifras en quince años. Todo esto mientras nosotros pagamos esa estafa que dicen que es la crisis, que no es sino una forma de sanear a costa de los trabajadores todos los excesos de su podrida economía capitalista. 

BBVA, el mismo banco que impide a los vecinos del barrio de Benimaclet sembrar patatas y tomates, ha acabado en mes de enero con un capital de 32.028 millones de euros. Y todavía desahucia a la gente de sus casas, y suelta los préstamos con cuentagotas, y ofrece seguros desorbitados para coberturas que el propio Estado debería garantizar, destruyendo así poco a poco el estado de bienestar (si es que existió). Esto si es un escándalo y no el puñetero edredoning de Gran Hermano.

Tenemos que abrir los ojos de una vez y enfrentarnos al sistema. Somos más que ellos, tenemos la razón, y además de vencer, podemos convencer. Ellos no, como dijo Unamuno a Millán Astray en el 36 “Venceréis, pero no convenceréis. Venceréis porque tenéis sobrada fuerza bruta; pero no convenceréis, porque convencer significa persuadir. Y para persuadir necesitáis algo que os falta: razón y derecho en la lucha”. Creo que esta cita es aplicable a este nuevo modelo de golpe de Estado que estamos viviendo, la dictadura del euro, del capital más agresivo que nunca. Pese a todo, seguimos teniendo esa razón, y ese derecho legítimo a luchar por todo lo que nos corresponde: por nuestras viviendas, por nuestras familias, por nuestra educación pública, por nuestra sanidad, o por nuestro legítimo derecho a plantar un huerto. Toda reivindicación es poca cuando se trata de hundir a estos cruentos y avariciosos titanes sin escrúpulos, para los que nuestra desgracia y nuestra necesidad se traducen en más dinero del que nunca van a gastarse. 

 

¿Vamos a unirnos de una buena vez? O tampoco nos importa el huerto de Benimaclet?...


Muy bonita semana a todos :)
Alba Sánchez
 


4 comentarios:

  1. una tierra parada es una tierra improductiva, vamos a ver señoras y señores, si el banco, sea el que sea, tiene unas tierras paradas, improductivas, llenas de escombro y demás mierda, si una asociación de vecinos, sin animo de lucro, quiere aprovechar ese terreno y darle un uso agrícola, unas lechugas, tomates y demás hortalizas, sin la apropiación, puesto que las tierras siguen siendo del banco, ellos no las quieren para ellos, solo las utilizan, esas tierras, que lo mas seguro es que sean para mas pisos o parqueen o para lo que les salga de los mismísimos, cultivarlas no va a hacer que dejen de vales para lo que ellos quieren que sean, pero si en los años que están paradas, sacan unos beneficios ( comerse unas lechugas o unos tomates cultivados por ellos) ¿que mas les da?.
    Pues nada, siempre tocando los huevos, es que esto ya se pasa de castaño oscuro, esto ya es pasarse.
    ¿Que va a ser lo próximo?

    ResponderEliminar
  2. El gran problema de toda esta locura de amasar y amasar dinero,en parte la tienen los politicos que consienten con sus leyes que estos depredadores campen a sus anchas.Lo que pasa es qué esos mismos politicos son marionetas en sus manos y lo consienten porqué son los bancos los que los mantienen¿como sinó se explica que en el último consejo de ministros del gobierno de Zapatero amnistiaran a un banquero.
    Lo qué yo me pregunto muchas veces es si pueden dormir tranquilos?pero veo qué si
    Sólo nos queda luchar contra Goliat,pero no olvidemos como acabó la historia.

    ResponderEliminar
  3. Como siempre el dedo en la llaga.Muy bien Alba es como aire fresco que gente como tú sea la voz de los que no quieren hablar y sobre todo los que no pueden.
    Que DIOS esté siempre de tú lado,lo deseo con toda mi alma.

    ResponderEliminar
  4. Si digo q son unos hijos de la gran Fruta, todos sabeis q estoy diciendo no? Pues eso, Hijos de Fruta!!!!!!!!!!!

    ResponderEliminar

Gracias por tu opinión